Golf / Open de España
El "bético" Matthieu Pavon se cuela en la fiesta de Jon Rahm
El francés, de abuelo español e hijo de un ex futbolista del Betis, consigue en Madrid su primera victoria tras siete años en el circuito europeo
El champán en el hoyo 18 no fue para Jon Rahm sino para Matthieu Pavon, indiscutible dominador del Acciona Open de España 2023 y que consigue su primer triunfo en el circuito europeo después de siete años y de 185 torneos disputados. En 2022 fue segundo por detrás del de Barrika, que durante la mañana del domingo ilusionó a la afición con una posible remontada. Necesitaba una machada enorme el vasco y algo así hizo en la primera mitad de su recorrido, con cuatro birdies para empezar y dos más en el 7 y en el 8 para un -6 que hizo rugir al Club de Campo de Madrid, donde la afición española quería presenciar algo increíble. En los últimos nueve hoyos no pudo mantener el ritmo Jon y acabó con un -7 para el -14 final que no era suficiente para poner nervioso a Pavon, muy emocionado después de su último golpe al acordarse de su abuelo, español que tuvo que salir de Madrid después de la guerra. "Él ya no está pero seguro que se sentiría muy orgulloso de lo que he hecho", decía este francés de 30 años que llegó a la capital como número 195 del mundo y sin triunfos en el DP World Tour y su victoria le lanza en el ranking mundial y le permite sacarse la espinita del año pasado, donde no pudo con un Rahm inhumano.
“Ha sido una larga espera, pero ha merecido la pena. He intentado coger calles y dar buenos golpes, y he tenido que manejar mucho mis sentimientos estos dos días, porque es una conquista muy importante para mí”, decía el galo pidiendo perdón por las lágrimas que se le escapaban y casi no le dejaban hablar.
Matthieu es hijo de Michel Pavon, futbolista profesional que fue centrocampista del Toulouse, del Montpellier y del Girondins de Burdeos, equipo con el que ganó la Liga francesa en 1999, donde los goles eran cosa de Sylvain Wiltord e Iván Pérez Muñoz era un jugador secundario. El padre del nuevo campeón del Open de España terminó su carrera profesional en el Betis en el curso 2000-2001, cuando su hijo Matthieu tenía ocho años y todavía quería seguir los pasos de su padre y ser futbolista. Presume de ADN verdiblanco y en la entrega de trofeos reconoció que era bético por su padre, ante lo que se escuchó algún pito. "No es el Real Madrid, pero no está mal", decía en tono de broma el campeón.
“Voy a soñar con el putt del 18”
Pavon se coló en la fiesta que estaba prevista para Rahm, que buscaba su cuarto Open de España en cinco participaciones, con lo que hubiera superado los tres de Seve Ballesteros. “Ganar el cuarto es más por mí que por Seve, por honor a mí mismo. Obviamente sería un honor, pero ya lo comentaremos cuando lo consiga”, decía Jon nada más terminar su recorrido en el 18, donde le esperaban sus padres, su mujer y sus hijos, confirmando que es una cita especial para el vasco.
Quería dar todo el espectáculo posible este domingo y lo hizo, aunque no le sirvió para remontar, y se quedó con las ganas de darle a la afición un eagle en el 18, pero la bola no quiso entrar. “Me voy a acordar toda la noche de ese putt, porque pensaba que iba al centro y al final se ha ido a la derecha y me ha dolido en el alma. Darle eso al público hubiese sido increíble, pegar ese drive y luego meterla. A pesar de todo ha sido un buen domingo y esto hace que el vuelo a casa sea mucho más fácil”, explicaba Jon, que no tiene dudas de que el desgaste de la Ryder Cup le ha pasado factura. “Es una semana muy dura y un domingo muy duro. Parece que estás descansado, y este fin de semana me he dado cuenta de que no he recuperado del todo todavía. Con esa Ryder estaba un poco más cansado, aunque de todas maneras no es excusa, porque otras veces he jugado bien estando cansado”.
Pavon salió al campo cuando Rahm lo estaba bordando por la mañana, pero no supo nada porque desde hace tiempo se aísla de los resultados de los demás. "Él es un crack, pero no sé lo que ha hecho", confirmaba el francés, que lleva tatuada en la mano una frase de las que hay en las paredes de la Universidad de Harvard y que viene a decir que el sudor del esfuerzo de ahora se convertirá en las lágrimas futuras cuando lleguen los éxitos. Y eso es lo que le sucedió ayer a Pavon en un campo que considera su casa y donde, asegura, siempre ha tenido el apoyo del público.
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