El Dortmund vence al Chelsea a la carrera en un partido apasionante (1-0)

El gol que resolvió la ida de octavos de final de la Champions entre el Borussia Dortmund y el Chelsea fue un bonito resumen de lo que se vio en el encuentro. Era un córner a favor del conjunto inglés, que cerca estuvo de rematar en dos ocasiones, pero ninguna fue a puerta. El balón no salió por la línea de fondo y Adeyemi ya estaba corriendo en busca de una acción al contragolpe. Hizo un control fantástico, aunque le quedaba más de medio campo por recorrer y sólo un jugador delante, Enzo Fernández, al que dejó atrás con facilidad por velocidad para regatear después a Kepa y marcar a placer. El equipo alemán convirtió una acción de ataque en contra en una a favor en un pispás y demostró que un despiste, un pestañeo, era suficiente para ser castigado.

El tanto llegó cuando mejor estaba el Chelsea, justo después del descanso. Es un equipo prácticamente nuevo después del mercado de invierno con la llegada de futbolistas como Enzo, Joao Félix o Mudryk. La segunda parte fue suya, dominó la posesión y tuvo oportunidades de empatar, especialmente un tiro de Koulibaly que despejó Kobel y se iba para adentro, pero Emre Can llegó a tiempo para alejar el balón cuando sólo había traspasado la línea en una mínima parte. El centrocampista alemán tenía así su jugada icónica en una noche en la que trabajó lo que no está escrito.

El Dortmund, un equipo con fama de ser frágil, se defendió con valor los últimos minutos y lo que no pudieron hacer los defensas o los centrocampistas lo evitó Kobel. Como por ejemplo, el último tiro de Enzo, ya en el descuento, que buscaba la escuadra con maldad. El guardameta voló para despejar la pelota y tener su gran foto del partido. Fueron unos minutos de repliegue y mucho sufrimiento. Ya se trataba de conservar el tesoro conseguido, aunque después de marcar todavía se atrevió a salir un par de veces más a la contra en busca de dar un paso serio hacia cuartos.

Los papeles habían cambiado respecto a lo que sucedió durante gran parte de la primera mitad, en la que mayormente mandaron los locales, animados por su afición en uno de los estadios más espectaculares del mundo. Los movimientos de Brandt entre líneas o la electricidad de Adeyemi hacían presagiar algo bonito para los «amarillos» que, eso sí, echaron en falta algo más de participación de Bellingham, el futbolista del que todos hablan y al que todos quieren, que dejó detalles, pero no impuso su juego.

A Joao Félix le faltó el gol

Pese a que quien atacaba era el Borussia, las mejores ocasiones las tuvo el Chelsea, sobre todo por las acciones de Joao Félix, que está sueltísimo jugando como mediapunta y al que sólo le faltó el gol. Lo intentó en varios disparos en los que tuvo que armar el pie tan rápido que no pudo dar dirección al esférico. Pero, sobre todo, lo rozó en un tiro al larguero después de una combinación con Havertz. No se lo podía creer el portugués, que lamentaba tirado en el suelo la oportunidad perdida. El alemán, por su parte, tampoco paró de buscar desmarques a los espacios. Pueden formar una sociedad más que interesante porque tienen mucha calidad, como gran parte del equipo: Mount, Mudryk, Ziyech, que fue el más activo en los minutos finales... Puede que incluso sobre talento en muchos de esos futbolistas y falte gol. James lo intentó en un lanzamiento de falta que le negó Kobel en su primera intervención importante de unas cuantas, hasta para amargar a los «blues». Ganó el Dortmund, pero la eliminatoria está que arde.

1- Borussia Dortmund: Kobel; Wolf (Ryerson, 73), Süle, Schlotterbeck, Guerreiro; Can; Adeyemi (Bynoe-Gittens, 78), Bellingham, Özcan Brandt; Haller (Modeste, 68).

0- Chelsea: Kepa; James, Thiago Silva, Koullibaly, Chilwell (Mount, 71); Loftus-Cheek, E.Fernández, Ziyeck, Mudryk (Cucurella, 71), Joao Felix; Havertz.

El gol: 1-0 (min 63, Adeyemi)

Árbitro: Jesús Gil Manzano (España). Amonestó a James, Thiago Silva, Bellingham, Emre Can, Ziyek, Adeyemi, Özcan, Ryerson (se pierde la vuelta), Süle y Mount (se pierde la vuelta).

Incidencias: partido de ida de octavos de final de la Liga de Campeones disputado en el Signal Iduna Parl de Dortmund. 81.365 espectadores.