Fútbol
El Atlético se impone en la locura (4-3)
Mario Hermoso da la victoria al equipo de Simeone en los últimos instantes con una chilena espectacular. El Getafe remontó en la primera parte y perdió cuando el equipo del Cholo estaba con diez
El Atlético y Mario Hermoso se están acostumbrando a finales intensos y felices en el Metropolitano. El central ya convirtió contra el Valencia un partido que se escapaba en una victoria. Un héroe inesperado, que ni siquiera había sido titular y que volvió a aparecer en el final contra el Getafe para decidir el partido con una increíble chilena a la que no pudo llegar David Soria. Un final increíble y espectacular, como merecía el partido.
El Atlético de Madrid es capaz de pasar por todos los estados de ánimo posibles durante un partido. Y le sobra la mitad. Ha dejado de ser la roca imperturbable de pasadas temporadas para convertirse en un equipo vulnerable, también desde el punto de vista emocional.
Necesitaba un rearme emocional después de haber sido golpeado duramente la semana pasada en Barcelona y creyó encontrarlo pronto con el penalti que se inventó Luis Suárez y que el VAR no rectificó. Vio el delantero uruguayo la salida de David Soria y se fue contra él. Será justicia poética o que Suárez no tenía el día, pero el portero del Getafe le adivinó el lanzamiento y el Atlético regresó al hoyo momentáneamente.
De ahí sólo le podían sacar futbolistas de esos que son capaces de sobreponerse a todo, capaces incluso de superar una operación de corazón nada más aterrizar en el Atlético y seguir jugando, como Correa. Acertó el argentino a meter la pierna en un barullo para mandar a gol una pelota perdida en el área.
El Atlético volvió a recuperar el ánimo y la sonrisa, que fueron a más con el gol de Matheus Cunha. El estadio era feliz y el Atlético parecía haber resuelto el partido en media hora.
Pero el nuevo Atlético no entiende de certezas ni de estadísticas. Los números decían que el Getafe no había ganado al equipo de Simeone desde que el Cholo se sienta en el banquillo. Pero éste no es el Atlético de Simeone. El entrenador es el mismo y también muchos de los jugadores que el año pasado fueron campeones de Liga. Pero en el fondo, todo es diferente. Y el Getafe, que sólo había marcado un gol en veinte partidos al Atlético del Cholo, le marcó tres en la primera parte.
Comenzó Mayoral la remontada y, casi sin darse cuenta, el Atlético había recibido dos penaltis y dos goles en contra que marcó Enes Unal. Oblak volvía a recibir demasiados goles. Y el Atlético, que a la media hora creía tener el partido ganado, volvía a sentirse frágil y hundido apenas diez minutos después. Pero la montaña rusa es interminable en el Atlético. Pocos equipos aprovechan mejor los tiempos añadidos y Correa, otra vez Correa, apareció de nuevo para que el partido se marchara igualado al descanso.
Quedaban emociones fuertes todavía para la segunda mitad. Más aún después de la expulsión de Felipe por una patada temeraria a Arambarri en el centro del campo. Se quedaba con diez el Atlético, que sacrificaba a Luis Suárez sin saber que el gol decisivo entraba con su sustituto.
El Getafe se sintió feliz, más cómodo para tocar y con un jugador menos en el rival. El movimiento del balón del equipo de Quique no era detectado con facilidad por el Atlético. Pero el Getafe no se atrevió a ir a por el partido. Tenía la pelota, la controlaba, pero no encontraba el momento de mirar a la portería.
Y el Atlético encontró en una falta lo que estaba buscando. El centro de De Paul lo cabeceó Joao Félix hacia atrás. No acertó Hermoso con el remate, pero la pelota se quedó botando y llegó la chilena. «Manera de vivir» sonaba poco después por megafonía.
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