Champions

La Real Sociedad perdona al Inter (1-1)

El equipo donostiarra dominó al subcampeón de Europa y tuvo multitud de oportunidades. Lautaro Martínez empató en el minuto 87

Sadiq intenta escapar de la defensa del Inter
Sadiq intenta escapar de la defensa del InterJuan HerreroAgencia EFE

Volvía la Champions a San Sebastián diez años después y la Real Sociedad lo disfrutó durante 80 minutos. Tuvo noqueado al subcampeón de Europa, pero la cantidad de ocasiones falladas devolvieron la vida al Inter en el tramo final.

Pidió Imanol Alguacil personalidad a los suyos para afrontar la visita del subcampeón de Europa y los donostiarras mostraron un carácter indomable desde que Michael Oliver dijo que adelante. El Inter vivió un arranque de partido en San Sebastián traumático. En los primeros diez minutos no logró salir de su campo asfixiado por la presión «txuri-urdin». La Real tuvo la decencia de avisar de lo que se avecinaba. Brais Méndez conectó un remate de cabeza, Barrenetxea soltó un disparó que se estrelló en el palo y el centrocampista gallego no desaprovechó la segunda oportunidad que tuvo. Un error monumental de Bastoni le bastó para superar a Sommer. La Real encontró premio muy pronto, pero eso no redujo su ambición y su atrevimiento.

Si Dumfries se atrevió a sondear la banda derecha fue más porque los locales se tenían que tomar un respiro en medio de su frenesí. La presión de la Real tenía a los interistas más agobiados que un turista en una barra en la Parte Vieja en plena Semana Grande. Le Normand pudo ampliar distancias con un remate de cabeza en el que lo más lógico hubiera sido ver a Sommer otra vez batido. No importó. La Real regresó de los vestuarios con el mismo colmillo. Otra vez Brais Méndez, un remate de Oyarzabal... Inzaghi estaba feliz. Su equipo estaba recibiendo un meneo y la derrota era mínima así que decidió agitar el banquillo. Castigó a Bastoni y rescató a Thuram y Frattesi. Imanol también movió piezas y el partido por primera vez se equilibró. Merino tuvo la enésima ocasión de la Real en otro balón que se estrelló en el larguero y en el último cuarto de hora tocaba sufrir.

El Inter, casi por obligación, comenzó a acercarse a la portería de Remiro como si supiera que con un arreón final bastaría para anular el meritorio partido local. Lautaro Martínez aprovechó la única ocasión que tuvo y la felicidad de Inzaghi estaba más que justificada. La Real se quedó sin tiempo para reaccionar y casi terminó agradeciendo el empate.