Tenis

España volverá a luchar por la Ensaladera tras culminar en el dobles una hazaña ante Alemania

La pareja Granollers-Martínez se llevó el punto decisivo ante los germanos por 6-2, 3-6 y 6-3. Carreño pudo con Struff y Munar cayó ante Zverev. Italia, en Bolonia, el último obstáculo para la séptima Ensaladera

Pedro Martínez y Marcel Granollers, en el partido ante Alemania
Pedro Martínez y Marcel Granollers, en el partido ante AlemaniaASSOCIATED PRESSAgencia AP

España volverá a luchar por la Ensaladera seis años después. En una eliminatoria dramática ante Alemania, el doble, como había sucedido ante la República, volvió a ser determinante. La pareja española, Granollers/Martínez, se impuso a la alemana, Puetz/Krawietz, por 6-2, 3-6 y 6-3. En la final, en Bolonia, espera Italia. Sin Sinner y sin Musetti, los anfitriones han resuelto las dos eliminatorias anteriores por 2-0.

Firmaba el equipo llegar vivo al dobles ante Alemania y vaya si llegó. Marcel Granollers y Pedro Martínez comparecieron en el punto decisivo de una forma arrebatadora. Se embolsaron los cuatro primeros juegos con un tenis intachable. Con el saque de Puetz de pronto se situaron 0-40, no lo lograron concretar, pero dio igual. Sumaron un "break" para empezar. Granollers cerró su servicio en blanco y España sumó un segundo "break" también sin ceder un sólo punto. Y para rematar, en el primer saque de Pedro Martínez lograron salvar una bola de ruptura. Así que los germanos, que sólo habían cedido un partido en toda su vida en la Davis, miraban el marcador y veían un rotundo 4-0. Con esa arrancada, España resolvió el primer parcial con una autoridad inesperada y con una derecha ganadora de Pedro Martínez. Granollers fue insuperable en la red, su servicio funcionó y los germanos se vieron desbordados.

Pero fue una sensación momentánea. Puetz y Krawietz llevan toda la vida juntos, son la sexta mejor pareja del mundo, han ganado las Nitto ATP Finals... y en el segundo set cambiaron la dinámica del partido. Puetz se adueñó de la situación a base de palos y de acortar los puntos todo lo posible. Así sumaron un "break" en el cuarto juego y lograron hacer dudar a la pareja española. El desarrollo del primer set no había sido lógico y el objetivo ante la avalancha que había al otro lado de la red era intentar recomponerse antes de que fuera demasiado tarde. Se trataba de que la tarascada sufrida durante buena parte del segundo set no fuera más allá.

Porque los alemanes se habían adueñado del partido a base de estacazos con Puetz como ejecutor. Granollers conservó su servicio con sufrimiento, como no podía ser de otra forma, para abrir el set definitivo. Y los alemanes seguían a lo suyo. Pedro Martínez también mantuvo su turno porque Granollers volvió a adueñarse de la red. Si había algún resquicio en la pareja alemana era la raqueta de Krawietz. Pedro Martínez lo entendió a la perfección. Colocó dos restos excepcionales y el "vamos a por ellos" de David Ferrer fue la señal para que España fuera a por el alemán y lograra un "break". Para confirmarlo, Granollers regaló otro par de puntos magistrales. Como si los que llevaran toda la vida jugando juntos fueran los españoles. Daba igual lo que hicieran los alemanes, el partido estaba en manos de lo que hicieran Granollers y Martínez Portero al servicio. El valenciano resolvió su saque con autoridad. Y lo de Granollers fue de película. Salvó una bola de break con un saque directo. Conectó otro después y en la red la pareja española no perdonó.

Antes, Munar justificó la derrota ante Zverev de una manera tan cruda como real. "He demostrado que soy peor jugador que Zverev. Con el saque se ha llevado los dos ''tie-breaks'' y poco más hay que decir: cabecita baja y a currar. No estoy donde quiero estar, pero los cambios que he hecho son para crear otra dimensión en mi tenis y el camino aún es largo". El alemán justificó su ranking siendo más firme y cometiendo menos errores en los instantes críticos. Porque el resto del partido estuvo equilibradísimo. Munar estuvo siempre en su sitio. No se descentró, peleó sin tregua, molestó a Sasha todo lo que pudo... pero no fue suficiente. Y eso que el tenis del alemán y sus gestos en pista no son precisamente muy propios de la Copa Davis. Su tenis es gélido y el liderazgo que debe transmitir como número tres del mundo, recordemos que sólo tiene por delante a Alcaraz y Sinner, cuesta que llegue al equipo y a la grada. Eso sí cuando se pone a jugar es una raqueta a la que dificílmente se le encuentran las cosquillas. Así fue como resolvió los dos desempates. El primero lo hizo de una manera más brillante. El segundo fue más práctico. Suficiente para que Alemania sobreviviera.

Porque Carreño cumplió con su misión con nota. El asturiano fue un ejemplo de paciencia y saber estar frente al tenis vertiginoso de Jan-Lennard Strauff. Al alemán le pudo el tenis del español y también el escenario. Cuando el partido se puso serio tembló. Pablo cerró el primer set con un "break" y la resolución del desempate en el segundo parcial fue uno de esos momentos que hacen especial a la Copa Davis. Carreño había tenido antes tres bolas de partido al resto que no pudo concretar. Strauff despegó y se situó en el "tie-break" con cinco bolas para forzar el tercer set, pero ahí le tembló todo. Con paciencia, sin cometer errores, Carreño sumó, sumó y sumó. Y a Struff y Alemania se les vino el mundo encima. Un anuncio de lo que estaba por llegar casi cinco horas después en el dobles.