Salario Mínimo

El SMI de 1.200€ de Sánchez costaría a la empresa 8.640€ más al año por trabajador

El Gobierno cogió el salario mínimo en 736 € y quiere dejarlo en 1.200 € en 2023. La subida supondrá 6.496 euros más de salario anual y 2.144 de cotizaciones a la Seguridad Social

Pedro Sánchez firma con patronal y sindicatos el acuerdo para subir el SMI
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la firma con patronal y sindicatos del acuerdo para subir el salario mínimo a 950 euros en 2020. Detrás, el vicepresidente Pablo Iglesias, y el presidente de la CEOE, Antonio GaramendiJavier LizónEFE

Menos de una semana después de la aprobación de la subida del Salario Mímimo (SMI) a 950 euros al mes en 14 pagas, todos los sectores intentan asimilar esta medida. En apenas 13 meses el SMI se ha revalorizado un 29%. Desde el Gobierno defienden que era «cuestión de justicia social», pero los primeros síntomas de un impacto negativo en el empleo ya se han hecho notar en sectores como el agrario, el servicio doméstico y la hostelería, los que más sueldos bajos reúnen. En cualquier caso, para tener datos más fiables sobre el efecto en la economía habrá que esperar. Lo que sí está claro ya es lo que costaría esa subida y las próximas que pretende el Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias si se cumplen los plazos y objetivos adelantados por la coalición socialcomunista. En teoría, pretende que al final de esta legislatura, en 2023, el SMI se sitúe en los 1.200 euros mensuales en 14 pagas. Esto supondría un coste por cada trabajador que cobre el salario mínimo de 8.640 euros al año respecto al mismo trabajador en 2018, antes de que Sánchez iniciase sus subidas del SMI. Si se materializan sus intenciones, habría aumentado un 63% con el socialista como presidente, que lo cogió en 736 euros.

El salario mínimo cierra pymes y sube los precios
El salario mínimo cierra pymes y sube los preciosAntonio Cruz

Si el Ministerio de Trabajo reconoce que hay unos dos millones de personas cobrando el salario mínimo, sus empresas tendrían que pagar 17.280 millones de euros más de lo que lo hacían en 2018, una cifra que se antoja inasumible para muchos empresarios, y que puede tener un alto coste en el empleo. Las cuentas son claras. Si en 2018 el SMI estaba situado en 736 euros al mes, estos trabajadores cobraban anualmente 10.304 euros. En 2023, si el Gobierno persiste en su idea, se alcanzará la cifra de 1.200 euros en 14 pagas, es decir, 16.800 euros anuales, lo que arroja una diferencia de 6.496 euros más de coste salarial directo. Si a este total sumamos una aplicación media de los costes laborales y las aportaciones a la Seguridad Social, la cuantía aumentaría en 2.144 euros. Por tanto, supondría un desembolso extra con respecto a 2018 de 8.640 euros por cada empleado al año. Esta cifra podría incluso incrementarse según la base de cotización que se aplique, ya que algunas profesiones, como en el sector de la construcción, la tienen más alta por las coberturas sociales de la prevención por accidentes del trabajo, establecido en el Código Nacional de Actividades.

Colectivos de varios sectores ya han advertido que si esta medida se lleva a cabo, el golpe negativo sobre el empleo se verá en poco tiempo. La agricultura, los servicios, la hostelería, las empresas de trabajo temporal y principalmente los autónomos son los sectores más sensibles en los que esta medida impactará de lleno. Sólo en el agrícola y el servicio doméstico, la subida del 22,3% de 2019 hasta los 900 euros –tomada unilateralmente por el Gobierno en funciones de Pedro Sánchez– ya costó más de 50.000 puestos de trabajo, de los que 33.000 fueron en el campo (reconocidos incluso por el ministro de Agricultura Luis Planas, que confirmó que muchos de ellos habían pasado a la economía sumergida). De hecho, los agricultores están ya en pie de guerra y han manifestado su rechazo a mayores incrementos. «Sería inasumible para el campo. Con unos márgenes tan pequeños seríamos incapaces de absorberlo, por lo que aumentará exponencialmente la economía sumergida», destacaron fuentes sindicales agrarias.

El campo, en pie de guerra

Su postura ya ha generado tensiones con los sindicatos mayoritarios. COAG, UPA –entidades vinculadas históricamente con las centrales sindicales– y Asaja advierten de los riesgos que entraña esta subida, que les ha enfrentado con Comisiones Obreras y UGT. «Producir es cada vez más costoso, los precios son los mismos que hace 20 años y los costes laborales se disparan», argumentan las organizaciones agrarias. Según un informe de COAG, el coste laboral de la subida del SMI a 950 euros en 14 pagas para una explotación media, con entre dos y tres trabajadores, ha supuesto un aumento del 42% de los costes laborales para los agricultores, al pasar de 967 euros por trabajador al mes en 2018 a 1.380 euros en 2020. Con ese mismo modelo, la subida del SMI a 1.000 euros supondría una alza para los productores agrícolas hasta el entorno de los 1.455 euros, un incremento del 50% respecto a 2018.

El salario mínimo ha evolucionado en los últimos 30 años desde los 300 euros mensuales de 1990 (que sumaban 4.207 euros en el conjunto del año), a los 950 euros firmados por Gobierno y agentes sociales, que suponen unos ingresos anuales de 13.300 euros en 2020. Diez años atrás en el tiempo, en 1980, el montante del SMI ilustra el nivel económico de los trabajadores, ya que los que cobraban el sueldo mínimo recibían 135 euros al mes, 1.890 euros al año en 14 pagas. Desde 1990, el salario mínimo en España se ha multiplicado por siete.