Aerolíneas
Los pasajeros con síntomas de COVID-19 o que violen los protocolos sanitarios aéreos no volarán
La Agencia Europea de Seguridad Aérea advierte de que las aerolíneas podrán rechazar también a los que mientan en el cuestionario médico que tendrán que rellenar
Ser sospechoso de portar el COVID-19 será motivo suficiente para no poder volar. Así lo recoge elprotocolo de seguridad sanitaria en la aviación relacionado con el coronavirus publicado por la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA), junto con el ECDC (Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades), que advierte también de que aquellos pasajeros que no sigan las normas de prevención sanitaria establecidas en su hoja de ruta, deberán ser rechazadas incluso antes de entrar en la terminal y sancionadas si así lo establece la legislación nacional del aeropuerto en cuestión.
El documento de la EASA para retomar las operaciones aéreas recoge, a grandes rasgos, las propuestas que había realizado la IATA, la mayor organización mundial de aerolíneas, en lo que a medidas de prevención sanitaria se refiere. Apuesta así porque los viajeros rellenen un cuestionario sanitario previo sobre el coronavirus, que sólo puedan acceder a la terminal quienes vayan a viajar, que se les tome la temperatura cuando lleguen al aeropuerto, que guarden la distancia de seguridad en las terminales y que empleen las mascarillas antes del vuelo, durante el mismo y en su aterrizaje. La EASA, sin embargo, va un paso más allá al concretar cuáles serán las consecuencias de no seguir el protocolo. En tal caso, al pasajero en cuestión no le será permitido su acceso a la terminal del aeropuerto o al avión. En caso de que incumpla las normas dentro del aparato y las puertas no se hayan cerrado todavía, será desembarcado y expulsado del aeropuerto de acuerdo a la legislación nacional. En este punto, la agencia advierte de que “además, de acuerdo a las leyes nacionales, pueden ser sometidos a acciones adicionales por las autoridades locales en los aeropuertos”.
Incumplir las reglas higiénico-sanitarias no será la única causa por la que a un pasajero se le impida volar. Antes de partir, todos deberán rellenar unformulario en el que responderán, según el modelo propuesto por la EASA, a cuestiones como si han sido diagnosticados de COVID-19 en los 14 días previos al vuelo, si han tenido síntomas de la enfermedad los ocho días anteriores al viaje o si han mantenido contacto directo con algún enfermo de coronavirus las dos semanas anteriores. En el caso de que el pasajero en cuestión responda de forma afirmativa a alguna de estas cuestiones, la agencia advierte de que no debe viajar. Además, añade que “los pasajeros con síntomas detectados en los aeropuertos pueden no ser autorizados a continuar con su viaje”. Para animar a los pasajeros con síntomas a no desplazarse al aeropuerto, la EASA recomienda en las aerolíneas que ofrezcan incentivos como reubicaciones gratuitas en otros vuelos o el reembolso del billete siempre que se presente un certificado médico de que se tienen síntomas del COVID-19 hasta seis horas antes del vuelo.
Pasaje
En lo que respecta al controvertido asunto del pasaje de los aviones, como ya había adelantado la Comisión Europea, la EASA no recomienda dejar asientos libres. La agencia detalla que, siempre que el vuelo lo permita, habrá que mantener la máxima distancia de seguridad a bordo de los aviones. No obstante, en caso de que esto no pueda ser así, “los pasajeros y la tripulación se deberán ceñir en todo momento al resto de medidas de prevención, incluida la estricta higiene de manos, la etiqueta respiratoria y el uso obligatorio de máscaras”. Aunque la EASA dice que son los pasajeros los que deben llevar sus propias mascarillas, también insta a las compañías a que lleven mascarillas para suministrar a los pasajeros, sobre todo para los viajes largos. A este respecto, también aconseja a los aeropuertos que instalen máquinas de “vending” en las que se puedan adquirir estas protecciones.
Para incrementar la seguridad a bordo, la EASA recomienda instalar filtros HEPA en los aviones, dada su eficacia probada para eliminar virus, bacterias y otros patógenos. Además, recomienda utilizar la recirculación de aire en todo momento en que haya pasajeros a bordo del avión. Esto obligará a los operadores aéreos a revisar sus procedimientos operativos, y a los aeropuertos a eliminar restricciones en el uso del APU (Auxiliary Power Unit), un motor que suministra aire acondicionado y electricidad hasta la puesta en marcha de los motores del avión.
La Asociación de Líneas Aéreas (ALA) que aglutina cerca de 80 aerolíneas que operan en España, ha manifiestado su compromiso con la propuesta de la EASA, pues su principal objetivo es garantizar la seguridad y proteger la salud de pasajeros y tripulaciones.
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