Diez años del segundo rescate

Grecia necesitará al menos otra década para recuperar el PIB de 2008

Grecia suma un 50% más de deuda tras años de recortes y un 30% menos de riqueza que antes de la crisis financiera

Evolución de la economía griega desde el rescate
Evolución de la economía griega desde el rescateTeresa Gallardofreemarker.core.DefaultToExpression$EmptyStringAndSequenceAndHash@40deb465

Hace diez años, la plaza Sintagma, símbolo de las protestas del amasijo de grupúsculos de izquierda, indignados y sindicatos contra los recortes de la Troika (la hidra conformada por el FMI, la UE y el BCE), hervía en una lluvia de cócteles molotov mientras se ultimaban los flecos del paquete de reformas previas a la ayudas, nada menos que 24 actuaciones, que el Eurogrupo exigía al Gobierno de coalición a cambio del segundo rescate de la economía griega.

Los planes para sostener la economía griega dentro del euro descarrilaban pese a los 110.000 millones del primer rescate (9.000 a costa de España) y resultaban insuficientes para que Atenas lograra adelgazar su deuda del 160% al 120% en 2020.

Paro, deuda y PIB de Grecia
Paro, deuda y PIB de GreciaTeresa Gallardofreemarker.core.DefaultToExpression$EmptyStringAndSequenceAndHash@40deb465

Con el tecnócrata Lukas Papademos en un Gobierno funambulista a tres bandas y cinco años de recesión acumulados, Grecia afrontaba la quiebra o aceptar otro salvavidas que equivalía a un ajuste del 7% del PIB hasta 2014, con el fin de lograr un superávit sin intereses del 4,5% en 2015. Solo los préstamos anunciados, de entre 130.000 y 145.000 millones, podían saciar a la banca y los fondos y perdonar la mitad de la deuda (unos 100.000 millones).

A cambio, Grecia tenía que afrontar un recorte de 3.300 millones de euros ese mismo 2012, otro del salario mínimo del 22%, el despido de 15.000 funcionarios y el tijeretazo a las pensiones con el objetivo de ahorrar 55.000 millones hasta 2015.

En 2018, tras otro rescate más de 86.000 millones otorgado en 2015, Grecia salió del coma y comenzó a caminar con andador en los mercados, pero ya sin respiración asistida. Ocho años de intervención de la economía helena en los que Atenas recibió casi 300.000 millones de euros a un elevado «coste social», según determinó el propio Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE).

En 2019, justo antes del estallido de la pandemia, Grecia parecía emerger tímidamente tras acumular enormes sacrificios y un aumento de la presión fiscal y de las cotizaciones para una familia media con dos hijos y uno de sus miembros trabajando superior al 35% en los diez años de crisis. Una crisis que disparó la deuda privada del 66% al 137% del PIB.

Hoy, diez años después de ese segundo rescate, Grecia trata ahora de sobreponerse a la devastación de la pandemia y espera que la fuerte recuperación del turismo, que representa el 20% del PIB, tire de la economía y del consumo.

Sin embargo, como Italia o España, corre el riesgo de seguir anclada en 2008, con un PIB inferior al de hace casi tres lustros tras haberse gastado más de 39.800 millones de euros para hacer frente a las consecuencias de una pandemia que se da por superada, con solo 2.900 millones asignados en 2022 en ayudas.

De hecho, las cuentas del primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, prevén un crecimiento del 4,5 % del PIB y una reducción drástica del gasto. Tras una revisión al alza del PIB hasta el 6,1% en 2021, el Gobierno heleno estima que a finales de este año su PIB será superior en el 1,7% respecto al de 2019. Eso implicaría que su riqueza estaría aún por debajo de la de 2012, cuando recibió ese segundo rescate y a años luz de la previa a la crisis financiera. A ese ritmo, Grecia necesitaría casi una década más para recuperar el PIB de 2008.

Por ahora, deberá de contentarse con haber dejado de ser la campeona del paro europeo a costa de España. El desempleo en Grecia cerró en el 12,8 % de la población activa en diciembre de 2021, según la agencia de estadística helena. Y eso pese a que España concluyó el pasado año una tasa de paro del 13,3%, la más baja desde 2008 (sin contar los ERTE). Pese a todo, el 39% de los jóvenes griegos está en paro, por delante del 29% de España y del 28% de Italia. Sus empleos son incluso de peor calidad que los que hay en España.

2024, regreso a la casilla post-rescate

Grecia pone fin al fuerte gasto necesario para afrontar la pandemia. Tras un déficit primario (sin el pago de la deuda del Estado) del 6,7% del producto interior bruto (PIB) en 2020, y un aumento hasta el 7,1 % en 2021, este indicador se reducirá tras la moratoria de la pandemia al 0,5% en 2022.

A partir de 2023, volverá a obtener un alto superávit del 2% del PIB, en 2023, el 2,8% en 2024 y el 3,7 % el 2025, según el Consejo Fiscal heleno. De ser así, Atenas volvería a cumplir los objetivos marcados para la era post-rescate a partir de 2024.