Opinión

De cajón de madera...

El Gobierno de Pedro Sánchez sigue erre que erre empeñado en gastar, en ingresar a base de “sablazos fiscales” y en aumentar la deuda y el déficit

La situación es muy simple y, como reza la expresión, es de cajón de madera, de pino... Si en una economía familiar sale más dinero (gastos) del que entra (ingresos), porque, o no pueden, o no quieren apretarse el cinturón, solo hay una salida: pedir dinero prestado a los bancos o entidades financieras o dar “sablazos” a los amigos y familiares. Pero, claro, todo tiene un límite porque los que prestan no van a estar soltando “pasta” continuamente. Con lo cual, tarde o temprano, sus miembros deberán reducir sus gastos, aumentar los ingresos, o las dos cosas a la vez, para continuar viviendo y, se supone, que para devolver los créditos. Todo lo anterior parece de sentido común y creo que lo es. Pues bien, eso que pasa con la unidad familiar, también sucede con las finanzas del Estado, en este caso de España. Nos encontramos ante un déficit público y una deuda desbocada.

Hasta ahora, y por aquello de la barra libre del Banco Central Europeo BCE) debido a la pandemia y también a que los tipos de interés llevaban ya muchos años en terreno negativo o bajo mínimos, nuestras finanzas públicas han ido saliendo a flote. Pero esa situación de “bonanza” se ha acabado, porque los intereses han subido ya y todo apunta a que lo harán en las próximas semanas todavía más, mientras que el Banco Central Europeo está cerrando el grifo. Los avisos que han llegado a Madrid son numerosos, pero el Gobierno de Pedro Sánchez sigue erre que erre empeñado en gastar, también en ingresar a base de “sablazos fiscales”, en aumentar la deuda y el déficit. ¿Hasta cuándo se podrá sostener esta situación? En La Moncloa, y sobre todo Pedro Sánchez, confían en que esto aguante y se pueda llegar al final de la legislatura dentro de año y medio largo (en diciembre de 2023). Llegado ese momento tengo mis dudas de que Sánchez se vaya a presentar, (con grandes posibilidades de perder, según la foto fija de ahora mismo) y, teniendo en cuenta que, poco después, en mayo de 2024, habrá elecciones europeas y, a continuación, habría que designar presidente de la Comisión Europea, del Consejo y del Parlamento Europeo, puestos a los que no haría ascos. Y ahí lo dejo.