Energía

Las claves del último proyecto estrella de Sánchez: el BarMar, la futura conexión energética entre España y Francia

La negativa de Francia a impulsar el MidCat ha forzado al presidente a cambiar de objetivo

Ante la negativa de Francia a impulsar el MidCat, que proyectaba una conexión gasística a través de los Pirineos catalanes, ha surgido como inesperada la alternativa del BarMar, un conducto submarino entre Barcelona y Marsella (sureste francés), con el acuerdo de los tres países implicados -España, Francia y Portugal- y la sintonía entre la Generalitat y el Gobierno central. El objetivo es mejorar las interconexiones energéticas entre el norte y el sur de Europa.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez; el jefe de Estado francés, Emmanuel Macron, y el primer ministro portugués, António Costa, cerraron este jueves en Bruselas el acuerdo que debe materializar este conducto submarino para transportar inicialmente gas y, en unos años, hidrógeno verde. Los tres mandatarios informaron de que volverán a reunirse en Alicante el 9 de diciembre, coincidiendo con la cumbre euromediterránea que se celebrará en esa ciudad, para decidir el calendario, las fuentes de financiación y las cuestiones de costes relacionadas con la ejecución del BarMar. Pocas horas después del anuncio, sin embargo, comienza ya a vislumbrarse cómo será este futuro conducto submarino. ¿Qué sabemos hasta ahora?

Entre cinco y siete años de construcción

Que se haya cerrado un acuerdo a tres bandas facilita que los trabajos técnicos para iniciar el BarMar puedan arrancar lo más pronto posible, pero ello no evitará que haya que esperar algunos años para que lo proyectado en el papel sea una realidad tangible. Fuentes españolas apuntaron ayer, tras darse a conocer el acuerdo, que en un plazo entre 4 y 5 años el BarMar podría estar ya construido. La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha precisado este viernes que al ser este un diseño nuevo “lógicamente llevará más tiempo”: 5, 6 o 7 años, según sus cálculos iniciales.

Financiación europea

La secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen, ha explicado, además, que el Gobierno espera que la UE financie de forma “contundente” la construcción de este corredor ya que es estratégico para Europa y, por ello, susceptible de ser incluido como Proyecto de Interés Común (PIC). El 9 de diciembre se dará un paso más para concretar el “detalle técnico para poder evaluar y tener las cifras definitivas de cuánto va a costar y cuánto va a financiar la UE y cuánto las partes”, ha añadido Aagesen.

Adiós a la vía italiana

Ante la negativa de Francia de apostar por el MidCat, que además generaba gran rechazo social en ese país por su impacto medioambiental, una opción inicial que se había puesto sobre la mesa era conectar Barcelona con Livorno (Italia), también por vía submarina. Pero ese tubo submarino sería “más extenso y caro”, de modo que es lógico priorizar una opción más “ágil y lógica” como la del BarMar: “La alternativa era que fuera Livorno, pero es muy razonable que sea Marsella”, ha resuelto Ribera.

Gobierno y Generalitat, de la mano

La apuesta por el BarMar también tiene lectura catalana, y es que este es un proyecto bien visto por la Generalitat, pues el presidente catalán, Pere Aragonès, ya ha mostrado toda su “complicidad y apoyo”, así como “voluntad de colaborar” con las partes implicadas para que Cataluña sea “un ‘hub’ energético del hidrógeno (verde) en Europa”. No ha sucedido lo mismo con otros proyectos de renombre como la fallida ampliación del Aeropuerto de El Prat o la eterna polémica entorno al servicio de Rodalies. Muestra de la buena sintonía entre gobiernos en este asunto es que Ribera, según ha explicado ella misma, informó del acuerdo a Aragonès antes de que se hiciera público.