Vivienda
Cortinas para hacer habitaciones, visitas de familiares o agujeros en el techo: las "historias tróspidas de buscar piso" que revientan Twitter
La escasez de los pisos de alquiler y su elevado precio hacen que los "zulos" se encuentren a la orden del día
A muchos no les queda más remedio que alquilar una vivienda o incluso compartir piso, siendo la única alternativa que tienen para encontrar un lugar donde vivir. No obstante, la escasez de estos inmuebles y su elevado precio hacen que buscar piso de alquiler sea todo un quebradero de cabeza y los "zulos" se encuentren a la orden del día.
La usuaria de X (antes Twitter) Maya Pixelskaya (@Pixelskaya) publicó esta mañana un tuit donde preguntaba a los usuarios si tenían historias "tróspidas" al buscar piso y compartió la suya propia: "Yo una vez fui a ver uno y el de la inmobiliaria me explicó que el precio era más bajo porque a cambio el dueño del piso, que trabaja cerca, iría allí a comer varios días por semana".
Este tuit no tardó en hacerse eco entre los usuarios de la red social, generando 300 comentarios, más de 470 retuits y casi 700.000 visualizaciones. "Yo fui a ver una casa que estaba "para entrar a vivir" y le faltaba parte del tejado, literalmente se veía el sol desde el salón. Pero para el casero estaba para entrar a vivir", respondía una usuaria a este tuit.
Cortinas y armarios para crear habitaciones
Una de las "artimañas" comunes entre los propietarios de los pisos de alquiler es crear más habitaciones de las que realmente existen, utilizando cortinas o puertas correderas.
Una usuaria de esta red social explica que una vez fue a visitar un piso en el que vivían cuatro personas sin puertas, ya que las paredes de las "habitaciones" eran cortinas. Esta misma técnica fue utilizada por otro propietario, ya que la taza del retrete estaba en el salón y este se tapaba con una cortina de baño: "Desde un rincón podías visualizar, solo con correr la cortina, el salón-cocina en toda su magnitud. Un sótano precioso...", explicaba otra persona en X.
"A una amiga le enseñaron una habitación en Lavapiés que estaba separada de la otra habitación por una cortina. No tabique, no pared, no puerta. Cortina. La ventana era un marco con un cristal que daba a una foto de un paisaje", denunciaba un tuit de otro perfil de esta red social.
Además de las cortinas, los caseros también han intentado sacar partido a los armarios para crear habitaciones o incluso baños: "Una vez fui a ver una habitación en un piso de cuatro habitaciones. Por más que las contaba me salían 3. No entendía nada hasta que el armario empotrado del salón se abrió desde dentro y había un muchacho tumbado en un colchón".
Otro usuario denunciaba que al ir a ver un piso de alquiler, el hueco del armario empotrado lo habían reemplazado por un baño. En este había un plato de ducha y un lavabo "enano", además el váter estaba de lado para que las puertas correderas pudieran cerrarse.
Visitas de familiares del casero
Los caseros también utilizan otras tácticas a cambio de rebajar la cuota de la renta como que estos tengan vía libre para entrar al piso de alquiler, que sus familiares puedan estar en la vivienda o que incluso los inquilinos tengan que abandonar el inmueble de vez en cuando.
"Mira te comento: el piso está en la zona de Teatinos, por la parte alta. La habitación cuesta 270 euros al mes sin gastos. Los gastos aparte son compartidos con la casera y una muchacha más (la casera casi nunca está). La única condición es que los findes hay que dejar la casa libre", esta es una de las ofertas de un propietario.
Otros inquilinos aseguraron que, al alquilar un piso en un pueblo costero, la casera les dijo que "igual su madre venía unos días en verano" e incluso les planteó la alternativa de realquilar el piso durante una semana en verano si estos se iban de vacaciones.
"Fui a visitar un piso y la dueña me dijo que eran dos habitaciones y que había una tercera que estaba cerrada porque la usaría el hijo de picadero de vez en cuando", denunciaba otro perfil de esta red social.
Asimismo, otro usuario aseguraba que el hijo del casero estuvo viviendo a escondidas en el trastero y se duchaba en la pila de lavar la ropa del patio: "Venía por las noches, y se iba temprano a trabajar con el taxi. El día que nos dimos cuenta casi nos morimos del susto, pensábamos que teníamos un ladrón en casa".
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