
Estatuto de los Trabajadores
El desorden en tu mesa de trabajo es motivo de despido: así lo confirma el Estatuto de los Trabajadores
La empresa podrá sancionar cuando se produzca un incumplimiento de su normativa, y en ella se incluye la limpieza y el higiene

La relación entre empresa y trabajador está regulada por el Estatuto de los Trabajadores. Esta ley ampara a los empleados, pero también recoge los derechos de las empresas en materia laboral. En este sentido, dentro del estatuto existen una serie de artículos que son desconocidos pero que pueden resultar determinantes según las situaciones que se plantean.
Y es que aunque parece algo menor, el orden en la mesa de trabajo de los empleados puede ser diferencial. Mantener el espacio laboral ordenado no es solo una cuestión de estética o de organización personal, sino que puede tener importantes implicaciones legales y laborales. Y es que la ley establece que el desorden en el espacio de trabajo puede afectar la productividad, por lo que puede constituir una causa de despido disciplinario.
En el marco legal español, el Estatuto de los Trabajadores recoge las obligaciones básicas de los empleados, y entre ellas está la de cumplir con las normas de seguridad, higiene y organización que imponga la empresa. Por ello, incumplir esta obligación puede considerarse una falta sancionable.
Despidos por desorden
El artículo 58 del Estatuto de los Trabajadores establece que los trabajadores podrán ser sancionados por la dirección de las empresas en virtud de incumplimientos laborales, de acuerdo con la graduación de faltas y sanciones que se establezcan en las disposiciones legales o en el convenio colectivo que sea aplicable. No obstante, dichas faltas podrán ser valorables, así como las sanciones impuestas, por la jurisdicción social.
Esta medida, según especialistas en derecho laboral y prevención de riesgos, no es arbitraria. Responde a criterios de seguridad, eficiencia y profesionalidad en el entorno de trabajo, y se apoya en los deberes básicos de buena fe y diligencia del trabajador.
Normalmente, estas faltas se resuelven con amonestaciones verbales o escritas, aunque los convenios colectivos pueden precisar qué se entiende por desorden en cada sector y fijar matices en su aplicación. De esta manera, la reiteración de amonestaciones de este estilo puede provocar el despido.
La notificación de la sanción
Para aquellos casos donde se producen faltas graves y muy graves, el procedimiento para notificar la sanción es estricto. La comunicación debe producirse por escrito, con hechos concretos y una motivación. Tras detectar la falta, la empresa cuenta con 10 días para notificar la sanción.
Una vez el empleado es conocedor de la falta, puede presentar alegaciones por escrito, acudir al comité de empresa o al sindicato para asesoramiento y, en caso de considerar la sanción desproporcionada, puede impugnarla ante el Juzgado de lo Social en el plazo de 20 días hábiles desde la notificación.
La importancia del orden en el trabajo
Desde una perspectiva de prevención de riesgos laborales, un escritorio desordenado no solo transmite una imagen negativa hacia compañeros y superiores, sino que también puede implicar riesgos en el desarrollo de la actividad diaria.
El incumplimiento de protocolos internos, los riesgos de accidentes e incluso la filtración de datos confidenciales pueden llegar a ser motivo de despido. La empresa, en ejercicio de su poder de dirección, está legitimada para establecer normas sobre orden y limpieza, y el trabajador debe respetarlas.
El truco legal de las empresas para poder despedir
En un vídeo publicado en TikTok, el abogado laboralista Ignacio de la Calzada ha detallado el truco legal que siguen las empresas para poder despedir a sus empleados. Básicamente, cuando un trabajador comete una infracción grave o muy grave, la empresa entrega al empleado una amonestación por escrito en lugar de establecer una sanción como una suspensión de empleo y sueldo.
Al producirse esto, el empleado comienza a acumular amonestaciones en su expediente disciplinario, algo que puede ser fatal en un futuro. Esto genera una serie de "antecedentes" que sirven a la empresa para poder despedir al trabajador cuando incurre varias veces en una infracción.
"Si a ti no te tocan el bolsillo, no lo reclamas. La primera te la comes porque no recurres, y la segunda posiblemente también. A la tercera, y a lo mejor has cometido algún tipo de infracción que no es tan grave, y que a lo mejor es más cierta, te despiden en base a dos antecedentes y ese último hecho", explica el abogado.
Una vez que el trabajador es despedido, Ignacio de la Calzada asegura que es imposible reclamar ante la justicia. Esto se debe a que es imposible discutir las sanciones anteriores, lo que permite a la empresa despedir de manera procedente.
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