
Vivienda
Gonzalo Bernardos, reputado economista alerta sobre el alquiler: "Es una trampa mortal"
Un reconocido economista lanza un aviso a navegantes: la vivienda es ahora o pagarás mucho más tarde por ella

El mercado inmobiliario español atraviesa un momento complejo, marcado por la escalada de precios tanto en compra como en alquiler y una oferta que no logra satisfacer la demanda en las principales ciudades y zonas de interés. Esta coyuntura genera una profunda incertidumbre entre quienes buscan acceder a una vivienda digna, ya sea en propiedad o arrendamiento.
En este contexto de tensión y dificultad, voces expertas en el ámbito económico ofrecen su visión sobre el futuro del sector y brindan consejos, a menudo incómodos, sobre cómo navegar esta realidad. Una de las opiniones más directas y comentadas en los últimos días proviene del economista Gonzalo Bernardos, conocido por su análisis sin rodeos sobre la actualidad financiera.
Bernardos no duda en expresar una perspectiva que muchos encontrarán desafiante, especialmente aquellos que posponen la decisión de adquirir una propiedad con la esperanza de una corrección de precios. Su pronóstico apunta a una evolución de los costes que podría sorprender negativamente a los menos previsores, instando a la acción inmediata para quienes tengan la capacidad.
La cruda advertencia de Bernardos: esperar costará caro
Gonzalo Bernardos, figura mediática y respetada en el ámbito económico español, ha sido contundente al abordar la situación del mercado de la vivienda y el consejo que daría en su propio entorno familiar. Su mensaje principal es claro para aquellos con la capacidad de compra: la adquisición debe ser inminente para esquivar futuros desembolsos mucho mayores, una recomendación que aplica incluso a su círculo más cercano, instando a su hija a comprar ya, según señaló desde el podcast Inversión inteligente.
Esta urgencia planteada por el catedrático de la Universidad de Barcelona se fundamenta en su análisis de las fuerzas que rigen el sector inmobiliario actual. La combinación de una oferta insuficiente de obra nueva y de segunda mano en zonas clave, junto a una demanda persistente impulsada por diversos factores, crea un caldo de cultivo perfecto para una tendencia a la subida de los precios que, en su opinión, no parece frenarse en el horizonte cercano ni medio, proyectando incrementos continuados.

Más allá de la necesidad de vivienda personal, Bernardos también aborda la inversión en propiedades como estrategia de largo plazo. Lo considera fundamental para construir lo que denomina "patrimonio para mis hijos", destacando que el conocido "ladrillo" sigue siendo un valor refugio robusto y una forma segura de preservar el capital, especialmente valioso en entornos inflacionarios como el actual. Defiende que, con análisis y sentido común, aún se pueden identificar buenas oportunidades.
El economista es particularmente crítico con el mercado del alquiler para los jóvenes, calificándolo de "trampa mortal". Argumenta que permanecer arrendado durante demasiado tiempo, con rentas elevadas que consumen una parte importante de los ingresos, aleja progresivamente la posibilidad de ahorrar lo suficiente para la entrada de una vivienda propia, un fenómeno que las estadísticas oficiales confirman con un descenso acusado en las últimas décadas para los tramos de edad más jóvenes.
La rapidez con la que se mueven las propiedades interesantes en el mercado actual es otro factor de alarma para Bernardos. Señala que las viviendas con buenas características, ubicadas en zonas demandadas y a precios considerados razonables, apenas permanecen anunciadas, vendiéndose casi de inmediato sin dar tiempo a muchos interesados a visitarlas. Quienes dudan o tardan en decidirse corren el riesgo real de quedarse fuera del mercado, a pesar de que existe un número considerable de hogares con capacidad financiera buscando activamente.
Pese a los desafíos que presenta el sector inmobiliario, Bernardos mantiene un diagnóstico general optimista sobre la economía española tras la pandemia, aludiendo a un periodo de relativa bonanza. Atribuye parte de este dinamismo a cambios en los hábitos de consumo, con hogares que priorizan gastos en ocio como turismo y restauración, impulsando esos sectores. Sin embargo, subraya que este crecimiento macroeconómico no se traduce automáticamente en una solución para el complicado acceso a la vivienda que afecta a amplias capas de la población.
✕
Accede a tu cuenta para comentar