
Opinión
«Made in Europe» frente a la pinza de Trump y Putin
Si dejamos de fabricar aquí, en nada seremos nosotros los que fabriquemos para otros, ya está ocurriendo

Los europeos tenemos un problema de identidad. Nos cuesta darnos cuenta de que gracias a la unidad en la diversidad de una torre de Babel lingüística y cultural tan colosal como enriquecedora hemos logrado el mayor periodo de paz de nuestra historia. El propio Reino Unido, que sacaron de la casa común unos cuantos nostálgicos y «snobs», trata ahora de llegar a un acuerdo comercial con la UE para poder recuperar a su principal mercado, el continental, y las ventajas de las que gozaba como puente entre Europa y Norteamérica.
Por eso, los europeos debemos aprovechar el reto que nos plantean las amenazas de Trump, no para revolvernos contra nuestro gran aliado y principal socio comercial, al que tampoco le interesa una confrontación, sino para ponernos las pilas.
Porque a Trump no le falta razón en algo: EE UU tiene que aguantar un sentimiento antiamericano constante en Europa a pesar de que son sus contribuyentes los que soportan el enorme gasto militar que nos provee de seguridad a todos.
No, no nos vendría nada mal para impulsar nuestra propia industria aumentar el gasto en Defensa. No en vano, si algo sabemos hacer los europeos es fabricar armas, llevamos toda la vida haciéndolo. A tal efecto, la Comisión Europea quiere que la UE dedique a contratos europeos al menos el 50% de su presupuesto de Defensa en 2030 y el 60% en 2035.
Y todo esto me lleva a la necesidad de que, presionados en un extremo por Putin y en el otro por Trump, y con China y los árabes tratando de comprarse medio Viejo Continente, los europeos tomemos conciencia de que para mantener nuestras pensiones y nuestro Estado del Bienestar debemos pintar algo y para eso necesitamos fuerza militar e industria, lo que equivale a inversión en nuevas tecnologías.
Pioneros en la industria aeronáutica, energética, automotriz y de telecomunicaciones durante el último medio siglo, nos estamos quedando fuera de nuevos desafíos, como el de la Inteligencia Artificial ¿De verdad queremos que nuestra vida la controle una IA china? ¿Vamos a echarnos otra vez en manos de los gringos mientras sesteamos?
Es hora de que Europa salga del letargo. Necesitamos grandes empresas paneuropeas.
Y un aviso: si dejamos de fabricar aquí, en nada seremos nosotros los que fabriquemos para otros. Compren «Made in Europe», aunque salga algo más caro.
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