
Consumo
La OCU pide a Consumo que equipare el etiquetado de las bebidas energéticas al del tabaco
El 45% de los jovenes entre 14 y18 años consumen bebidas energéticas con frecuencia

Las bebidas energéticas se han vuelto un imprescindible para muchas personas en nuestro país, sobre todo para los más jovenes, los cuáles las consumen de manera casi autómata a cualquier hora del día para ir al gimnasio, evitar el cansancio o simplemente por su sabor. Por tanto, la Xunta de Galicia ha anunciado que prohibirá la venta de estas bebidas a partir de 2024 dado el creciente consumo de este tipo de refrescos entre los adolescentes.
Ante escenario, desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) han querido dar un paso más allá, y proponen al Ministerio de Consumo regular un etiquetado similar al del tabaco, reservando el 65% de la superficie del envase a destacar mensajes de advertencia como "bebida no recomendada a menores de edad", "no consumir combinada con alcohol" y "elevado contenido en cafeína", advirtiendo que no deben consumirse más de 3 mg de cafeína por kg peso corporal.
El 45% de los jovenes entre 14 y18 años consumen bebidas energéticas con frecuencia y la mezcla de estas bebidas con alcohol es una práctica que realiza el 16% de los adolescentes, según muestra el Plan Nacional sobre Drogas (Informe Estudes). Además, un reciente estudio de OCU advierte que al menos doce bebidas energéticas que se venden en supermercados y tiendas de conveniencia igualan o superan los 150 miligramos de cafeína por lata, la cantidad diaria máxima que establece la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) para un adolescente de 50 kilogramos.
"Consumida en dosis moderadas, la cafeína aumenta el estado de alerta y reduce la somnolencia, incluso podría tener efectos beneficiosos sobre la salud cardiovascular. Pero en exceso estos beneficios se convierten en riesgos: a corto plazo puede interrumpir el sueño, causar ansiedad y producir alteraciones en el comportamiento; a largo plazo, causar problemas cardiovasculares", explican desde la OCU.
Cuando estas bebidas se mezclan con alcohol la situación es más preocupante, ya que permite a los adolescentes una mayor y más prolongada ingesta de alcohol, ya que reduce la sensación de sueño y se permite alargar la noche. Entonces, aquellos que mezclan ambas bebidas entran en un estado de “borrachera completamente despierta”, aumentando los daños sobre la salud, advierte la OCU. Por ello, consideran que todos estos son motivos más que suficientes para solicitar al Ministerio que tome medidas que prevengan los riesgos derivados de su abuso en su consumo.
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