Inflación
El robo de la inflación en Argentina
El Estado es uno de los principales interesados en que haya inflación, aunque algunos abusan de esa potestad hasta límites insoportables, como Argentina, donde la inflación se acerca al 150%
La inflación es un deterioro en el valor de la moneda que implica redistribuciones de riqueza: con la inflación, unos muchos se empobrecen y algunos se enriquecen. ¿Quiénes son los que se empobrecen? Aquellos cuyos ingresos no son fácilmente ajustables al nuevo valor de la moneda y cuyos gastos, en cambio, sí lo son: por ejemplo, trabajadores cuyos salarios no se incrementen con la inflación pero cuya cesta de la compra sí se encarezca por causa de ésta. ¿Y quiénes se enriquecen? Pues aquéllos cuyos ingresos sí se ajustan al alza con la inflación y cuyos gastos no: por ejemplo, una empresa que suba los precios de sus mercancías y que consiga mantener a raya sus salarios. O también los deudores: agentes que tienen que efectuar pagos financieros fijos y cuyos ingresos pueden, en cambio, aumentar nominalmente con la inflación. En este sentido, como el principal deudor de toda economía es el Estado, uno de los principales interesados en que haya inflación es el Estado: de ese modo, la mayoría de sus ciudadanos (los tenedores de moneda y de deuda pública) se empobrecen y el Estado se enriquece.
Pues bien, aunque todos los Estados gustan de recurrir a la inflación, algunos de ellos terminan abusando de semejante potestad hasta límites insoportables: verbigracia, el Estado argentino, cuya tasa de inflación se acerca ahora mismo al 150% anual. Y, de acuerdo con el más reciente análisis publicado por la Fundación Mediterránea, esta tasa de inflación del último año ya ha provocado un empobrecimiento medio de trabajadores, funcionarios y pensionistas cercano al 15%: es como si los precios no hubiesen variado y les hubiesen perpetrado en recorte nominal a sus ingresos del 15%. Tan es así que, a día de hoy, los salarios reales y otros ingresos de los argentinos se encuentran por debajo de los niveles de 2008. Quince años perdidos sólo en 2023. Y el principal responsable de este desaguisado es el ministro de Economía, candidato peronista a la presidencia de la república y aliado ideológico de Yolanda Díaz, Sergio Massa. Empobrecer a la mayoría para enriquecer a la minoría de la casta política.
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