El "simpa" de Sánchez

Vamos a dejarnos de bobadas. No nos distraigamos con la sucesión de traiciones (los pactos con los proetarras de Bildu y los sediciosos de ERC, la posición del Sáhara, los indultos a golpistas y la supresión del delito de sedición, entre otras afrentas). Tampoco con las meteduras de pata de consecuencias aún incalculables que rozan la prevaricación, como la ley del sólo sí es sí, que ha provocado por ahora la excarcelación de más de un centenar de agresores sexuales y beneficiado a más de un millar de condenados, y ahora por el trapicheo de votos que va camino del «pucherazo».

Vayamos a lo mollar. La gran comunidad de vecinos llamada España acumula una deuda ciclópea. ¿Y qué ha hecho nuestro Gobierno? ¿Gestionar con austeridad y reducir la dependencia de nuestros acreedores? ¿Prepararnos para un escenario de tipos de interés alto? ¿Ser hormiga o cigarra?

Ahora que el «sanchismo» toca a su fin, como demostrarán los resultados de las municipales y autonómicas y su posterior réplica en las generales –donde es imposible vencer sin haber ganado antes las locales y menos aún sin el apoyo de Andalucía, Madrid y, probablemente, la Comunidad Valenciana– toca ver lo que nos ha costado a los españoles la puesta en práctica de su «manual de resistencia», en el fondo, aferrarse al poder por encima del bien común, que es la esencia misma de la política.

Pues bien, desde que Sánchez gobierna nos ha colocado a cada español, sea recién nacido o pensionista, nada menos que 7.000 euros adicionales de deuda hasta casi 32.000 euros por cabeza. Sí, su bebé recién nacido no viene con un pan debajo del brazo sino con 32.000 euros de deuda.

Piénselo cuando acuda a votar con los cantos de sirena de bonos de cine para mayores, cheques «play station» de 400 chuches, interrailes a mitad de precio y demás descuentos ferroviarios prometidos por el galán de telenovela.

Todo eso lo pagaremos con creces todos. Sánchez se marchará con una mueca después del «simpa» monumental que nos ha colado.

Y esto con los tipos de interés al alza. Las nuevas emisiones de títulos de deuda han pasado en el conjunto de la OCDE del 1,4% en 2021 al 3,3% en 2022. Y más nos vale pagar porque, de lo contrario, nos moriremos de hambre. Que a los morosos no los fían ni en su casa.