Toni Bolaño

El artículo de Toni Bolaño: Momento plácido de Sánchez

En política, en plena negociación debes mantener la compostura

Pedro Sánchez
El presidente del Gobierno, Pedro SánchezEuropa Press

La política de estos días está enrevesada a más no poder. Quizá los únicos que no se han metido en un charco son los socialistas. Parece que Sánchez va a lo suyo. Nuevas promesas, atacadas con saña por los trolls de las redes que le acusan de todo con un lenguaje que refleja la cortedad de miras y mente, entrevistas a sus ministros, modalidad un poco naif ,que quieren que les diga, y apariciones públicas por doquier que para dolor de sus adversarios sale vivo y con fuerza.

A su derecha, desolación y caos. María Guardiola, la chica del alcornoque según Federico Jiménez Losantos, peca de bocachancla. En política, en plena negociación debes mantener la compostura y evitar la sobre exposición porque siempre hay que decir menos de lo necesario. Lo importante es el fondo, no las formas. Así, la señora Guardiola, autoerigida en la valquiria extremeña, da entrevistas a diestro y siniestro porque ya saben, cuando en el pueblo te llaman de la capital te consideras importante. Vamos, ejerces de pueblerino.

Así, la señora Guardiola, heroína o villana según el cristal con el que se mire, se ha ido metiendo en charcos esta semana. En un primer momento pareció que lanzaba un balón de oxígeno a Feijóo, que era víctima de una arritmia por el pacto de Valencia, con inspiración de Pepa Pig –por la calidad del texto original del pacto– como lo definió Rafa Latorre, director de La Brújula de Onda Cero. Sin embargo, el balón no era de oxígeno, era de cuero y le ha dado en la cara a Feijóo.

El pacto de Valencia subió los humos a Vox. Y con razón. Si consiguieron una Vicepresidencia y tres consejerías sin bajarse del autobús, porque no subir la apuesta en todas las comunidades. Si consiguieron entrar en el gobierno de decenas de ayuntamientos, porque tienen que renunciar en Extremadura, Baleares, Aragón y Murcia. Con la tesis de Feijóo de que la fuerza de Vox se mide en el porcentaje de voto, López Miras en Murcia le debería dar una cuarta parte de su gobierno. La cosa está complicada que deslizan desde Génova que Europa nos mira con atención porque Vox debilitaría la imagen de España y de su Gobierno. Pues ya deben estar horrorizados tras lo de Valencia y lo de decenas de ayuntamientos.

A la izquierda del PSOE, Yolanda Díaz, la izquierda Chanel, se ha lanzado contra Sánchez. Sumar no levanta cabeza y puede quedar por debajo del peor Podemos, porque pierde votos, ¡vaya por dios!, hacia el PSOE. Por tanto, caña al mono, o sea caña a Sánchez. Incluso ha salido Yolanda Díaz a favor de Feijóo en el apasionante debate sobre los debates. Aquí, en España, no se debate, se debate sobre el debate, esto parece a nuestros políticos más interesante.

Pero Díaz, enfrascada en su cruzada, se ha dado de bruces. Su magnífica candidata catalana, Aina Vidal, muy conocida en Cataluña –sobre todo en su casa a la hora de cenar– , se ha metido en un gran jardín defendiendo que en el programa de Sumar se incluya el referéndum independentista en Cataluña. La señora Vidal, todo hay que decirlo, siempre lo ha defendido, pero el referéndum no interesa en Cataluña ni a los independentistas, que tras las municipales han buscado un socio de referencia para gobernar decenas de ayuntamientos: el PSC.

Las previsiones electorales de los Comunes en Cataluña distan de aquellos años en los que ganaban las generales. Ahora, pueden ser cuarta fuerza y más les vale que anden finos porque el PP les puede pasar la mano por la cara. A ellos y a ERC, que se hunde como el submarino del Titanic. Y para colmo, el PSC se pavonea en una primera posición que perdió en 2011 y se convierte en el principal activo de Sánchez. Quién iba a decir que el presidente tendría un momento plácido en la campaña. No por aciertos propios, por errores ajenos.