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Nutrientes esenciales en la dieta

El comedero

Cultivo de lechugas con acolchado de papel
Cultivo de lechugas Agropaper

La mayoría de la población mundial presenta una ingesta inadecuada de micronutrientes. Un estudio publicado en la revista The Lancet cifra en más de 5.000 millones el número de personas que no consumen suficiente cantidad de yodo, vitamina E y calcio, y en más de 4.000 millones las que tendrían un déficit de hierro, riboflavina, folato y vitamina C. Las mujeres ingieren menos yodo, vitamina B12, hierro, selenio, calcio, riboflavina o folato que los hombres. Al contrario, los hombres presentan una menor ingesta de magnesio, vitamina B6, zinc, vitamina C, vitamina A, tiamina y niacina que las mujeres.

La falta de micronutrientes, advierten sus autores, supone una de las formas más comunes de malnutrición en el mundo, y tiene consecuencias para la salud pública, desde anemia por falta de hierro, a problemas de tiroides por déficit de yodo, el debilitamiento del sistema inmune por carencia de vitamina A y zinc, o la fatiga y los trastornos del sueño en el caso del magnesio.

Conseguir una dieta equilibrada y variada que incluya todos los nutrientes necesarios supone un reto incluso en sociedades desarrolladas en las que el ritmo de vida invita a consumir alimentos ultraprocesados o de dudoso valor nutricional.

Ciertas prácticas de la agricultura intensiva, como el abuso de fertilizantes químicos o la sobreexplotación de los suelos, también contribuyen a una menor disponibilidad de estos nutrientes en las plantas. En su lugar, alternativas sostenibles como la rotación de cultivos, el uso de abonos orgánicos o la biofortificación (que potencia los micronutrientes esenciales en cultivos mediante técnicas agrícolas, biotecnológicas o genéticas sostenibles) contribuyen a mejorar la calidad de los terrenos, la composición nutricional de las cosechas, la seguridad alimentaria y la protección del medio ambiente.