Alberto Núñez Feijóo
Mujer rural y mayor de 65, el granero de votos de Feijóo
Así es el votante del PP en Galicia. El popular aglutinó el 47% de los votos en 2016 y va camino de revalidar la mayoría absoluta cosechada ya en tres ocasiones
Mujer, que vive en zonas rurales, sin estudios y de edad avanzada. Este es el perfil mayoritario que se asocia al votante del Partido Popular en Galicia, donde es fuerza hegemónica desde los años noventa pese a perder la Xunta durante cuatro años en 2005. El municipio orensano de Avión sirve para ilustrar el perfil de los electores que año tras año votan a los populares. Desde la democracia solo conoce dos alcaldes Francisco Gil Zamora y Antonio Montero Fernández, ambos del Partido Popular, y en las elecciones autonómicas el partido conservador arrasó en el municipio al lograr el 88,75% de los votos. En esta comarca del Ribeiro viven alrededor de 2.600 habitantes y la edad media de su población supera los 60 años.
Según el del Centro de Investigaciones Sociales (CIS), el votante que podría aupar al candidato del PP a la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, a su cuarta mayoría consecutiva, tiene 65 o más años (el 46,6%), reside en un municipio de entre 200 y 10.000 habitantes (36,4%) y no tiene estudios (49,8%).
No obstante, en opinión de la asesora de comunicación y presidenta de la Asociación Comunicación Política (Acop), Verónica Fumanal, en Galicia el voto del Partido Popular es «mucho más amplio» de lo que puede ser en otras Comunidades Autónomas, «básicamente porque allí Feijóo tiene en torno al 47% del voto y en el resto de comunidades está en torno a un 16 o 20%». Por lo tanto, Feijóo tiene el doble de apoyos en Galicia que el partido en el resto de comunidades. De hecho, el CIS preelectoral, publicado la semana pasada, sitúa a los populares como la fuerza más votada en todos los nichos de edad excepto en el tramo comprendido entre los 18 y 34 años que vota a los nacionalistas gallegos.
Que Feijóo sea el preferido entre las votantes femeninas es, según la experta en comunicación política, «porque ellas son más conservadoras, pero no desde el punto de vista ideológico sino que les cuesta cambiar de voto y por lo tanto se arriesgan menos y optan más por los partidos tradicionales». Además, en líneas generales, el perfil del votante de los partidos tradicionales está mucho más concentrado en las áreas rurales porque tiene un voto más conservador y son personas menos acostumbradas a los cambios. En este sentido, tanto Vox como Galicia en Común –la marca de Unidas Podemos en la comunidad gallega– reciben el mayor apoyo electoral en los municipios con mayor población. Este esquema también se puede trasladar al ámbito nacional. Tanto Ciudadanos como Podemos tienen concentrado su voto en el área urbana, característica que suponía un hándicap para sendas formaciones en las pasadas elecciones generales, hasta el punto que vimos al entonces líder de la formación naranja, Albert Rivera, montado en un tractor para atraer el voto de este nicho de población. «Son sociedades más conservadoras, más cerradas, con más aversión al cambio», explica Fumanal.
Por otro lado, las estructuras de los partidos tradicionales están mucho más implantadas en los territorios que las de los partidos nuevos. Tanto el Partido Popular como el PSOE tiene sede en casi todos los municipios y tienen organizaciones que están muy permedas en cada rincón de España porque llevan muchos años en política. En cambio, es muy difícil encontrar una agrupación de Podemos en un municipio de menos de mil habitantes porque son relativamente nuevos. «La primera expansión de las formaciones políticas siempre es los municipios más grandes que es donde hay más oportunidad de captar voto», reconoce la experta en comunicación.
El enemigo de toda cita electoral es la abstención. Los gallegas y vascas serán los primeros comicios que se celebren en España en la era post-covid. Pese a que se celebrarán bajo fuertes medidas de seguridad, el miedo al contagio puede desanimar a parte del electorado. Sin embargo, a priori, el votante del PP gallego es fiel y constante en las urnas hasta el punto que, en ocasiones, se identifica con el partido como lo hace con un equipo de fútbol. Hay, no obstante, otros dos factores que pueden lastrar la participación electoral. Por un lado, la sobreexposición a las urnas ya que en los últimos meses se han celebrado dos generales, unas municipales y unas elecciones europeas y, por otro lado, el hecho de que la cita electoral se celebre en verano y en vacaciones.
✕
Accede a tu cuenta para comentar