Maniobra

Podemos intentó forzar el cese de Escrivá

Sánchez precipita la salida de Salvador Illa para desactivar las presiones de la formación morada

El Consejo de Ministros que se celebrará hoy en Moncloa será el último de Salvador Illa al frente del Ministerio de Sanidad. Cuatro semanas después de que se hiciera pública su candidatura para asumir las riendas del PSC en la contienda electoral en Cataluña, cuatro semanas en las que ha estado compatibilizando sus funciones al frente de la crisis sanitaria con la vocación de aspirante a presidir la Generalitat. Pedro Sánchez resolverá la crisis de Gobierno de forma quirúrgica.

Fuentes gubernamentales aseguran que será un «ajuste puntual», en la línea de lo que ya se avanzó cuando en diciembre se anunció su salida. El «relevo natural» para Sanidad es la ahora ministra de Política Territorial, Carolina Darias, que ha hecho tándem con Illa en las última Interterritoriales de Salud y cuya interlocución fluida con las autonomías, la hace la sustituta perfecta para asumir la batuta de la campaña de vacunación ya en marcha.

Para el vacío que deja Darias se mira a Miquel Iceta. El primer secretario del PSC, que dio un paso a un lado para ceder el testigo a Illa en Cataluña, entraría en el Ejecutivo en una cartera, la de Política Territorial, creada a imagen y semejanza de un perfil catalán y que en la pasada legislatura ya detentó Meritxell Batet, ahora presidenta del Congreso.

Estos son los planes, salvo sorpresa, porque en Moncloa siempre se deja abierta la puerta a la incertidumbre. Aseguran que, en base a lo previsto, es en último término el presidente «quien toma la decisión final». La decisión, no obstante, se precipitó en las últimas horas, con un mensaje de la Secretaría de Estado de Comunicación en la que se avanzaba que las del lunes serían las últimas 24 horas de Illa al frente de Sanidad. El de hoy será su último Consejo de Ministros y durante esta misma jornada se conocerá su relevo para que mañana se lleve a cabo en el Palacio de la Zarzuela la toma de posesión ante el Rey del nuevo titular del departamento. Illa deja pendiente comparecer en el Congreso, una comparecencia a la que tenía previsto acudir, y se va sin que el TSJC haya fijado definitivamente las elecciones para el próximo 14 de febrero.

Sánchez compartió ayer con Illa la visita a la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios en la que alabó su gestión y su «liderazgo». El presidente señaló que «ha sido un honor haber trabajado codo con codo «con él y que «entiende» la decisión de dejar el Ministerio para competir en las elecciones catalanas porque «el desafío que tienes por delante los próximos meses y años es apasionante, complejo pero muy necesario para Cataluña».

El objetivo de Sánchez es zanjar cuanto antes la crisis de Gobierno para evitar que se siga alimentando el debate sobre más cambios. Especialmente por parte de sus socios de coalición, que han puesto en el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, en el punto de mira. De hecho, desde hace días desde Podemos, y más concretamente desde la Vicepresidencia segunda del Gobierno, se intenta torpedear, de momento sin éxito, la línea de flotación de la cartera de la Seguridad Social. Los afines a Pablo Iglesias redoblaron este contraataque este fin de semana pasado, incluso con manifestaciones públicas como las realizadas por el secretario de Estado de Derechos Sociales contra el ministro de Seguridad Social, al que acusó de incumplir con sus reformas el pacto de gobierno de Unidas Podemos y PSOE. Por si fuera poco, ayer mismo los correligionarios de Pablo Iglesias filtraron a la Prensa que la dimisión de Escrivá «era cosa de horas».

Incluso llegaron a difundir la noticia de que ya se había producido. Así, pretendieron desestabilizar al propio Escrivá, que en los últimos días ha perdido varias veces los papeles a costa de sus polémicas públicas con Iglesias. Con esta operación, intentaron forzar al jefe del Ejecutivo a que «entregue su cabeza en bandeja por el bien de la coalición», aprovechando hoy la salida del Gobierno del aún ministro de Sanidad, según confirman a LA RAZÓN fuentes gubernamentales. Sin embargo, parece que Escrivá resiste contra viento y marea en el cargo, aunque en los últimos tiempos sus relaciones dentro del Gabinete de Sánchez se han deteriorado con varios de sus miembros y no sólo con el vicepresidente. En los últimos meses su relación tanto con la vicepresidenta económica como con la ministra de Hacienda «ya no es lo que era antaño».

Pese a todo, el propio ministro en persona aseguró ayer públicamente que no piensa ni por un solo instante abandonar su cargo. «Por supuesto, tengo previsto seguir» en el Ejecutivo. De esta manera tan gráfica, desmintió el rumor de un posible abandonó de su cartera, que recorrió ayer por la mañana las redacciones de los medios de comunicación, horas antes de que se conozca la remodelación del Gobierno que acometerá el presidente para dar salida a Illa. Según fuentes gubernamentales, el jefe del Ejecutivo sigue manteniendo su idea de no tocar a su equipo económico, del que se siente orgulloso, especialmente de María Jesús Montero, que le ha blindado como inquilino de La Moncloa al conseguir la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado de 2021. Sánchez mantiene buena sintonía con todos ellos, salvo con Escrivá, con quien, no obstante, guarda las formas.