Partido

Guerra en Podemos ante la sucesión

Críticos del partido creen que se necesita «reflexión» y no un congreso refundacional exprés para que la dirección pablista «se perpetúe en el poder»

Que no haya alternativas que pueda poner en peligro el control de Podemos, que a día de hoy recae en el núcleo de máxima confianza de Pablo Iglesias. Que nada cambie para retener el poder para la dirección «pablista». Esa es la sensación que algunos dirigentes del partido y sobre todo quienes ya han abandonado el proyecto deslizaban esta semana mostrando su hartazgo con el partido del que forman parte todavía o compartieron con la dirección nacional en el pasado.

Tras los malos resultados obtenidos en Madrid en las elecciones del pasado 4-M, en las que Podemos ha quedado como quinta fuerza y derrotado por el partido al que se han sumado dirigentes que un día formaron parte de sus listas, existe un sector que pide encarecidamente la necesidad de pararse a pensar, de abrir un periodo de reflexión largo con el objetivo de estudiar las debilidades de Podemos y el camino que ha llevado a recibir como castigo el descontento de la ciudadanía. Pide este sector, sobre todo, crear un punto de inflexión en el que puedan ser escuchadas todas las sensibilidades, esas que en el pasado sí tenían voz propia.

Es, en opinión de los críticos lo que el partido trata de evitar ahora. Y es que la maquinaria de Podemos funciona ya a pleno rendimiento. La salida de Iglesias esa semana, aunque fue adelantada, no era ninguna sorpresa, el propio secretario general llevaba meses preparándola con su núcleo de confianza al denotar que su figura «estaba desgastada». El fracaso en Madrid fue lo que precipitó el baile final.Ahora, los esfuerzos se dirigen a trabajar contrarreloj ante la amenaza de que pudiesen aparecer otros liderazgos alejados de las tesis de la dirección nacional.

Solo un día después del 4-M, la dirección de Podemos tenía una orden clara; adelantar Vistalegre IV –el congreso refundacional del partido– para antes del verano, con el fin de proteger la debilidad en la que podía quedar Podemos sin su número uno y ante la posible aparición de otras alternativas de liderazgo que pudieran construirse para derrotar al “pablismo” o para impulsar un proceso de cambio real.

Es por ello que ayer el partido anunció la convocatoria de Vistalegre IV para el próximo 13 de junio, un proceso acelerado para blindar el partido que quedará bajo el poder de una candidata a la medida; la ministra de Derechos Sociales Ione Belarra, quien ya es promocionada por la dirección nacional y es la sucesora de Iglesias también en el Gobierno. Desde Podemos defienden que la dirigente navarra es una de las mujeres quien mejor conoce la formación. Solo ha militado en Podemos y la consideran como una figura al alza. En el pasado ha sido una de las personas claves por las que pasaron las negociaciones para la conformación del Gobierno de coalición, así como de los Presupuestos Generales del Estado. Ambos escenarios la hacen ser una perfecta conocedora de cómo debe relacionarse su partido con el PSOE en el Gobierno. En la actualidad lleva la batuta de las conversaciones para la futura ley de Vivienda. Fue, además, la sustituta de Irene Montero en el Congreso de los Diputados como portavoz durante una de sus bajas por maternidad.

Ante este escenario de primarias exprés, ayer, la vicepresidenta tercera del Congreso de los Diputados y diputada Gloria Elizo fue una de las que alzaron públicamente la voz criticando las «prisas» en convocar un congreso de refundación, que a su juicio conseguirá lo contrario: «cerrar las oportunidades de un proceso de renovación». Apostó la dirigente por una reflexión y debate en el momento que es «más crucial» después de los resultados en Madrid. «Volvemos a los mismos errores», lamentó para apuntar que el partido prefiere solucionar la crisis en el partido con un recambio de liderazgos antes que adentrarse en el debate sobre los datos electorales que han llevado al partido a la debacle electoral. «Las personas por encima del análisis», en sus palabras.

Una opinión que no es única entre los morados. Desde fuera critican también que el objetivo de la dirección con la convocatoria del nuevo Vistalegre IV sea el de «perpetuarse en el poder» la actual dirección compuesta por Irene Montero, Rafa Mayoral, Juanma del Olmo, Alberto Rodríguez, Pablo Echenique o Noelia Vera, entre otros cargos que conforman la Ejecutiva. Censuran que con la Asamblea Ciudadana se niegue a la militancia un proceso democrático y de reconstrucción del partido. Estas voces creen que, en realidad, para ellos «Podemos es lo segundo». Echan en falta, además, la falta de sensibilidades de las que en su día se nutría Podemos cuando transitaban distintas corrientes como la «errejonista» o «anticapitalista». Ambas hoy alejadas del proyecto que fundaron hace siete años.