Opinión
En el punto de mira
Las democracias liberales han desarrollado complejos mecanismos de control y contrapesos para que los poderes políticos y económicos estén sometidos a la crítica y el escrutinio de la opinión pública. Más allá de la división de poderes, existen otros actores fundamentales para que nuestras sociedades disfruten de democracias reales y vigorosas. Entre ellos están sin duda los medios de comunicación y los profesionales que trabajan para hacer posible el derecho a la información y la libertad de expresión. Por eso vemos con absoluta repulsa como en muchos países totalitarios o pseudodemocráticos, las primeras víctimas del poder político, de las mafias o del islamismo radical son los medios y los periodistas. Disfrutar de una prensa libre, independiente y crítica es una garantía para la ciudadanía y una prueba de la salud democrática de un país.
Esos medios en muchas ocasiones son incómodos para el poder y los partidos. La crítica, a través de la información, la opinión, la sátira o el humor, es un instrumento imprescindible para hacer real la libertad de expresión y el derecho a la información. Son reiteradas la jurisprudencia del TC amparando una amplia interpretación de la libertad de expresión e información de los medios.
Por eso, cuando Podemos difundió un video señalando a periodistas supuestamente críticos con ese partido o con sus líderes, muchos nos llevamos las manos a la cabeza ante lo que consideramos un ataque antidemocrático a la libertad de expresión. Del mismo modo, parecen inasumibles los vetos a los que algunos partidos han sometido a periodistas y las campañas contra ellos en redes sociales.
El ultimo ejemplo de estas actitudes arbitrarias lo tenemos en el señalamiento que Vox ha hecho al editor de El Jueves. Porque cuando se pone en el punto de mira a periodista, editores o medios también se está atacando a las libertades y los derechos del conjunto de la ciudadanía.
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