Vuelta a la mayoría de Aznar o Rajoy

Mientras que Felipe González pone en evidencia la falta de crítica interna en el Partido Socialista, y que el 40º Congreso no dedicó ni un solo minuto a la economía y al empleo, que son los únicos generadores de riqueza para la sociedad e ingresos para las arcas públicas, los populares son inequívocamente percibidos como la alternativa a sustituir al actual gobierno. El PP se mantiene por sexto mes consecutivo como primera fuerza política nacional, circunstancia que no se dio desde las elecciones generales de 2016. Y sumarían escaños junto con otras fuerzas desde el centro a la derecha para alcanzar una investidura de Casado por mayoría absoluta.

Las maquinarias de PP y PSOE están ya preparadas para las contiendas de 2023; municipales, autonómicas y generales. Pero, al igual que sucedió en mayo en Madrid, podríamos asistir a un adelanto electoral en Comunidad Valencia y en Castilla y León que no esperarían a mayo de 2023. También tenemos presente las elecciones autonómicas en Andalucía.

Desde 2011 los españoles han dejado de diferenciar en gran medida el voto local, autonómico y en generales. Desde entonces se ha unificado enormemente, perdiendo atractivo la figura del candidato local y autonómico y ganando peso la marca electoral del partido. Por lo que es lógico esperar que la tinta azul coloreara el mapa autonómico, con las salvedades de Extremadura, Principado de Asturias, País Vasco y Cataluña.

Un adelanto electoral en los próximos meses haría que el PP ampliase su mayoría en Castilla y León y se convirtiera en primera fuerza política en Andalucía y Comunidad Valenciana. Sería la demostración del cambio de ciclo político iniciado en la Comunidad de Madrid con las elecciones, también anticipadas, celebradas en mayo. Estos tres nuevos comicios autonómicos previos a 2023 serían un ensayo de lo que acontecerá en municipios y once de las autonomías, en mayo de 2023, y a nivel nacional seis meses más tarde. Quedarían para más adelante las elecciones autonómicas en Galicia y País Vasco, que se celebraron el año pasado, y las de Cataluña, las más recientes, de hace tan solo ocho meses.

Los resultados de la encuesta de NC Report para LA RAZÓN nos confirma la existencia de una mayoría de las derechas, que no se daba desde las mayorías absolutas de Aznar en 2000 y Rajoy en 2011. Pero a diferencia de entonces, el centro y la derecha se presentan fragmentados en tres candidaturas, que aunque suman por separado 179 escaños, bajo una única candidatura se acercarían a los 202 escaños conseguidos por Felipe González en octubre de 1982, al concentrar la lista socialista el 48,11% de los votos. En estos momentos la suma del centro-derecha es del 47, 8% del voto, solo a tres décimas del record de González. El centro derecha ha ganado 26 escaños y novecientos mil votantes netos desde las elecciones generales de noviembre 2019. El electorado más movilizado en España es el del PP, con un 95,1% de fidelidad electoral, seguido por el de Vox, con el 87,7 por ciento.

Obviamente el PSOE realizó previamente al 82 un histórico proceso de unificación del centro-izquierda entorno al PSOE. En el centro-derecha sucedió lo mismo durante en los primeros años de la década de los 90, lo que permitió llegar al PP a la Moncloa en 1996. Pero hoy en día hay grandes diferencias entre PP y Vox. Y las urnas en noviembre de 2019 y en mayo de 2021, han dejado claro el liderazgo del PP en las derechas. También las encuestas. Vox tiene un techo electoral que no puede superar, en cambio el PP sí puede seguir creciendo.

En las izquierdas se constata su crisis electoral: en estos dos años han perdido 25 escaños y 1,4 millones de votantes; de los cuales un millón optaría ahora por la abstención. La lealtad del electorado del centro izquierda (PSOE) es del 79,1%, mientras que el de la izquierda (Unidas Podemos) es del 63,9%.