Interrogatorios

Carmen Calvo instó a preguntar a Exteriores por la llegada de Ghali tres días antes de que aterrizara en España

En su declaración como testigo, su ex jefa de gabinete desvincula a la entonces vicepresidenta de las gestiones para acoger al líder del Frente Polisario en nuestro país el pasado abril

Brahim Ghali, en una reciente visita al campamento de refugiados de Dajla, en Argelia
Brahim Ghali, en una reciente visita al campamento de refugiados de Dajla, en ArgeliaBernat ArmangueAP

La que era jefa de gabinete de Carmen Calvo cuando Brahim Ghali llegó a España, Isabel Valldecabres, en la actualidad directora general de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, ha asegurado al juez del “caso Ghali” -según fuentes jurídicas- que fue la propia vicepresidenta del Gobierno la que, tres días ante de que el líder del Frente Polisario aterrizara en la base militar de Zaragoza, le instó a hablar con Exteriores para saber si tenían conocimiento de su entrada en nuestro país.

En su declaración ante el juez Rafael Lasala en calidad de testigo, Valledecabres ha desvinculado no obstante a Carmen Calvo y a su ministerio de cualquier gestión relacionada con la acogida de Ghali, que originó una grave crisis diplomática y migratoria con Marruecos.

Según ha contado al titular del Juzgado de Instrucción número 7 de Zaragoza -que investiga por qué a Ghali se le eximió del control de fronteras-, fue ella misma quien llamó el 15 de abril por la noche a Camilo Villarino, en esas fechas jefe de gabinete de la ministra González Laya, para preguntarle si sabía algo de la entrada del líder polisario, pero tras asegurarle el diplomático que lo desconocía y que preguntaría a la titular de Exteriores al respecto (como efectivamente hizo al día siguiente, cuando Laya le confirmó que habían recibido una petición de Argelia en ese sentido), nunca más volvieron a tratar sobre el asunto.

La intervención de Marlaska

Valldecabres ha explicado que al día siguiente tuvieron “mucho trabajo con varias comisiones” y en el propio ministerio, pero ya nada relacionado con Ghali. A partir de esa fecha, ha insistido en su breve declaración de apenas 15 minutos, ni ella ni Calvo hablaron más del tema después de que explicase a la vicepresidenta que Exteriores no sabía nada de su llegada (que finalmente fue autorizada y se produjo tres días más tarde, el 18 de abril). “En la agenda de la ministra no hay nada relacionado con Ghali en esas fechas”, ha llegado a decir según las mismas fuentes.

Ante el instructor también ha comparecido Susana Crisóstomo, responsable de gabinete del ministro del Interior quien ha asegurado que fue el propio Fernando Grande-Marlaska quien le ordenó a llamar a Exteriores para que pusiese en conocimiento de la Audiencia Nacional que quien estaba hospitalizado en Logroño era Ghali. Sin embargo, la testigo ha manifestado que desconocía que en esas fechas el líder del Frente Polisario tuviese dos causas abiertas en la Audiencia Nacional y que se limitó a cumplir lo que le dijo el ministro.

Crisóstomo ha afirmado desconocer si había un dispositivo policial esperando a Ghali en el hospital San Pedro de Logroño, como tampoco si la ambulancia en la que fue trasladado desde Zaragoza fue escoltada por la Policia, porque ella no decide los despliegues policiales.

Villarino: una llamada “que le pide su jefa”

Villarino aseguró al juez en su declaración como investigado del pasado 13 de septiembre que Valledecabres le llamó el 15 de abril (tres días antes de que el avión del líder del Frente Polisario aterrizara en la base militar de Zaragoza) para preguntarle si sabía algo de la llegada de Ghali.

“Todo esto empieza con una llamada el jueves 15 de abril de un jefe de gabinete de otro ministerio. ¿Qué ministerio era?”, le preguntó el juez Lasala ante la renuencia del diplomático a revelar su identidad. “Insisto en que esta persona no ha tenido más contacto con este asunto que esta llamada... Toda la intervención en ese asunto se limita a esa llamada que le pide su jefa”, aseguró. “¿De qué ministro era jefe de gabinete el que le llama usted? ¿De Defensa? ¿De Interior?”, insistió el instructor. “No, no -terminó claudicando Villarino-. Era la directora de gabinete de la vicepresidenta primera del Gobierno, que me llama para verificar si ese runrún era cierto”.

La declaración del ex “número dos” de Laya también acarreó que el juez terminase citando a Crisóstomo después de que Villarino se refiriese a la llamada que le hizo el 23 de abril en la que le trasladó que la Policía Judicial había recibido una orden de la Audiencia Nacional de localizar a Ghali, que estaba siendo investigado en dos causas por delitos de genocidio, torturas y detención ilegal.

Pero no fue la única referencia a Interior del imputado durante su declaración. Villarino también contó que el 1 de junio -una vez Ghali ya había declarado por videoconferencia ante el juez Santiago Pedraz y era libre para regresar a su país, pues el magistrado no le impuso medidas cautelares- llamó a la directora de gabinete de Grande-Marlaska. Le pidió, según dijo, que “le faciliten una pequeña escolta a la ambulancia que le va a llevar a Pamplona”, desde cuyo aeropuerto regresó a Argel en un avión medicalizado en la madrugada del 2 de junio.

Petición a Interior ante el regreso de Ghali a Argel

El diplomático aseveró que pidió “expresamente” a Interior que sometiesen a un control de documentación al líder del Frente Polisario, tras constatar que había llegado a España con un pasaporte falso a nombre de Mohamed Benbatouche, según se ha sabido después expedido el mismo 18 de abril, con el que se había registrado en el hospital de Logroño donde estuvo ingresado mes y medio por una neumonía causada por el Covid.

Villarino quería cerciorarse de que Ghali llevaba encima el “pasaporte diplomático que tenía cuando llegó” (según le indicaron desde Argel, que también trasladó a Exteriores que su hijo viajaba con un permiso de residencia, pero la Brigada de Información de la Policía ya ha informado al juez de que ese documento se expidió realmente cinco días después de la llegada del líder polisario.

Pero Villarino no consiguió su objetivo y Ghali (que posee DNI en vigor) abandonó España como entró: sin exhibir documentación alguna. El diplomático admitió su “estupefacción y enfado” cuando se enteró de que la Brigada de Extranjería de Navarra había informado de que Ghali esgrimió que no tenía documentación. Pero para el diplomático esa documentación “la llevaba su hijo” debido al estado de salud de su padre, por lo que Villarino elucubró que lo que realmente ocurrió fue que Ghali, molesto porque había tenido que declarar ante el juez, se negó “enseñar nada” amparándose en su condición de presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD).