Opinión

La subasta presupuestaria

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, interviene en una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados, a 23 de noviembre de 2021, en Madrid, (España)
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, interviene en una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados, a 23 de noviembre de 2021, en Madrid, (España)Alejandro Martínez VélezEuropa Press

El jueves concluyen las votaciones presupuestarias y la subasta al mejor postor habrá terminado. El futuro no es muy halagüeño, viendo los movimientos localistas de España, tan acorde con nuestra tradición cantonalista. Con la seguridad de que los presupuestos serán aprobados, el gobierno lanza mensajes de optimismo sobre su gestión, ajeno al déficit público del Estado, y con un proyecto presupuestario que prevé un crecimiento del PIB de un 6,5% para este año y un 7% el próximo, lejos de las previsiones más realistas del FMI o del banco de España. Una subida salarial del 0,9% para los empleados públicos para 2022 y la revalorización de las pensiones, a pesar de que esta subida no se contemplaba en el borrador del Plan Presupuestario enviado a Bruselas, lanzan la mayor oferta de empleo público de la historia, con un total de 30.445 plazas para la Administración General del Estado manteniendo unas estimaciones sobre la tasa de paro en el 15,2%, a pesar de que todavía quedan unos 400.000 afectados por un ERTE. Validan un techo de gasto de 2022 en 196.142 millones de euros, -similar al pasado año, en plena pandemia del COVID-, sin propuesta de disminuir el endeudamiento público, y las comunidades autónomas percibirán 18.396 millones, un 32,1% superior a la del año pasado, y una estimación del déficit público del 8,4% del PIB con una tasa de referencia de déficit del 5% en 2022, que sin reducir gasto, solo puede llevarse a cabo incrementando los impuestos. Un disparate presupuestario que hipotecará la recuperación de la maltrecha economía hispana.

El portavoz de Esquerra Republicana de Cataluña, Gabriel Rufián, garantizó ayer martes su apoyo a los Presupuestos de 2022, tras conseguir un 6% de cuota obligatoria en catalán para las plataformas de contenidos Netflix, Amazon y HBO, que deberá quedar reflejado en “Ley Audiovisual”. El coordinador general de BILDU, Arnaldo Otegi, anunció que la organización separatista votará a favor de los Presupuestos al incluir el compromiso para que el canal ETB 3 se vea en todo el territorio de Navarra. Satisfecho por haber obtenido una parte del pastel presupuestario, continuará el proceso de anexionar la comunidad foral. “Todos los niños de Navarra tendrán a partir de ahora la posibilidad de crecer y aprender con contenidos en lengua vasca”, expresó una fuente batasuna. Bildu y ERC, los dos partidos que buscan la destrucción de España, se muestran orgullosos de los réditos obtenidos en la negociación con el PSOE.

Hace tres años, el portavoz de Bildu en el congreso, un tal Oskar Matute, respondió chulescamente a Albert Rivera, entonces aspirante candidato a ocupar la Moncloa: “Por aclararle algo a @Albert_Riveray haga algún día un análisis algo atinado: Bildu no tiene intención alguna de gobernar España. Solo operamos en política ante cada escenario pensando en cómo debilitar y acabar con los consensos del régimen del 78 y la libertad de EuskalHerria”. El uso espurio de las españolas lenguas catalana y vasca, como elemento destructor de la unidad de España.

La subasta autonómica de regalías y prebendas inunda los medios de comunicación, y en el horizonte se dibuja un nuevo proyecto político, la llamada “España Vaciada”. Según encuestas difundidas recientemente, irrumpiría con 15 escaños, por lo que se situaría en una posición clave para decantar al Gobierno en una dirección u otra, con el 1,1% de los votos, provocando una enorme contradicción entre el número de votos y representantes. Y es que tras el fenómeno “Teruel existe” (versión cañí del “que hay de lo mío” de separatistas patrios), políticos locales de las provincias aragonesas, castellano manchegas, castellanoleonesas, extremeñas y andaluzas, quieren ser decisivos en las futuras cortes generales.

Mientras el proceso separatista catalán languidece tras el lamentable espectáculo protagonizado por los independentistas en el parlamento de Barcelona, la llamada España vaciada abandera el nuevo agravio territorial y amenaza seriamente la gobernabilidad de España. Para terminar con vergonzosas subastas, se debe cambiar la Ley Electoral para apuntalar y fortalecer nuestro actual sistema democrático y poner fin a la sobrerrepresentación territorial.