Avales

«Puedes avalar ya al nuevo presidente del PP»

Premura en la recogida de avales para exhibir la fuerza de Núñez Feijóo y desactivar otras listas

El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, ayer en Santiago de Compostela
El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, ayer en Santiago de CompostelaBrais LorenzoAgencia EFE

Los afiliados del Partido Popular de Vizcaya empezaron ayer a recibir un SMS con el siguiente mensaje: «Ya puedes pasar por tu sede más cercana, hasta el lunes 7 a las 19:00 h, para avalar al nuevo presidente del PP». En Madrid, el mismo mensaje, con la fecha límite del 9, y a las 20:00 horas.

Estas llamadas han empezado a circularse desde todas las territoriales, en un proceso rápido de recogida de apoyos para exhibir la unidad y fuerza del líder gallego y desactivar posibles listas alternativas. Que se hable del futuro presidente del PP, y no del candidato, revela hasta qué punto la organización no vislumbra tampoco sorpresas que puedan llegar a competir con el presidente de la Xunta en el congreso extraordinario de principios de abril.

Sin candidatura alternativa, Feijóo será proclamado candidato sin necesidad de primarias, pero el congreso sí votará la lista de nombres con la que acompañe su propuesta para presidir el partido.

El PP se mueve, y también ha empezado a moverse el PSOE ante la perspectiva del cambio de perfil en la jefatura de la oposición. En el Partido Socialista van a más las voces que consideran que Pedro Sánchez debería aprovechar el punto de inflexión en el PP para buscar esos pactos de Estado que no han sido posibles en toda la legislatura, ni en materia sanitaria, pese a la pandemia, ni tampoco con los fondos europeos ni en ninguna otra cuestión de Estado.

Moncloa está escenificando una voluntad de acercamiento con el principal partido de la oposición en época de guerra. La iniciativa la lleva Pedro Sánchez, y tendrá mayor o menor desarrollo en función de hasta dónde esté dispuesto a negociar con el PP sin someterse a las presiones de sus socios de coalición. El presidente gallego llegará a Madrid abierto a negociar, pero con condiciones programáticas.

Feijóo, tras presidir la habitual reunión semanal del Gobierno autonómico, apeló ayer de nuevo a esa voluntad de hacer una oposición constructiva, y también adelantó que su intención, si es confirmado en el Congreso extraordinario, es trabajar para «cicatrizar las posibles heridas» que han dejado las semanas de crisis interna y dedicarse por completo a confeccionar un proyecto de futuro. Sobre Pablo Casado y el ex secretario general Teodoro García Egea, apuntó que son diputados en Cortes y tienen su acta, de modo que sólo ellos pueden ejercer sus derechos y optar por dejar el Congreso de los Diputados o quedarse con su sillón. «No me corresponde a mí analizarlo, son decisiones indelegables».

Sobre la transición en Galicia, no avanzó decisiones , aunque en el partido miran hacia el vicepresidente Alfonso Rueda como futuro presidente del PP gallego y también sucesor en la Xunta.

El presidente gallego también se felicitó por el archivo de las investigaciones sobre Juan Carlos I, que considera que es una buena noticia tanto para las instituciones como para el Estado y el conjunto de los españoles. «Se ha investigado con profundidad realmente larga en los tiempos» y se ha llegado a la conclusión de que la actuación «no era contraria a los tipos penales de la legislación española», resaltó.

En cuanto a la relación con Vox, Feijóo ha dado manos libres a los presidentes autonómicos para gestionar sus pactos, en concreto, a Alfonso Fernández Mañueco, ya que se encuentra con un tablero en el que las «cartas» están repartidas y han sido consecuencia de la estrategia de la anterior dirección del partido. El PP no perderá el gobierno autonómico por negarse a un acuerdo con Vox, como plantearon desde el equipo de Casado, pero Feijóo tampoco se rectifica en lo que siempre ha dicho sobre el partido de Santiago Abascal. «El PP no es lo mismo que Vox. El PP nunca ha sido antiautonomista, euroescéptico y populista».

En una entrevista en la Cadena Cope, no cerró la puerta a ese acuerdo de coalición en Castilla y León, ya que la izquierda no está legitimada para decirle al PP a qué pactos debe llegar. También manifestó su respeto a la inmensa mayoría de los votantes de Vox, que fueron nuestros votantes. «Pero mi partido es el PP y Vox no es el PP, ni de ahora ni de antes ni nunca».