Coalición

Malestar en Moncloa por el boicot de Podemos a la OTAN

El Ejecutivo advierte a sus socios lo que implica «estar en el Gobierno» y recuerda que fue el Consejo de Ministros, del que forman parte, quien lo aprobó. Mientras, los morados confirman que no asistirán a la cumbre y critican el gasto para la cita

Mientras el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, llamaba a reforzar el compromiso de España en la Alianza Atlántica, en el marco ayer del acto en el Teatro Real en Madrid para conmemorar los 40 años del ingreso en la OTAN, sus socios de coalición demostraban en paralelo que la unidad que se busca proyectar hacia afuera no la cultiva en su propio Gobierno. En el Ejecutivo dan máxima trascendencia a la cumbre de la OTAN que se va a celebrar a finales de junio en Madrid y que servirá para definir la estrategia futura, con el impulso que da la nueva incorporación de Suecia y Finlandia.

«La unión hoy es aún más esencial para la defensa de nuestro modelo de convivencia si queremos dejar un legado de paz a las próximas generaciones», señaló el presidente. Una reivindicación que más bien parecía dirigida a sus coaligados de Unidas Podemos, que han hecho de esta cuestión un motivo más de fricción en el seno gubernamental, acusando al Ejecutivo del que forman parte de adjudicar a dedo los 37 millones que costará la cita. «Pensamos que hay otras prioridades a esos 37 millones», zanjan los morados que ven que «no van a beneficiar a un escenario de paz y se podría haber invertido mucho mejor en educación y sanidad pública». En Moncloa, no obstante, recuerdan que fue un Consejo de Ministros, el del 26 de abril, el que autorizó a Exteriores a la organización del acto y que, entonces, los ministros de Podemos no pusieron ninguna objeción.

En Moncloa consideran que la organización de la cumbre de la OTAN es «una enorme responsabilidad» para España, que asume con «honor y orgullo», y por ello genera un profundo malestar los intentos de sus socios por boicotearla. En el Gabinete se muestran taxativos sobre las responsabilidades y obligaciones que conlleva «estar en el Gobierno» y creen que Podemos actúa como si fuera «un menú abierto» en el que pueden inhibirse de aquellas cuestiones que les resultan más comprometidas. En Moncloa se hacen cargo de lo que conlleva la «cultura de coalición» y asumen que sus socios tengan que gesticular en exceso en algunas cuestiones, pero en este concreto caso no quieren trasladar una imagen de división interna cuando se exponen como escaparate y país anfitrión de la OTAN en un contexto de máxima tensión bélica. La implicación de España en la guerra en Ucrania ya generó roces en el pasado dentro del Gobierno, con el envío de armas o el anuncio de aumentar el gasto en Defensa. Sin embargo, desde el Ejecutivo se recuerda insistentemente que es el presidente quien marca la política exterior y se conmina a los morados a bajar los decibelios.

De hecho, al acto de ayer se cursó invitación tanto a la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, como al portavoz parlamentario, Pablo Echenique, que decidieron no asistir «por decisión propia». De esta manera, la líder de Unidas Podemos vuelve a alinearse con los morados, después de que el envío de armas a Ucrania provocara uno de los peores cismas en Unidas Podemos. Por su parte, las ministras Ione Belarra e Irene Montero no estaban invitadas, pero sí podían acudir, al igual que hicieron otros ministros socialistas sin invitación expresa por no formar parte del Consejo de Seguridad Nacional. En el cuartel general de Podemos justifican este «portazo» al propio Gobierno del que forman parte, porque «estamos en defensa de la paz», criticando así actitudes que adosan como si los actos de conmemoración de la OTAN fuesen una exaltación del belicismo. Fuentes socialistas intentaron rebajar el tono, asegurando su «respeto absoluto» a su decisión de ausentarse, aunque en privado muestren su malestar.

A pesar de que los morados son conscientes de que vuelve a producirse una fotografía de ruptura en la coalición, no cesarán en sus críticas ni tampoco cambiarán de parecer. «Hay otras prioridades», secundan. De hecho, Podemos confirmó ayer que no acudirá a la cumbre de la OTAN que se celebrará en Madrid a finales de junio. En la formación morada se lamenta que la cita internacional servirá para tratar de trasladar a la sociedad un consenso en cuanto al rearme armamentístico y el aumento de gasto en Defensa, y eso es algo en lo que las ministras moradas no van a participar. Por tanto, en el encuentro que busca reforzar la unidad de la Alianza, parte del Ejecutivo volverá a desmarcarse y a ahondar las diferencias con el PSOE.

El discurso de los morados, así, en los próximos días, se nutrirá de mensajes anti-OTAN y en alegatos a favor de una «cumbre por la Paz». «Si nos dan a elegir entre multiplicar tanques y metralletas o contratar más profesores (...) Lo tenemos claro», defendió ayer el portavoz de Podemos, Javier Sánchez Serna, el cuál criticó la medida de aumentar el gasto en Defensa, que el propio Pedro Sánchez ratificó ante Stoltenberg en el Palacio Real. Aunque los morados redunden en su rechazo a la OTAN, no preven organizar jornadas antimilitares, ni actos de protesta, por, dicen fuentes cercanas a la dirección, «respeto» al Gobierno del que forman parte. Unas manifestaciones, en las que sí participará IU, que también está en Moncloa.