Sin acuerdos
Feijóo condiciona su aval económico a la bajada del IRPF
El debate hace saltar por los aires la expectativa de pactos hasta las generales. Sánchez se queda solo con sus socios ante un escenario incierto
Las medidas económicas del Gobierno de Sánchez sólo tendrán el voto favorable del PP si incluyen bajada de impuestos que afecten al IRPF. El curso de la Legislatura y las futuras negociaciones quedan ya determinadas una vez que el Debate del Estado de la Nación ha confirmado, para el principal partido de la oposición, la intención del jefe del Ejecutivo de pactar la política fiscal con Podemos. El PP también alega el acuerdo con Bildu para la Memoria Democrática como otra razón que justifica que no vaya a haber acuerdos en el terreno económico ni en nada.
De esta forma, la ruptura en Justicia y en materia económica diluyen por completo las expectativas de acuerdos de Estado después del relevo en la dirección popular. Pero en otro escenario distinto. El PP de Feijóo ha sido más hábil en el terreno comunicativo, y también de la gestión, ocupando una posición de centro que no tenía el equipo de Pablo Casado. Ahora, aunque los resultados sean los mismos, la responsabilidad parece que apunta más en dirección al jefe del Ejecutivo.
El presidente Sánchez quiere seguir con sus socios y no ha hecho ningún esfuerzo para recolocarse y conseguir el apoyo del PP en sus medidas. De hecho, en su partido interpretan que la puesta en escena en el debate del estado de la nación tiene mucho que ver con la respuesta que quiere dar a los socialistas que achacaban a su liderazgo y a sus alianzas la responsabilidad del desgaste electoral y de los malos resultados del PSOE en las últimas elecciones andaluzas.
Después de esta puesta en escena del nuevo giro a la izquierda, Sánchez deja el camino despejado a Feijóo para alegar que su «radicalización» inhabilita posibles acuerdos a futuro. Un escenario complejo porque nadie sabe a ciencia cierta cómo puede evolucionar la situación económica en los próximos meses y hasta dónde puede alcanzar la inflación y la crisis energética. Sánchez se queda solo con sus socios para hacer frente a un escenario en el que sus ministros insisten cada día más en preparar a la opinión pública para lo peor.
A partir de septiembre, el PP redoblará la defensa de su alternativa económica y su política de diferenciación con respecto a las soluciones que propone Sánchez, dejando al presidente del Gobierno la responsabilidad en solitario de sus decisiones. La gestión del debate del estado de la nación da lugar a que se interprete también que Sánchez ha querido dejar el mensaje de que quiere agotar la Legislatura. Y en la dirección popular creen que hará lo posible por cumplir este objetivo, pero no tienen tan claro que pueda conseguirlo. «Querer, quiere, pero está por ver si la situación no se lo lleva por delante».
De todas formas, el debate se ha resuelto en clave estrictamente política y el Gobierno tiene ahora por delante el reto de poner letra, de manera consensuada, a medidas que pueden tener efectos contradictorios y que el propio presidente Sánchez rechazaba hasta ahora, como ocurre con el impuesto a la banca.
Feijóo mantendrá su mano abierta
Feijóo mantendrá su mano abierta al diálogo y a la negociación, en un juego de espejos donde las dos partes, Gobierno y oposición, saben que no queda margen para pactar. Ante el decreto que se vota hoy, los populares ya han dicho que no se conforman con parches porque, ante la escalada de la inflación a 10,2 puntos, las medidas son insuficientes y es fundamental la deflactación del IRPF a las clases medias, además de recortar el gasto público superfluo, la burocracia y mejorar la gestión de los fondos europeos.
En una entrevista con Carlos Alsina, en Onda Cero, Alberto Núñez Feijóo criticó ayer la «podemización» de Sánchez. La política territorial la marca ERC; la de Memoria Democrática, Bildu; y la económica, Podemos, reflexionó. También se declaró «preocupado» porque el presidente del Gobierno no tiene un plan para España, sino que sólo busca resistir en Moncloa. A su juicio, los nuevos impuestos que ha anunciado para energéticas y la banca pueden acabar pagándolos los españoles, por ejemplo, mediante más comisiones.
El Gobierno «ya ha subido 24 veces los impuestos», y ahora va a hacerlo dos veces más, cuando la política fiscal y la subida de impuestos debe hacerse «con un planteamiento moderado, inteligente y no populista». «Sánchez falla en el diagnóstico de la situación y carece de un Ejecutivo capacitado para afrontar la crisis actual. Tiene un Gobierno en descomposición».
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