Encuentro

Discreción sobre la mesa de diálogo con Cataluña, aún sin fecha

El secretismo rodea la reunión entre Gobierno y Generalitat, cuyos participantes confían en que se celebre el miércoles o el jueves

El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños y la consejera Laura Vilagrà, durante la reunión mantenida este viernes en el Palau de la Generalitat
El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños y la consejera Laura Vilagrà, durante la reunión mantenida este viernes en el Palau de la GeneralitatAndreu DalmauAgencia EFE

La discreción ha sido la tónica de la reunión de la mesa de diálogo entre la Generalitat y el Gobierno de España. No se ha filtrado ni un solo documento. Ambas partes han reiterado felicitaciones por la celebración del nuevo encuentro, que llega diez meses después del último, pero se han eludido declaraciones altisonantes, no se han lanzado dardos envenenados, se han rebajado las expectativas para evitar la sensación de fracaso, y se han pergeñado propuestas, hasta ahora desconocidas. De las conversaciones nada se sabe, solo se supone un papel protagonista para la consejera de Presidencia de la Generalitat, Laura Vilagrà, y el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños. El secretismo es tal que hoy lunes un miembro de esta mesa de diálogo desconocía la hora de la reunión y presuponía que será el miércoles. Pero no tenía ninguna certeza.

La propia Vilagrà jugaba al despiste el lunes por la mañana sobre la fecha del encuentro de ambas delegaciones -miércoles o jueves, dijo- pero todo indica que la ausencia de Junts en la mesa, porque la considera “agotada”, es uno de los motivos de la tardanza para fijar día y hora. La Generalitat acudirá con Vilagrà y el conseller de Empresa, Roger Torrent. Calentando en la banda la Delegada de la Generalitat en Madrid, Esther Capella, que ha asistido a anteriores encuentros, a la espera de conocer toda la delegación catalana que debe contar con un total de cuatro miembros.

La presencia de Junts siempre ha sido reclamada por ERC y en los últimos días por el propio Sánchez, consciente de que la ausencia de los partidarios de Puigdemont no ayuda a la negociación. Pero Junts siempre ha menospreciado la Mesa y acusa a ERC de olvidarse de los compromisos adquiridos el 1 de Octubre. Al margen de las puyas públicas, ERC y Junts mantienen abierta una vía de diálogo, pero si no hay acuerdo, ERC llevará dos miembros más a este encuentro porque Pere Aragonés prima la presencia de miembros de Gobierno, no de partido como sugiere Junts. ERC acusa a Junts de deslealtad ante la mesa de diálogo y les ha advertido que “no pongan piedras en el camino”. Que haya acuerdo se antoja un imposible. Además, entre ambos partidos la tensión ha aumentado en los últimos días por el “caso Borràs”. De hecho, no se descarta conocer esta misma semana la fecha de juicio oral de la presidenta del Parlament que puede conllevar su sustitución al frente de la Cámara catalana, lo que augura momentos de tensión entre ambos socios con la ruptura del Govern en la retina.

A la reunión, que esta vez se celebrará en Madrid, asistirán por parte del Ejecutivo la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz; el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños; la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, y el ministro de Cultura y presidente del PSC, Miquel Iceta. El líder socialista catalán mantiene informado de los pormenores al primer secretario del PSC, Salvador Illa. El PSC ha recuperado protagonismo con la incorporación de Iceta al núcleo duro del PSOE y sigue muy de cerca como evolucionan los preparativos. Mientras, Illa sigue reclamando a Aragonés que abra una mesa de diálogo entre catalanes para que la voz de la Generalitat en Madrid no solo sea de los independentistas. Bolaños presidirá la delegación del Gobierno y es quien ha mantenido una intensa relación con Vilagrà, es decir, Bolaños y Vilagrà son las caras visibles de Sánchez y Aragonés porque la mesa de diálogo se está convirtiendo en una mesa de diálogo de presidentes aun sin su asistencia.

Este clima poco agitado denota la dificultad de presentar algún tipo de avance en la reunión. Tras la reunión de Aragonés y Sánchez, se ha marcado una palabra como objetivo: la desjudicialización. La cuestión es cómo se afronta. El Gobierno habla de la “agenda de reencuentro” y sobre la mesa la adecuación del Código Penal a los criterios europeos que abriría un nuevo escenario para los fugados de la justicia. Sánchez lo contempla, pero no está dispuesto a mover pieza con la excusa de no tener la mayoría. ERC sí quiere concretar la carpeta. Además, en los últimos días el Abogado General de la UE dio un varapalo a la defensa de Puigdemont y la líder de la izquierda independentista y antisistema, Anna Gabriel, se puso a disposición del Supremo después de tres años huida. Gabriel declarará acusada de desobediencia, lo que no contempla penas de cárcel. Ha vuelto ahora y no lo ha hecho durante este tiempo sin que se sepa la razón. Y un último coletazo a esta situación, que planeará en las reuniones, el caso de Marta Rovira, secretaria general de ERC exiliada en Suiza.

ERC y PSOE no pueden hablar de fracaso tras el encuentro, por lo que mantienen una negociación frenética sin luz ni taquígrafos. Ambos necesitan salir marcando un camino, pero también ERC necesita algo concreto para seguir transitándolo camino de los presupuestos. Los del Estado y los de la Generalitat. Ambos saben que los unos y los otros se necesitan. En Cataluña, porque sin Junts los presupuestos se irían al garete sin el PSC. Y en Madrid, porque sin ERC no hay garantías de superar el bloqueo de PP y VOX.