Cara a cara
Sánchez rectifica su tono duro para proteger el pacto del CGPJ
Moncloa cree que el líder del PP «ha perdido los papeles» y critica la «marrullería» de Feijóo
Cambio de papeles en el Senado. El segundo cara a cara entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, que el presidente del Gobierno pidió antes de que la dimisión de Carlos Lesmes agravara la crisis institucional –ya sin precedentes– del Consejo General del Poder Judicial, estaba llamado a ser un buen termómetro de los «avances» en la negociación. Entre bambalinas, «cada día un paso adelante», señalan fuentes bien informadas; de cara a la galería, el ambiente no parece alentador.
Desde el PP se ha dilatado la resolución de un eventual acuerdo más allá del debate para que el pacto no torpedease su papel de oposición al Gobierno en el Senado, un papel que Alberto Núñez Feijóo elevó hasta la máxima beligerancia. Desde el Ejecutivo, por su parte, insisten en «encapsular» las conversaciones de lo que se vivió ayer en la Cámara Alta para preservar el pacto. El diagnóstico de Moncloa es positivo para sus intereses. «Es un formato que nos beneficia. Ha salido muy bien», reconocían fuentes gubernamentales.
Para no dinamitar el acuerdo, Sánchez rectificó el tono exhibido durante el primer cara a cara –allá por septiembre–. Desde el Gobierno, que habían dejado volar la expectativa de que el presidente iría al choque –informando, de hecho, a los medios en este sentido– se felicitan ahora de que Feijóo haya caído en la trampa. «Ha perdido los papeles» o «se ha pasado de frenada» son algunas de las valoraciones que emitían desde el entorno de Sánchez al finalizar la intervención del líder de la oposición. En esta línea, desde Moncloa señalan que Feijóo «se esperaba» otro Sánchez, más duro, y que el resultado con el que se salda el debate es la confrontación entre «políticas de Estado frente a marrullería». «Él mismo se retrata», aseguran, señalando que demuestra su soledad en Europa.
En el Ejecutivo afean que el líder de la oposición no haya hecho «ninguna propuesta», «solo lugares comunes» y consideran que se «jugaba mucho» en este segundo debate, porque –después del que fue su debut hace un mes– ahora debía demostrar ante los suyos hechuras de «verdadero líder». «En el PP deben estar preocupados», señalan fuentes gubernamentales. Por ello, en Moncloa anticipan que habrá más debates de este tipo, porque les permite explicar lo que hace el Gobierno y demuestra que enfrente «no hay alternativa». «Me gustaría que fuera posible llegar a acuerdos, pero no ha llevado ninguna propuesta al Senado más allá de bulos y mentiras», señaló el propio Sánchez desde tribuna.
El presidente dedicó sus intervenciones a hacer balance de su gestión y confrontar su modelo de blindaje del Estado del Bienestar con el de «recortes» que endosa al PP. En este escenario, el presidente del Gobierno aprovechó para dibujar un horizonte más optimista del esperado. «Hay datos que invitan a cierta esperanza», señaló, apuntando que «España va a sufrir una desaceleración como el resto de la economía global, pero vamos a sortear la recesión y liderar el crecimiento europeo».
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