Tribunales

«La democracia está ligada a la Monarquía Parlamentaria»

La Real Academia de Jurisprudencia arranca un ciclo sobre la Corona

Ciclos de conferencia en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislacion. Hoy sobre La Monarquia.
Ciclos de conferencia en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislacion. Hoy sobre La Monarquia.Jesus G. FeriaLa razon

La Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España acogió ayer la primera de las conferencias del ciclo «La Monarquía en la Constitución Vigente», cuyo objetivo es analizar uno a uno los temas básicos de la normativa que contiene el Título II de la Constitución Española con constitucionalistas prestigiosos.

El académico Tomás-Ramón Fernández, que dirige estas ponencias, insistió en la importancia de dedicar «unos días» a «aprender y reflexionar» sobre una Institución que «es crucial en nuestro sistema desde 1978». Especialmente, según destacó, «desde que hace algunos años se ha puesto en cuestión por la ciudadanía y por personajes de la vida pública».

El excatedrático de Derecho Constitucional y magistrado emérito del Tribunal Constitucional, Manuel Aragón, fue el encargado de pronunciar la primera de las ponencias en la que se analizó el papel del Jefe del Estado así como su evolución histórica tanto en España como en otros países de nuestro entorno, al tiempo que alabó esta forma de Gobierno porque «los países de las Monarquías parlamentarias son los que gozan de libertad y progreso social».

Aragón arrancó su discurso explicando qué se entiende por Monarquía parlamentaria para después desgranar sus funciones. «El Rey no tiene poderes, modera las Instituciones», recordó aludiendo al artículo 56 de la Carta Magna que describe una a una las obligaciones y deberes del Jefe del Estado. «La Corona dota de estabilidad al Estado», insistió.

Pegado a la actualidad de la Institución, el magistrado del Tribunal Constitucional se refirió a la abdicación de Don Juan Carlos I y cómo su falta de ejemplaridad precipitó su renuncia. «Requiere para su funcionamiento del comportamiento ejemplar», aseguró en relación a las actuaciones privadas que condujeron a la coronación de Felipe VI en 2014. Aunque también se refirió al decisivo papel que desempeñó Don Juan Carlos I para «la consolidación de la Democracia y el protagonismo internacional de nuestra nación». A renglón seguido, alabó al actual Jefe del Estado de quién destacó su «prudencia, firmeza en sus funciones, control y honradez». De hecho, se refirió al real decreto que regula las funciones de la Casa Real. «El Gobierno ha actuado, al menos, con lealtad institucional», apostilló.

Consciente de los difíciles momentos por los que atraviesa la Monarquía –ya que fuerzas republicanas forman parte del Gobierno– Manuel Aragón insistió en los peligros de «la instrumentalización del poder para socavar la democracia». Es por ello que hizo un llamamiento a que los «juristas apostemos por la Monarquía parlamentaria por razones lógicas: «representa la unidad del Estado y la unidad y permanencia de la nación española».

En este sentido, se mostró contrario a una Ley de la Corona porque la materia «goza de reserva de ley y porque no caben leyes meramente interpretativas de los preceptos constitucionales». Y, además, fue muy crítico con los que ponen en cuestión la inviolabilidad del Rey. «Supondría desfigurar a la Monarquía» por un lado, y por otro, señaló que «lleva aneja una obligación que es el deber de ejemplaridad y la carga de abdicar cuando no se cumple». Finalizó advirtiendo de que «el destino de la democracia está ligado al de nuestra Monarquía parlamentaria».