Gobierno

Sánchez evita respaldar a Montero, pero da oxígeno a la ley

Reivindica la norma del «solo sí es sí» y el PSOE evita que prospere una moción del PP para reformarla

La ministra de Igualdad, Irene Montero, interviene en una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados, a 23 de noviembre de 2022
La ministra de Igualdad, Irene Montero, interviene en una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados, a 23 de noviembre de 2022Fernando SánchezEuropa Press

El Gobierno cree que la polémica de la Ley del «solo sí es sí» comienza a remitir. Después del varapalo judicial inicial y la alarma social generada por el goteo de rebajas de penas y excarcelaciones de agresores sexuales, la Fiscalía dio un primer balón de oxígeno al Ejecutivo con la instrucción que remitió para una interpretación más ajustada de la norma estrella de Igualdad. Fuentes del Ejecutivo creen que el posicionamiento del Tribunal Supremo irá en la misma línea. Moncloa ha mantenido prietas las filas en los momentos más convulsos y, aunque en un principio la respuesta automática fue abrirse a revisar el contenido de la ley, posteriormente se optó por aguantar a la espera de que el Supremo unifique doctrina.

Pedro Sánchez ha mantenido durante estos días su apuesta por no tocar la ley, salvo que el dictamen del Alto Tribunal así lo requiera, reivindicando los avances de este Ejecutivo en políticas de igualdad y mostrando su confianza en la Justicia, frente a los ataques de sus socios de coalición. Ayer volvió a hacerlo, diciendo sentirse «orgulloso» de la norma y asegurando que se siente «plenamente confiado en el trabajo de fiscales, jueces» de este país. El presidente cree que la norma debe «asentarse».

«Hace dos días conocimos las instrucciones de la Fiscalía y creo que estamos yendo en el camino correcto», declaró. Sin embargo, preguntado al respecto, Sánchez evitó ayer mostrar su respaldo expreso a Irene Montero. En el Gobierno se ha impuesto un cierre de filas interno, pero no porque se respalde la estrategia que ha seguido Podemos, sobre la que se muestran críticos en el PSOE, sino porque cuestionar a la titular de Igualdad supondría abrir una nueva vía de agua. Sánchez no puede cesar a Montero, porque el ala de Podemos quedó fuera de su gestión en el pacto de coalición. Y si, en ejercicio estricto de sus atribuciones como presidente, decidiera cesarla, se expondría a una ruptura del Ejecutivo que abocaría al final de la legislatura.

Así se entiende el cierre de filas que ayer se produjo por parte del PSOE a la ley del «solo sí es sí» que fue objeto de debate en el Senado a raíz de una moción de los populares que pretendía instar al Gobierno a reformar de urgencia la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual. El PSOE no cedió a la presión de los populares, que buscaban retratar a los socialistas. De este modo la ley consigue oxígeno hasta que la Fiscalía y el Tribunal Supremo unifiquen los criterios en cuanto a la aplicación de penas, que ahora ha sido objeto –con la entrada en vigor de la norma– de reducciones de condena o incluso excarcelaciones de condenados por violación. Esta es la postura que defiende el Gobierno, al entender que el «espíritu de la ley» no preveía los efectos contrarios que se están produciendo.

La moción decayó con 140 votos en contra, 108 a favor y 2 abstenciones. Fue el portavoz del Partido Popular en la Cámara Alta, Javier Maroto, el encargado de defender esta moción, quien puso en el foco la «enorme indignación» social por los efectos no esperados de la ley. Según defendió esta es «la historia de un presidente del Gobierno que tiene tanto ego y soberbia que es incapaz de reconocer error alguno», aunque dicho error sea «mayúsculo» y acabe generando un problema «cada vez más gordo».

Por su parte, la senadora del PSOE, María Victoria de Pablo, recriminó al Partido Popular por presentar una moción «precipitada, errónea, mentirosa, oportunista y malintencionada».