Polémica ley

El fracaso del «solo sí es sí»

La ley ideada por Montero ha provocado una cascada de revisiones a la baja de condenas a violadores y pederastas que el Tribunal Supremo ha terminado avalando

MADRID, 25/11/2022.- La ministra de Igualdad, Irene Montero, durante el acto institucional celebrado en Madrid con motivo de la XIX entrega de los reconocimientos y menciones especiales con motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, este viernes. EFE/ Sergio Pérez
MADRID, 25/11/2022.- La ministra de Igualdad, Irene Montero, durante el acto institucional celebrado en Madrid con motivo de la XIX entrega de los reconocimientos y menciones especiales con motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, este viernes. EFE/ Sergio PérezSERGIO PEREZAgencia EFE

La ministra de Igualdad, Irene Montero, afirmó que no se conocería ni «una sola reducción de penas» con su ley estrella y que todas las advertencias formaban parte de la «propaganda machista». El año termina no solo con una, si no con más de 100 rebajas de condenas a violadores, abusadores sexuales o pederastas y centenares más pendientes de revisión. Todas las expectativas del Gobierno tras la polémica desatada estaban puestas en la respuesta del Tribunal Supremo, pero entre noviembre y diciembre los jueces de la Sala de lo Penal han avalado ya varios casos en los que se aplica la Ley orgánica de garantía integral de la libertad sexual, más conocida como la ley del «solo sí es sí», de forma más favorable al reo. A última hora el Ejecutivo quiso introducir un «retoque técnico» en el Código Penal para recordar a los jueces el espíritu de la norma. Un texto que, como explicó LA RAZÓN a través de diversos juristas, no cambia nada y el goteo de rebajas de penas seguirá produciéndose a lo largo de 2023.

Ante la enorme expectación de la ciudadanía, pero también de los jueces que necesitaban saber cómo iba a interpretar la ley el órgano que marca la jurisprudencia, el Alto Tribunal decidió adelantar el fallo del «caso Arandina» a finales de noviembre. Las semanas anteriores habían sido terribles para el conjunto del Ejecutivo y, muy especialmente, para Montero que vio cómo se materializaban los efectos menos deseados de su norma. El «solo sí es sí» nació al calor de la lucha feminista y buscaba poner el consentimiento de la mujer en el centro. La ministra de Podemos quiso que el impulso tras la sentencia de la violación de La Manada cristalizara en una texto, pero al suprimir el concepto de abuso y fusionarlo todo en agresión sexual muchos juristas advirtieron: la ampliación del arco de penas provocará rebajas de condenas. La reforma del Código Penal siguió adelante, fue aprobada en Consejo de Ministros y pasó por las cámaras legislativas hasta llegar al BOE el pasado 7 de septiembre.

En solo tres meses los méritos de la ley se han visto enturbiados por el efecto más inmediato. Medio centenar de castigos revisados a la baja y más de una decena condenados por delitos sexuales puestos en libertad. Según el recuento que ha llevado este periódico el «solo sí es sí» resta ya casi 100 años de cárcel a hombres que abusaron de mujeres y niñas. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hizo un llamamiento a la calma para dejar trabajar a los tribunales y que unificaran conceptos. Cuando el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, se pronunció hubo un respiro de alivio porque acogió el criterio defendido por Igualdad, es decir, que si la pena impuesta forma parte de la nueva horquilla los fiscales debían oponerse a la rebaja. Es decir, que si el delito de agresión sexual antes tenía un mínimo de seis años y ahora el suelo está en cuatro pero el techo en 15, aunque la pena inferior haya bajado, seis sigue estando dentro del abanico, así que su apuesta era que no se revisara como norma general. La Fiscalía emitió este decreto de obligado cumplimiento y a su técnica se habían sumado otros tribunales como el de La Rioja o el de Navarra.

Durante el mes de noviembre, magistrados penalistas de la mayoría de provincias se reunieron para decidir qué hacer y la mayoría decidió que no quedaba otra que aligerar los castigos. Así lo dice el Código Penal en su artículo 2.2 que recoge que siempre se debe aplicar la ley más favorable al reo y, además, de forma retroactiva. Está en la médula del Derecho Penal y es un principio constitucional.

Cualquier resquicio de duda se despejó con el pronunciamiento del Alto Tribunal. La sentencia de los exjugadores de fútbol del Arandina deja negro sobre blanco que sus relaciones sexuales con una menor de 16 años en un piso de Burgos deberían haberse castigado con 10 años, pero que se queda en nueve porque la ley del «solo sí es sí» era más favorable. Por si quedara alguna duda dejaron apunado en el texto la obligatoriedad de aplicar la norma beneficiosa al reo y que se debía iniciar «un proceso de revisión» de todas las sentencias. Una segunda sentencia marca todavía más la interpretación de la Sala de lo Penal que rebajó a la mitad (de nueve años a cuatro y seis meses) la condena a un hombre que tocó el culo en una pista de hielo a varias niñas.

Los casos que todavía pueden llegar al Alto Tribunal se cuentan por decenas y fuentes del órgano advierten que irán uno a uno, pero explican también que no cabe duda de que las rebajas seguirán. La solución, según apuntan, solo pasa por volver a subir las penas, pero lo hecho hecho está y no podrá haber modificaciones sobre todos aquellos que ya se han beneficiado.