Presión

El PSOE se da 48 horas para pactar con Podemos la Ley del «solo sí es sí»: «No se puede esperar más»

Retienen hasta el lunes la proposición de ley en la que Justicia lleva semanas trabajando: «Nosotros no presentamos propuestas políticas, sino jurídicas»

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha jugado un partido de baloncesto en silla de ruedas para defender la reforma del artículo 49 de la Constitución
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha jugado un partido de baloncesto en silla de ruedas para defender la reforma del artículo 49 de la ConstituciónBorja Puig de la BellacasaEFE/ POOL MONCLOA

Límite 48 horas. El PSOE se da de margen hasta el próximo lunes para alcanzar un acuerdo con sus socios de Unidas Podemos sobre la reforma de la Ley del «solo sí es sí». «No se puede esperar más», aseguran. En paralelo a las negociaciones en el seno de la coalición, que continúan y lo harán durante todo el fin de semana, el perverso contador de revisiones de penas sigue avanzando hasta superar la cifra de las 400. Los socialistas están decididos a parar «cuanto antes» este goteo de incesante erosión, no en vano, ya tienen preparada la proposición de ley para revertir los «efectos indeseados» de la norma estrella de Igualdad, pero han optado por dar una oportunidad al diálogo con los morados.

Fue el lunes cuando la portavoz del PSOE, Pilar Alegría, lanzó el ultimátum. «Vamos a seguir hablando estos días para lograr una propuesta conjunta», señaló, puntualizando de inmediato, que la citada propuesta se planteará aunque no cuente con el plácet de Podemos. «En caso de no darse esa puesta en común, por parte del PSOE daremos un paso adelante», zanjó. Las conversaciones se han desarrollado durante toda la semana, pero no avanzan. Desde el Ministerio de Igualdad aseguran haber elevado hasta seis propuestas diferentes a Justicia que no están siendo atendidas. «Seis folios» o «seis trabajos», como los definen en tono irónico desde la parte socialista.

El nudo gordiano del conflicto está en las cuestiones «técnicas». Reside en incorporar agravantes a la ley que justifiquen el endurecimiento de las penas mínimas –de los cuatro años actuales a los seis de la anterior regulación–, pero que sin que estos estén vinculados a la existencia de violencia o intimidación, para evitar el «calvario probatorio» al que se veía sometido hasta ahora la víctima. El encaje es complejo, pero en la parte socialista sostienen que «no van contra el consentimiento», como les acusan sus socios. «Vamos a favor de las víctimas», resuelven.

Lo cierto es que el PSOE ya tiene diseñada la proposición de ley que va a presentar y trata de encontrar el encaje del Ministerio de Igualdad, para que su titular no quede desacreditada con su desmarque de los cambios. En esto los socialistas no van a ceder. Llevan meses estudiando las sentencias que se han ido emitiendo y los recursos de las víctimas –a las revisiones de penas– que también se han resuelto durante estos meses. «Ha habido tiempo para ver que no solo no se sienta jurisprudencia, sino al contrario, que hay disparidad de criterio y las rebajas de condena no se frenan», señalan fuentes socialistas consultadas por LA RAZÓN.

Desde el PSOE defienden que el texto de la reforma se ha trabajado por «técnicos jurídicos del Ministerio de Justicia desde hace semanas». «No es una improvisación, es un texto legal impecable, que solo tiene como fin que, de cara al futuro, esto no vuelva a pasar», aseguran las citadas fuentes. «Nosotros no presentamos propuestas políticas, son argumentos jurídicos y siempre con la víctima en el centro», añaden, en clara alusión a las iniciativas que están siendo remitidas por parte de Podemos.

En Moncloa y en Ferraz ha generado un profundo malestar que, mientras se negocia y se da margen a Podemos para que gestione su propia contorsión discursiva, se haya agendado por parte de la formación morada un acto mañana en Madrid para presionar, reivindicando que el consentimiento se mantenga como eje central en la reforma de la Ley del «solo sí es sí». Un acto de claro arrope a la ministra de Igualdad, Irene Montero. Bajo el lema «¿Consentiste o no? ‘’Solo sí es sí'’», el evento contará también con la participación de la líder de la formación y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, y la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell.

En el Ejecutivo consideran que esto genera una distorsión en los esfuerzos que se están haciendo por llegar a un acuerdo y no ocultan que la opción de presentar en solitario la proposición de ley es «un escenario real». Sin embargo, se declaran inmunes a cualquier maniobra de sus socios: «La única presión que tenemos es la de ver cómo las víctimas soportan que sus agresores salgan a la calle o les rebajen las penas».

Irene Montero no dimitirá

Desde Unidas Podemos mantienen la confianza en llegar a acercar posturas, aunque asumen la posibilidad de que no sea así. «Confío porque hemos mantenido negociaciones muy difíciles y no ha habido ley feminista en la que no hayamos tenido discrepancias y, al final, hemos llegado a acuerdos y esperemos que ahora las resolvamos», aseguró ayer la ministra de Igualdad, que sigue enrocada en que la ley no tiene reparos y que si se ha abierto a revisarla es «a petición del presidente» Sánchez.

En una entrevista en RNE, Montero rechazó la posibilidad de dimitir en caso de que los socialistas la desautoricen, avanzando unilateralmente en la presentación de la proposición de ley. La titular de Igualdad sigue evitando la autocrítica sobre los errores de la ley e insistió en que nadie les avisó de los efectos negativos de la aplicación de la norma. «Nadie va a poder presentar un papel, porque nadie lo avisó», destacó. Recordó que, cuando el entonces ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, «advirtió de que si se bajaban las penas, podían reducirse las condenas y apuntó que había que volver a las máximas anteriores se revisaron cientos de casos para ver que no se producían esas rebajas».