Tras la entrega de Pamplona
"Asesinaron a mi padre por negarse a que el proyecto de Batasuna acabara con Navarra"
Víctimas del terrorismo advierten del "mal presagio" que supone las nuevas alianzas de los socialistas
En el día de los Santos Inocentes, el PSOE ejecutó la entrega de Pamplona a la formación que lidera Arnaldo Otegi; un paso más en el «blanqueamiento» de una formación política que sigue sin condenar los atentados terroristas y tampoco los 42 que se perpetraron en la Comunidad Foral.
En el nuevo Consistorio navarro los que conocen bien a los miembros que componen la corporación municipal aseguran que Joseba Asirón es el «hombre de paja» de un grupo que, en la sombra, lidera Joxe Abaurrea, quien en 1998 fuera concejal de Batasuna y compartió salón de plenos con Tomás Caballero, el edil de UPN asesinado por ETA y del que se negó a condenar su asesinato. Caballero fue asesinado, acribillado a tiros, cuando subió a su coche para dirigirse al ayuntamiento de Pamplona donde era concejal. Un terrorista le disparó dos veces desde la ventanilla delantera del vehículo, hiriéndole gravemente en la cabeza. Ese día, Tomás Caballero, como siempre, había comprado el periódico y, en la portada del Diario de Navarra se podía leer: «Nombres de políticos navarros de UPN y PSN en los papeles de seis etarras detenidos».
La "venta" de Pamplona
Para María Caballero, hija del edil asesinado en la ciudad que Pedro Sánchez brindó a Bildu por navidades, la moción de censura supuso «una traición en toda regla» por parte del Partido Socialista a todos los pamploneses. «Ha vendido Pamplona en Madrid con solo 5 concejales de 27 para amarrar sus sillones en el Gobierno de España y de Navarra, y se la entrega a Bildu. Es la mayor infamia que podía imaginar, es una traición en toda regla a la democracia y a los partidos que hemos luchado por conseguirla; traición a las víctimas del terrorismo y doble traición a la memoria de mi padre, Tomás Caballero, asesinado hace veinticinco años, defendiendo la libertad y alzando la voz, precisamente, contra los que van a gobernar Pamplona». María Caballero recuerda que a su padre «lo mataron por plantar cara a Batasuna y a ETA y negarse a que su proyecto político acabara con Navarra». Y, advierte de que «uno de los 3 concejales que entonces –en 1998– se negó a condenar su muerte en ese pleno y sigue sin condenarlo, tendrá la vara de mando». Para ella el día 28 de diciembre fue un día «triste» y «se constata la pérdida total de principios y valores del Partido Socialista y la falta de ética de sus dirigentes».
«Nos vuelven a demostrar los representantes políticos que son indignos»
«Nos vuelven a demostrar los representantes políticos que son indignos»
Carmen Alba es hija de Antonio Alba Rojas, coronel de infantería del Ejército que sufrió un atentado de ETA en marzo de 1987 en el que resultó herido. El terrorista le descerrajó un disparo a la altura del mentón y se le encasquilló la pistola cuando iba a rematar al militar en presencia de una de sus hijas (la hermana pequeña de Carmen) y tres amigas de ésta que viajaban en el coche junto a sus padres. Un mes y medio después del atentado, los autores que participaron en el mismo estaban colocando una bomba y, dos de ellos, murieron al explosionarles su propio artefacto. Un tercer terrorista fue juzgado por el intento de asesinato del teniente coronel, pero le absolvieron por falta de pruebas.
"Líneas rojas" traspasadas
Precisamente, Carmen Alba fue quien sucedió a Tomás Caballero como concejal de UPN en 1998. Asegura que el día de la entrega de Pamplona fue «el día de la infamia, un día muy triste para la ciudad. El PSOE ha vendido Pamplona a Bildu por mantenerse en el Gobierno» y recuerda que el partido de Joseba Asirón es quien «lleva terroristas en sus listas». Además, recuerda que en la capital navarra ya una de esas concejalas –Amaia Izko– tuvo que dimitir tras ser condenada por terrorismo en su día. Ahora, el PSOE da una alcaldía a un partido que, destaca Alba, «no ha condenado nunca el terrorismo y que encima ha matado a mucha gente, entre ellos a ediles suyos». «Fueron muchas las veces en las que aseguraron que no traspasarían esa “línea roja”» pero, «las han traspasado todas» y carga contra la «poca palabra de los socialistas» a quienes «les da igual lo que sea con tal de mantenerse Sánchez. Miente la candidata que dijo que no haría alcalde a Asirón –en referencia a Elma Saiz– y también María Chivite que dijo lo mismo. No tienen moral».
Como víctima del terrorismo, Carmen Alba, lamenta que los socialistas «apoyen a los herederos del brazo político de ETA, con los mismos fines de siempre, y quienes han sido incapaces de condenar un atentado y en Pamplona se vivieron años muy duros».
Además, Joxe Abaurrea también ha tenido ya una condena tras agredir a Alba en 2019 cuando ésta trató de impedirle que colocara la ikurriña en el balcón Consistorial el día del txupinazo. Por ello, estuvo inhabilitado durante seis meses.
Paz Prieto, hija del teniente coronel y ex jefe de la policía foral, José Luis Prieto Gracia, asesinado por ETA cuando salía de misa en 1981 ha vuelto, a ver hace un mes, cómo habían arrancado la placa que recordaba a su padre en el lugar que lo asesinaron. Ahora que el PSOE ha entregado Pamplona, Prieto asegura que «nos vuelven a demostrar sus representantes políticos, Chivite y Sánchez, que son unos mentirosos, unos traidores, son indignos y son cobardes, porque no reconocen la verdadera motivación de su política y pretenden engañarnos». Dice que «para las víctimas blanquear a ETA y sus herederos es lo que más nos duele. Ahora ya no solo es blanquear a ETA; ahora es blanquear el blanqueamiento que han llevado a cabo aquí en Navarra durante la última legislatura. Han traicionado de modo irreversible la memoria y el respeto a las víctimas de ETA porque, pudiendo elegir, han elegido a los verdugos como socios en vez de a las víctimas y a quienes las defienden».
El PSOE "es un partido que ha perdido su credibilidad y su dignidad por mantenerse en el poder".
Los terroristas del comando Ekaitza de ETA habían intentado en varias ocasiones matar a Francisco Casanova, subteniente del Ejército de Tierra. El 9 de agosto de 2000, a medio día, el militar regresaba a casa, el municipio de Berriozar, conduciendo su coche. Cuando se disponía a introducirlo en el garaje, un etarra que lo esperaba en las inmediaciones abrió fuego, disparándole tres tiros en la cabeza y uno en la mano. Su hijo, de once años, alertado por los disparos, corrió hasta el garaje y encontró el cuerpo sin vida de su padre sobre el volante del vehículo. Años después, la sentencia que condenó a los asesinos estableció que habían actuado "con una frialdad que repugna a todo ser humano". Su viuda, Rosalía Sainz-Aja, ve "vergonzosa la actitud del PSOE aliándose con los herederos de ETA para dar la alcaldía de Pamplona a Bildu". Advierte de que "si no se acuerdan de las víctimas de ETA que han sufrido con el resto de las víctimas, es un partido que ha perdido su credibilidad y su dignidad por mantenerse en el poder".
"Mal presagio"
Por su parte, desde la AVT, Miguel Folguera destacó que la moción de censura "es un mal presagio para las víctimas". Recuerda cómo, desde la Asociación de Víctimas del Terrorismo "llevamos meses alertando de una posible hoja de ruta pactada por el Gobierno con Bildu para garantizar su permanencia en el poder y que supondría el vaciamiento de las cárceles de presos etarras. El procedimiento sería sencillo, y con la derogación de una serie de "leyes claves" sería suficiente", apunta. En concreto, la AVT ha citado la derogación del Código Penal de 2003, que implica el cumplimiento íntegro de las condenas, y la ley que imposibilita que los presos etarras se descuenten las condenas cumplidas en Francia. "Todas estas derogaciones permitirán ir vaciando las cárceles paulatinamente". "Bildu no es un partido progresista, es una formación política que aunque pueda ser legal no es moral puesto que sigue justificando el uso de la violencia, el asesinato, la extorsión, la amenaza, etc. con fines políticos", apunta Folguera.
"Somos muy incómodos"
Diego Salvá, el guardia civil asesinado en Palmanova había nacido en Pamplona. "Cuatro de mis hijos son navarros", recuerda su padre, Antonio Salva. Su asesinato, el último de la banda terrorista ETA junto al de Carlos Saénz de Tejada, sigue siendo uno de los más de 300 crímenes sin resolver. Salvá considera como "repugnante" la cesión de Pamplona a EH Bildu. "Conociendo a Sánchez no me extraña nada" y cree que eso en su momento permitió que UPN gobernara el consistorio "para tener un As debajo de la manga y poder negociar luego con ello con Bildu".
Asegura que esta cesión "aumenta el dolor de las víctimas" pero destaca que "con el tiempo he aprendido que nuestra gran batalla es la Memoria. Somos víctimas del ministerio de Interior, de Moncloa, de los partidos" por ello asegura que "para luchar hay que estar en política, creo que no hay otra arma para que la verdad se oiga. Luchar a muerte hasta que nuestro aliento cese y si no, no haremos nada, solo llorar, algún homenaje y nada más". "Somos muy incómodos para los socialistas". Además, considera que el PP también hizo su parte cuando la excarcelación de Bolinaga y advierte de que esto solo es el principio. "Esto es un espejo de lo que pasará en el País Vasco porque el PNV se ha bildubizado, compite con Bildu con las víctimas de ETA y es cómplice de Bildu. Que no se lamenten". Asimismo, destaca que "son muchos familiares de los etarras los que han hecho el trabajo sucio de torturar gente y matar y ellos pisan moqueta y les tienen que proteger" porque "si dejaran de protegerlos, en las vascongadas habría una guerra civil. Saben lo que hacen", subraya.
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