Bildu busca aplicar el pacto de Pamplona en el País Vasco

Superada la investidura de Pedro Sánchez, se ha desvelado uno de los «pagos ocultos» del PSOE a Bildu por su apoyo: la alcaldía de Pamplona. La capital navarra, gobernada hasta ahora por Cristina Ibarrola (UPN), pasará a manos de Joseba Asiron (Bildu) tras la moción de censura que ha presentado y que va a apoyar el PSN: tanto la izquierda abertzale como los socialistas tratan de negar que el acuerdo esté vinculado a la investidura de Sánchez y lo atribuyen a la «mala gestión» de la actual alcaldesa, pero parece evidente que una cosa está ligada a la otra.

De hecho, UPN había sospechado que este escenario se podía dar cuando denunciaba el silencio que había mantenido Bildu en torno a la investidura de Sánchez: contemplaba que el PSN podía apoyar una moción de censura para desbancar a Ibarrola tras seis meses en la alcaldía. En todo el bloque de la derecha cunde la sensación de que los votos de Bildu a Sánchez no han sido gratis, sino que entrañan «pagos ocultos».

Y la cuestión está en ver qué alcance acaba teniendo este pacto en Pamplona. Bildu presiona para que se extienda este entendimiento al País Vasco tras las próximas elecciones autonómicas, aunque son conscientes de que es difícil porque el candidato del PSE Eneko Andueza ha rechazado ya públicamente que vaya a gobernar con la izquierda abertzale. «El PSOE de Euskadi no va a hacer lehendakari al candidato de Bildu», zanjó tras ser propuesto como candidato. En la izquierda abertzale creen que la «lógica» del pacto de Pamplona se debería extender al País Vasco y, aunque lo ven difícil, también consideran que es posible vistos los giros que ha dado el PSOE.

El PSOE, en cambio, aíslan el pacto autonómico y cierran la puerta a que pueda tener réplicas esta alianza de cara a los comicios vascos. La máxima en el PSOE es la de continuar apostando por el PNV en el País Vasco y reeditar los mismos acuerdos. Es el PSOE quien tendrá la llave en las elecciones ante unos resultados que se prevén muy ajustados entre el PNV y Bildu. «Cada institución tiene sus diagnósticos», zanjó la ministra de Hacienda y número dos del PSOE, María Jesús Montero ante la posibilidad de que este pacto se extendiese en el futuro. En el PSOE buscan separar al máximo esta posible dualidad y argumentan que la necesidad del pacto se debe a que el ayuntamiento de Pamplona estaba «paralizado y no daba respuesta a las necesidades de los ciudadanos».

Fuentes socialistas aseguran que en el País Vasco «no hay ningún cambio en la política de alianzas» y recuerdan que allí es el PNV el aliado principal de cara a las próximas elecciones autonómicas. El plan es poder gobernar en alianza de nuevo con los nacionalistas vascos y, en todo caso, crear una pinza de izquierdas con Elkarrekin Podemos o la nueva marca que presente el partido de Yolanda Díaz en el territorio, bien sea con los morados, o sin ellos. En el partido se incide en que en el País Vasco en 2019 ya propiciaron que el bloque de la derecha ganara la alcaldía de la capital navarra, lo cual sacó de la ecuación a Bildu.

De esta manera, los socialistas se cierran en banda a futuros pactos, aunque, el ministro de Transportes, Óscar Puente, salió a la defensa del acuerdo e incluso alentó la posibilidad de otros nuevos. En el Congreso de los Diputados defendió que su partido «“no tiene complejos» para apoyar a Bildu como partido «progresista y democrático» que es. «Le digo sin complejos que no tengo ningún problema, ninguno, en que un partido progresista y democrático de este país se haga con la alcaldía de una capital de provincia de España», zanjó.

En el PP, sin embargo, desmontan la hoja de ruta de los socialistas y creen que este pacto para desbancar de la alcaldía a UPN tiene que ver con el precio a pagar por parte del PSOE para continuar en Moncloa. El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, denunció que se iba conociendo «parte del pacto encapuchado» entre Pedro Sánchez y EH Bildu. Para los populares el PSOE «ha vuelto a mentir» a todos los ciudadanos de Pamplona.