Díaz afronta su primera batalla en el Congreso: el lugar para Podemos

La batalla por el poder en la izquierda a la izquierda del PSOE no se finiquitó el pasado 9 de junio con la firma de la coalición Sumar, en la que se incluían hasta 15 organizaciones políticas. Su continuación tendrá lugar esta semana, cuando se cumplen dos meses del fin de unas negociaciones de infarto que abrieron en canal a Podemos tras su inclusión dentro de la coalición electoral, después de una negociación ardua en la que los morados vieron cómo perdían su papel de líderes hegemónicos en este espacio electoral.

Tan solo un mes después de las elecciones generales, cada partido incluido dentro de Sumar cuenta con unos números cuantitativos que revelan su poder dentro de la coalición. Todos harán valer su poder y todos tienen ya reclamaciones para la líder, Yolanda Díaz, que se enfrentará a un primer examen en el que deberá hacer equilibrios dentro de la coalición para evitar los conatos de rebelión que ya se anuncian. El de la conformación final del grupo parlamentario es el test de unidad a superar.

Los primeros nombres que se han dado conocer demuestran la apuesta de la vicepresidenta segunda en funciones de controlar totalmente su espacio en el Congreso. La diputada gallega, Marta Lois, será la portavoz parlamentaria y Txema Guijarro será el secretario general en la Cámara Baja, funciones que ya ostentaba en la anterior legislatura a cargo de Unidas Podemos. El papel que ahora Díaz otorgue a los morados en el Congreso será clave para que estos, a su vez, acaben enterrando su particular guerra que están dispuestos a librar dentro del hemiciclo. Ya avisaron tras las elecciones generales de que los cinco diputados morados querían tener «autonomía política» y que solo responderían a las órdenes de la dirección estatal, esto es, su secretaria general y también diputada, Ione Belarra. Los morados aspiran a tener su voz propia dentro del grupo parlamentario y a interlocutar solo en su nombre con el resto de socios, principalmente con el PSOE, tanto en el Congreso como en un futuro Gobierno.

Mañana, Yolanda Díaz reunirá a sus diputados (30, y ella como cabeza de lista) con el objetivo de repartir el resto de cargos que quedan por designar dentro del grupo parlamentario, como las portavocías adjuntas. También se planeará el organigrama dentro de la Mesa del Congreso de los Diputados, una vez quede pactado con el PSOE, ERC, PNV y Junts. Sumar aspira a contar con un «rol importante» dentro del órgano de la Cámara Baja. También deberán repartirse –una vez se conforme el Gobierno– las presidencias y vicepresidencias de las comisiones parlamentarias. En Sumar esperan, con los nombramientos, cohesionar al grupo parlamentario que ha sido constituido como «plurinacional» y busca acabar con las diferencias internas que surgirán a causa de las diferentes sensibilidades que conviven bajo las siglas de Sumar. Y es que el grupo parlamentario está compuesto por diez diputados de Yolanda Díaz, cinco de Podemos, cinco de Izquierda Unida, el mismo número para los Comunes, dos para Más Madrid, otros dos de Compromís, uno de la Chunta Aragonesista y otro de Més por Mallorca. Ante esta mezcla de siglas políticas, en el equipo de Sumar recomiendan a Díaz que esté «muy pendiente» de sus diputados para evitar el «juego sucio».

En el caso de las portavocías adjuntas que se desvelarán este miércoles, fuentes del grupo apuntan a la figura de Íñigo Errejón, líder de Más País. Sin embargo, este nombramiento –que no está confirmado– no cuenta con el aval de Podemos. Para las portavocías adjuntas, Compromís ha reclamado ya voz propia a la vicepresidenta.

A la vez, Sumar ya negocia con el PSOE la estructura de un futuro gobierno. En estas conversaciones, los morados ya muestran sus exigencias. Un ministerio de Podemos y cuyo ministro no sea elegido por Yolanda Díaz, sino directamente por la dirección de Belarra. En las quinielas de Sumar suena el nombre de Nacho Álvarez, miembro de la Ejecutiva morada y secretario de Estado de Derechos Sociales, pero muy cercano a Díaz, por lo que algunas fuentes moradas, no verían este nombramiento, si se confirma, como un «reconocimiento» para la formación morada.