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Entrevista

Fran Hervías: «Lo mejor que le puede pasar a Cs es desaparecer, pero la muerte se me está haciendo larga»

Dice que "hay gente que entró en el partido porque querían ser ministros" y que uno de los errores fue "no desenmascarar a Sánchez a tiempo"

Entrevista a Fran Hervías Gonzalo PérezLa Razón

Fue el secretario de organización de Ciudadanos, quien logró crear toda la estructura territorial del partido en la etapa de Albert Rivera. Fuera ya de la política activa publica «Ciudadanos. La historia jamás contada» (Península) un libro que espera que lea algún día su hijo para contrarrestar todas las noticias que se han escrito de él y sepa que su padre «no es tan malo» como lo pintan.

¿Su libro es la historia de una «vendetta»?

No, no es ninguna vendetta, lo que explico es la historia de Ciudadanos vivida por mí en primera persona, para aportar luz a muchas sombras que han surgido desde su fundación hasta que decido irme en 2021. Después de las injusticias que se han hecho en Cs y también contra mí, que dejé mis actas y cargos, ya que pensé que era lo más honesto, porque el partido había cambiado de ideología. Me he visto obligado a escribir el libro para contar qué es lo que pasó.

¿Entonces es en «defensa propia»?

No, es un libro que aporta luz y que hace justicia en todo lo que ha habido en Cs, con todas las etapas. Dejar constancia de lo que viví en Cs, cosas bonitas y algunas malas.

Le llamaban el «señor lobo» y decían que se comía las ovejas negras del partido. ¿Fue comido por otros «lobos»?

Yo solo ejecutaba decisiones, muchas que no compartía, pero era parte de un equipo y había que cumplirlas. Si no estás de acuerdo, dimites y te vas. A mí se me dijo que la idea era llegar a acuerdos con Sánchez y, como yo no compartía esa idea, dejé mi acta. No esperaba que entraran en tromba con descalificaciones continuas.

¿Que Cs no pactara con Sánchez fue el principio del fin?

Hay gente que dice que ese fue el principio del fin, yo digo que no. Nosotros nos equivocamos en muchas cosas y uno de nuestros errores fue que no supimos desenmascarar a Sánchez antes de tiempo. Comenzamos a hacerlo en julio cuando Rivera habla del «plan de Sánchez y la banda» y se ha demostrado que tenía razón. Sánchez no quería gobernar con Cs y cuando tenía la opción prefería a los nacionalistas. Nos relajamos sabiendo que tenía esos acuerdos.

En aquel «abrazo del oso», ¿se llegó a hablar en Cs de reparto de ministros?

Sí. Albert dijo no a ser vicepresidente, pero hay gente que entró en Cs porque querían ser ministro. Algunos siguen llamando al PP para serlo, los mismos que querían ser ministros con Sánchez y que decían que había que hacerle presidente.

Mucho eran especulaciones y se decía: «Tú podías ser ministro de Economía, de Hacienda o secretario de estado de seguridad». Me chocaba que hicieran cávalas para ambos gobiernos. Es legítimo, pero Cs no lo construimos para que fuera una oficina de colocación sino para hacer frente a las políticas de los que quieren dinamitar España.

¿Usted se vio en algún momento ministrable?

No, nunca, nunca. Los que me conocen bien saben que nunca he intentado mediar o trepar para tener un puesto.

Habla en su libro de los «trepas, tapones y palmeros». ¿Usted quién era?

Eso es cuando hablo del comportamiento social de la militancia del partido. La gran mayoría era gente trabajadora, comprometida por el proyecto y hay gente, como en todos los trabajos, que tiene unos síndromes que, para intentar trepar buscan debilitar a otro o hacer ver que éste se equivoca, fastidiarle para intentar que no se visualice que tiene capacidades; si tiene poder, taponarlo...

Entonces, ¿era el justiciero?

No, ni justiciero... Yo ejecutaba las decisiones que se tomaban e intentaba hacer el trabajo lo mejor posible y, lógicamente cometí muchos errores y muchos fallos, como todas las personas que toman decisiones. Yo me asumí el encargo que me dieron como una responsabilidad, pero nadie le podrá enseñar una grabación mía pidiendo ningún puesto político. Cuando uno ama a su país quiere que su país avance y progrese. Cuando vi que Cs se había convertido en un apéndice del Sanchismo solo me quedó dejar el acta e irme.

Me gustaría creer que no hubo una conspiración contra Rivera

¿Alguna vez en la estrategia de Cs estuvo la idea de hacer desaparecer al PP?

No, hacer desaparecer no era. Nosotros los que queríamos era ganar a todos y una vez que fuéramos la primera fuerza política poder transformar España desde la presidencia. Que Albert Rivera fuera presidente.

¿Se considera alguien en quien confiar en política?

Eso se lo tiene que preguntar a la gente, yo no voy a hablar por mí mismo. Creo que algo bien también he hecho. Entiendo la lealtad siempre a las personas, pero por encima de un partido está la lealtad a un país y a los españoles. Cuando veo que mi partido va con los que quieren romper España, yo no soy una persona de estar agarrada una silla por un carguito, me fui y por menos sueldo, pero fiel a mis principios y valores. Yo quiero ganar a Sánchez, esta gente quiere estar con él, y me di cuenta de que Cs no era mi lugar. Cambié de partido para no cambiar de ideas.

¿Qué hará el día después de que Cs se haya extinguido?

Trabajar, lo que hago ahora. Lo mejor que le puede pasar a Cs es que desaparezca, lo que pasa que la muerte se me está haciendo muy larga, porque me da pena. La gente no sabe lo que nos costó construir el partido.

¿Cuándo supo que Arrimadas quería quitar a Rivera?

En el libro explico lo que se veía internamente y lo que nos llegaba. Me gustaría creer que nunca hubo una conspiración y que ni Roldán, ni Garicano, ni Arrimadas conspiraron para cargarse a Rivera, porque son personas a las que les abrimos las puertas.

Un día llama a García Egea y a Pablo Casado y se va al PP. ¿Qué le prometieron?

Me fui al PP a trabajar como asesor y a aportar mi granito de arena. No tuve ningún cargo en el PP, ni lo pedí. Me cumplió mi contrato laboral y el equipo de Feijóo decidió no contar conmigo, a pesar de que están ejecutando la misma estrategia que diseñé con Casado y Teo de reunificar al centro derecha.

¿Él era consciente de ello?

No lo sé. Le avisamos de los movimientos que había, pero no le dábamos importancia. Nos dedicábamos a trabajar para que Cs tuviera la mayor fuerza.

¿A qué cree que se debió la desconexión de los fundadores del partido?

La historia del partido está en los que decían que había que pactar con uno, con otros, se van, vuelven. Había vaivenes de fundadores desde 2006 de los que pedían que nos fusionáramos con el PSC, cada uno marcaba su estrategia y creo que hicimos una buena labor.

Cs en sí ya no existe, es una gestoría

¿Quién marcaba esa estrategia de equipos, sesiones de coach, vídeos motivacionales...?

Era yo. Siempre he considerado que la formación tiene que ser un continuo, porque no hay estudios de cómo montar un partido. Hicimos un aprendizaje autodidacta y con profesionales con los que hacía sesiones de coaching donde buscábamos una homogeneización de gestión de equipos y conseguimos que se ayudaran entre ellos y crear el mejor equipo posible. Sesiones de motivación de equipo y de crisis con libros como el de "gente tóxica" o el de "El arte de la guerra", que dice que el conflicto se ataja antes de que surja, vídeos motivacionales... Yo quería transmitirles todo eso.

Un día llama a García Egea y a Pablo Casado y se va al PP. ¿Qué le prometieron?

Me fui al PP a trabajar como asesor y a aportar mi granito de arena. No tuve ningún cargo en el PP, ni lo pedí. ¿Qué después os gusta como trabajo? Pues fenómeno. ¿Que no os gusta? Pues tan amigos. Pero lo importante es ganar a Sánchez y esa es mi obsesión y tener un gobierno alternativo fuerte a Sánchez y Podemos.

Me cumplió mi contrato laboral -con la marcha de la pasada dirección del PP- y el equipo de Feijóo decidió no contar conmigo, a pesar de que están ejecutando la misma estrategia que diseñé con Casado y Teo de reunificar al centro derecha.

¿Espera que le llamen ahora?

A día de hoy el PP es el único que puede ganar a Sánchez y hay que fortalecer, ayudar, arrimar el hombro para poder tener un gobierno de PP y Vox, que a mí es lo que me gustaría y esto creo que sería lo mejor para España, es una opinión.

Creo que lo mejor para España sería un gobierno de PP y Vox

¿El PP intentó fichar a Rivera?

No tengo ni idea. Hombre, para mí ojalá. Siempre digo que España se ha perdido al mejor presidente que era Rivera y ojalá volviese a la política algún día. Me consta que no quiere. Está muy bien y es muy feliz ahora.

¿Volvería a la política activa?

A día de hoy, no. La política saca lo peor de las personas y he visto lo peor de ella, hasta dónde es capaz una persona de llegar al poder. He acabado bastante cansado de ella. Se me debería olvidar esa etapa tan fea que se ha hecho y el daño personal que han hecho a mi familia y a mí. Me encanta la política, ayudar, arrimar el hombro y en eso estoy ahora. Ahora soy consultor político a nivel empresarial, y a la gente a la que estoy ayudando es donde más está creciendo en los sondeos. Se puede ayudar a España desde otros ámbitos sin tener cargo público.

¿Entiende la soledad de Arrimadas?

Cuando pactas con Sánchez o Iglesias. ¿Qué esperas? El votante prefiere a Ayuso de presidenta a lo que ella decidió. No puedes ir en contra de tus valores y principios. Cs tenía unos valores y principios muy claros. Los valores liberales son incompatibles con el comunismo y el sanchismo y si representan esos valores, no puedes pactar gobiernos con el sanchismo y el comunismo porque los afiliados se te van. Hemos ido desapareciendo de las comunidades y nunca hicieron autocrítica. Culparon a los demás, a herencias del pasado, al equipo de Albert cuando eran del equipo. Cada fallo o problema la culpa era de Hervías o Rivera. Si me hubiesen dejado tranquilo, el libro no lo habría escrito. Y, a día de hoy, sigue el machaque.

¿Cree en la resurrección de los naranjas?

Creo que el Cs auténtico murió cuando Albert y el equipo nos vamos e Inés comienza a pactar. Cs en sí ya no existe, es una gestoría.

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