Las inquietudes de los "Z"

"Generación Leonor": así son los coetáneos de la Princesa

Les preocupan los crecientes problemas de salud mental, el futuro laboral y el impacto del mundo digital

Mafalda Corral y Pablo Borrachero forman parte de la generación de la Princesa Leonor
Mafalda Corral y Pablo Borrachero forman parte de la generación de la Princesa Leonor Platón

Nacieron casi con un móvil bajo el brazo. Son la generación de las redes sociales, los llamados nativos tecnológicos a los que también les seduce lo «vintage». Las modas siempre vuelven, es inevitable. Son capaces de movilizar a hordas púberes a golpe de tuit y ponerse la lucha contra el cambio climático o el feminismo por bandera.

Les preocupa la política, o, mejor dicho, la clase de políticos que nos gobiernan, son conscientes de que, ahora, casi vale más el mercado de los datos personales que el petróleo y lamentan que su emancipación tardará en llegar. Son la «Generación Z», coetáneos de la Princesa Leonor que, como ellos, cumple ahora los 18 años. Salvando las distancias, se identifican con la futura monarca y confiesan verla como una «chica de su tiempo», eso sí, no se cambiarían por la futura reina: «Demasiada presión y adiós al anonimato», dicen los tres jóvenes con los que nos encontramos en Madrid para hacer una radiografía de la generación del «like» que no deja indiferente.

Mafalda Corral y Pablo Borrachero forman parte de la generación de la Princesa Leonor . Fotos Platón
Mafalda Corral y Pablo Borrachero forman parte de la generación de la Princesa Leonor . Fotos PlatónPlatón

Mafalda Corral y Pablo Borrachero acaban de salir de la Universidad, ella estudia Relaciones Internacionales y él Filosofía Política y Economía, y vienen cargados de argumentos para combatir esos falsos mitos de que su generación tan solo está centrada en hacer vídeos de TikTok y marcarse un postureo en Instagram.

«Es cierto que lo hemos tenido más fácil que nuestros padres y, en cierto modo, nos hemos hecho un poco más vagos. Sin embargo, creo que nos caracterizamos por ejercer la acción social con más fuerza que nuestros antepasados», dice Mafalda, que ha vivido durante varios años en Estados Unidos y recuerda el ímpetu que tuvieron los jóvenes en las manifestaciones contra el racismo del Black Lives Matter o el cambio climático. «Las redes ayudan a la conectividad y a que las ideas confluyan», matiza.

Influencias controvertidas

Pablo apunta a los peligros, muchas veces desconocidos, con los que conviven los jóvenes de su quinta en las redes: el uso de sus datos personales, las «fake news» o la falsa realidad que envuelve al mundo digital. «Esto deriva en muchos problemas de salud mental en gente de nuestra edad; además, los ‘‘influencers’’, personas que se hacen famosas porque sí, no siempre son una buena influencia», argumenta el joven, quien añade que, varias personas de su entorno padecen trastornos de ansiedad, depresión o anorexia.

Mafalda lo corrobora: «Quizá, los problemas de salud mental son algo que, lamentablemente, también defina a nuestra generación».

Hay quien, de igual modo, apellida a los «Z» como la generación viajera, la de los vuelos «low cost» y la que migrará en busca de mejores oportunidades. Sin embargo, Pablo desarrolla un interesante planteamiento al hablar de esa «falsa sensación de libertad» con la que la juventud vive: «Existen muchos más controles, una seguridad invisible que nos hace menos libres en lo local. Quizá podamos viajar más, pero luego no podemos comprarnos un coche por la imposibilidad de mantenerlo».

Ignacio Contreras, estudiante. © Jesús G. Feria.
Ignacio Contreras, estudiante. © Jesús G. Feria.Jesús G. FeriaFotógrafos

Más crítico con sus coetáneos es Ignacio Contreras, que ha cumplido los 18 el 17 de octubre, «casi como la Princesa», dice con una sonrisa. «En cierto modo hemos normalizado el vivir con las facilidades de las que carecían nuestros padres. Eso nos lleva a no valorarlo como es debido», dice este estudiante de la Escuela de Minas de la Universidad Politécnica de Madrid.

También apunta a que, mientras que su padre, por ejemplo, empleaba el tiempo libre yéndose a jugar al baloncesto con amigos, «nosotros nos quedamos en casa con el móvil, y la verdad que da bastante pena». Eso sí, reconoce que las oportunidades educativas y de formación son mayores que las de antaño. «Somos una generación que está muy bien preparada, pero nos preocupa qué ocurrirá al terminar la carrera. A mí, a los 25 años me gustaría tener un trabajo estable, independizarme..., pero me da la impresión de que llegará más tarde de lo deseado», puntualiza.

Y es que a la generación del «bro», el «crush» y el «random» les preocupa mucho el futuro. Mafalda dice que, al igual que a Ignacio, le inquietan las oportunidades laborales futuras, así como la creciente discriminación y el racismo que se palpa en la sociedad. Pablo va más allá: «Me inquieta la política española, que creo que no se centra en los problemas importantes. Además, la juventud está muy polarizada por los propios políticos y por las redes sociales. Y otro asunto que me genera intranquilidad es la Inteligencia Artificial. Ahora lo vemos como algo divertido, pero tiene que ser regulada ya porque si no puede convertirse en un grave problema social. Se acabará el arte, el cine, el periodismo...», vaticina.

Y como común denominador en estos tres jóvenes, se encuentra la angustia de «no saber si podremos tener la calidad de vida de la que hemos disfrutado en la juventud cuando seamos adultos».

Monarquía necesaria

Otro tema que les une es la monarquía. Los tres consideran que es una institución necesaria en España para dar estabilidad ante tanta turbulencia. «Es muy necesaria y Leonor será una buena reina. La veo como una chica de nuestra generación, moderna y que está recibiendo una formación muy completa», asevera Ignacio. Para Pablo, es clave la educación militar que está recibiendo: «En un futuro será la jefa de las Fuerzas Armadas y esto es algo que merece mucho respeto».

Mafalda, que en sus 18 años de vida ha vivido más tiempo en el extranjero que en España, siempre ha visto la monarquía como una institución «un tanto anticuada». Sin embargo, confiesa que, para el caso concreto de España, es muy necesaria, sobre todo «para seguridad y firmeza ante un mundo en constante cambio». Pese a su admiración hacia Leonor, sus pensamientos también confluyen a la hora de asegurar que la joven debe ser fuerte «ante la presión a la que siempre estará expuesta»: «Es muy joven y los comentarios en las redes a veces son muy duros», concluye Mafalda.

Los «Z» vienen pisando fuerte. Su futuro es incierto, pero ganas y buenos referentes no les faltan. ¿Cómo será su vida cuando la Princesa Leonor sea reina? Veremos.