
Narcotráfico
La lucha policial contra los cocineros de la droga: desde España hasta Texas
La Sección III de la UDYCO Central de la Policía Nacional cuenta con los mayores expertos que se dedican a desmantelar laboratorios de droga en España
Cocinar de memoria, como lo suelen hacer las abuelas. Sin cantidades predeterminadas ni recetas. A pesar de no llevar un orden, el resultado siempre es un éxito. De la misma forma realizan sus tareas los "narco cocineros". Unos cotizados chefs de la droga que viajan a España con el único objetivo de dejar perfectas las raciones de las sustancias estupefacientes. No conocen de química y provienen, principalmente, de ambientes rurales de Colombia y México. Estos "pinches" tienen a sus principales críticos en la Sección III de la Brigada Central de Estupefacientes-UDYCO Central de la Policía Nacional. LA RAZÓN ha entrado en las entrañas de esta unidad que es una de las más expertas de Europa.
En sus instalaciones en Canillas, en la Comisaría General de Policía Judicial, trabajan más de una veintena de policías que se dividen en tres grupos. Uno se encarga de tramitar las denuncias anónimas que reciben, otro de los laboratorios de extracción de cocaína y el último se centra en las drogas sintéticas, una modalidad que está cada vez más extendida en nuestro país.
Los objetivos de estos policías nacionales están lejos de ser cocineros con estrellas Michelin. Aunque sí están muy cotizados entre las organizaciones criminales. "Viajan a España desde Colombia o México, están todo el día en el laboratorio y cuando acaban su tarea se vuelven a su país", detalla el Jefe de la Sección III. Este mando expone en la mesa de su despacho los platos que preparan sus principales clientes. Las probetas contienen cocaína en base, anfetamina, metanfetamina, MDMA o el denominado "tusi".

El trabajo que tienen que desarrollar estos agentes de la UDYCO es complejo y siempre disponen de colaboración internacional para ello. Es más, la jefa del Grupo 32 ha viajado recientemente a Colombia con las autoridades del país para conocer de cerca los laboratorios que tienen en la selva estas organizaciones criminales. Esta mujer es una de las policías que más conocimientos tiene de estas infraestructuras improvisadas de extracción de cocaína de todo el continente.
Los "candados" que esconden la coca
Se enfrentan a grandes retos a la hora de localizar la droga. Los cárteles impregnan la cocaína en objetos de lo más variopinto como cemento, cartón, pulpa, pintura o la panela. El número de "candados" es clave para que la sustancia sea prácticamente indetectable. Uno es prácticamente imperceptible. Las últimas generaciones de delincuentes han conseguido un nivel de tres. Ese pequeño porcentaje de droga, los cocineros lo convierten en clorhidrato de cocaína con una pureza que alcanza entre el 98 y el 95%.
Los análisis de los artículos intervenidos por parte de la Policía Científica son claves para determinar que estos objetos portan droga. Los picos en los resultados reflejan lo que la vista no consigue determinar. Las organizaciones criminales buscan rescatar sus alijos en los laboratorios ocultos que pocas personas conocen.
"Los cocineros no son químicos ni tienen conocimiento en la materia. Ni mucho menos. Cuando hablas con ellos te cuentan que lo hacen porque lo tienen mecanizado de que se hace así y no saben por qué", detalla la jefa del grupo a LA RAZÓN. Estos "chefs" tampoco cobran grandes cantidades de dinero. Estarían en lo que se denomina una clase media en Colombia.
Los narcos escogen a estas personas en los ambientes rurales. Algunos acuden al trabajo en España bajo la amenaza a sus familiares. Cuando son capturados por la Policía Nacional preguntan a los agentes por las cárceles de la Península. "Muchos piden cumplir la condena en nuestro país", confiesan los investigadores de la UDYCO.
Laboratorios en Airnb o plazas de toros
En los laboratorios hay pocas personas. De forma habitual trabajan dos cocineros, un notario y un peón que acude a cubrir las necesidades. Sin embargo, los agentes se han llegado a encontrar espacios con cinco "chefs" que están "dando palo" por la capacidad. Esta expresión viene de la labor que realizan cuando agitan la sustancia.

El miedo a los posibles vuelcos de droga hacen que los delincuentes se vuelvan reservados en este aspecto. La Policía se ha encontrado que algunas de estas bandas tienen hasta drones para vigilar las proximidades.
Estos centros se encuentran en zonas rurales o de pocos habitantes. La localización más curiosa que han visto sus ojos se dio en un pueblo de Toledo llamado la Puebla de Montalbán cuando localizaron una de estas infraestructuras debajo de una plaza de toros en una finca.
"En una operación localizamos el laboratorio en un Airnb. Estuvimos vigilando durante semanas. Los narcos se fueron y dejaron las máquinas en el cobertizo. Entró una familia que no tenía nada que ver con los delincuentes. Y es que el propietario de la casa se había comprometido con esos clientes y cuando acabó su estancia los traficantes regresaron y les pillamos", explica la jefa del Grupo 32.
El trabajo de esta Sección de la UDYCO no solo se centra en localizar la cocaína oculta en los materiales. También ponen el foco en los laboratorios de las drogas sintéticas, que es un negocio que cada vez está más extendido en España. "Hay casos de organizaciones holandesas que han venido a nuestro país a fabricar las sustancias y se la han intentado llevar de vuelta", detalla otro de los policías que en este caso dirige el Grupo 33.
La explosión de un laboratorio millonario en Sevilla
Los narcos no son conscientes, o si y prefieren obviarlo por los beneficios, de los riesgos que corren a la hora de elaborar las metanfetaminas o el resto de las drogas. Uno de ellos resultó gravemente herido en una explosión en Morón de la Frontera (Sevilla). En su interior, los agentes localizaron uno de los laboratorios más caros que se podían encontrar.
Así, los materiales que tenían estos ciudadanos de Europa del Este tenían un valor cercano a los 500.000 euros. Habían estado operando durante dos años en una nave industrial. Un día su suerte acabó y estuvo cerca de costarles la vida. El material incautado fue donado por la Policía Nacional a la Universidad de Sevilla. "Ahora tienen mejores elementos de los que disponían", explica este jefe de grupo, que se da la circunstancia de que también es doctorado en Químicas.
Los especialistas en drogas sintéticas están detectando un auge de este tipo de sustancias. Cada vez se incauta más y en la Península instalan este tipo de laboratorios. Principalmente, en la zona del Levante donde durante el verano pueden ampliar sus beneficios. La última moda del "chemsex" también ha generado el incremento de la venta de la metanfetamina.
Una media de siete laboratorios al año
Otro de los productos estrellas que ha vuelto a ganar terreno es el archiconocido "speed" y que decir de la mal conocida como cocaína rosa que es una sustancia que siempre regresa con los años. El motivo de su resurgimiento es por el bajo coste de las mismas.
Una de las herramientas que más utilizan estos agentes son los dos correos electrónicos anónimos en los que las personas pueden denunciar la instalación de este tipo de complejos. Son las cuentas de antidroga@policia.es e intobce@policia.es. Cada año reciben una media de 18.000 mensajes que analizan uno a uno. Se da la casualidad de que unas de estas denuncias facilitó el desmantelamiento de un laboratorio en Texas. La Policía Nacional pasó la información al FBI y contrastaron que era verdad.
El meticuloso y exhaustivo trabajo de estos agentes se convierte en resultados ya que desmantelan una media de siete laboratorios al año, con lo que implica de diligencias y vigilancias sobre el terreno. Esta plantilla de la UDYCO está considerada a nivel continental una de las más expertas en la lucha contra estas drogas que cada vez se encuentran más presentes en nuestro país. "La formación es clave para adelantarse a los movimientos de los malos", señala su jefe.
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