Política

Bildu

Otegi y la líder del PSE se reúnen en la cámara vasca

El dirigente abertzale utiliza su cargo como asesor de Bildu para dirigir la estrategia de su partido en Madrid y los pactos con el grupo socialista en el Congreso.

Arnaldo Otegi / Efe
Arnaldo Otegi / Efelarazonfreemarker.core.DefaultToExpression$EmptyStringAndSequenceAndHash@73f8827e

El dirigente abertzale utiliza su cargo como asesor de Bildu para dirigir la estrategia de su partido en Madrid y los pactos con el grupo socialista en el Congreso.

Arnaldo Otegi, como máximo representante del independentismo radical, ha articulado una estrategia en la que ha logrado «atrapar» al Gobierno y al Partido Socialista, según quedó demostrado en la sesión de investidura organizada para sacar a Mariano Rajoy de la Presidencia del Ejecutivo y, más recientemente, en la convalidación de varios decretos ley en la Diputación Permanente del Congreso de los Diputados.

EH Bildu, según han informado a LA RAZÓN fuentes conocedoras del asunto, mantiene una relación fluida con los socialistas a través del Parlamento vasco, en el que Otegi está como asesor principal del grupo parlamentario. Entre los interlocutores, se encuentra Idoia Mendía, con la que se hizo la famoso fotografía de la comida durante las pasadas Navidades. La «fanfarronada» de las llamadas desde Madrid fue un brindis para los suyos, aunque alguna pudo haber por aquello de la ansiedad.

Los antiguos proetarras, de la mano de un personaje con tanta experiencia en negociaciones como Otegi, mantienen una posición, a nivel interno, de carácter exigente, pero que no exteriorizan, salvo en ocasiones muy medidas; o, como ocurrió esta semana en el Parlamento vasco, cuando el diputado Arsuaga insultó a las Fuerzas de Seguridad del Estado.

Aún así, la «salida de pata de banco» no ha gustado, al no ajustarse al «buen rollito» que se quiere mantener, tanto por parte de los socialistas como de los abertzales. Por ello, será defendido en público, pero «reconvenido» en privado.

EH Bildu tiene que competir, en lo de exprimir al Gobierno central, con el PNV, por lo que mantiene esa actitud de falsa prudencia a la espera de rentabilizar logros. De momento, de cara a la galería y para no perjudicar a los socialistas, se agarran al guión de que todo lo hacen para que no vuelva al poder la «derechona española». Pero lo que hay en juego es mucho más, pero bastante más.

El día del incidente en la cámara de Vitoria, se aprobaba, con los votos a favor de PNV y socialistas, y la abstención, entre otros, de EH Bildu, el proyecto de ley para el reconocimiento de las víctimas de «abusos» cometidos por las fuerzas policiales. Que los compañeros de partido de Enrique Casas, Fernando Múgica, Fernando Buesa... hayan apoyado el asunto, resulta penoso.

Es verdad que el texto no se ajustaba por completo a lo que pretendían los de Otegi –al PNV, parece que sí–, pero también lo es que respondía al cumplimiento de uno de los 68 puntos del programa para «la paz, que se puede leer en su página web y que dice textualmente: «impulso de una legislación inclusiva e integral de reconocimiento y reparación de víctimas, en especial de las que todavía no tienen esa condición, con un tratamiento de igualdad y con apertura a todo el arco temporal». ¿Un paso pequeño? Tal vez. Pero en la línea de equiparar a los terroristas etarras con los agentes que les combatían; y, de paso, sembrar la duda sobre los métodos utilizados durante esas actuaciones.

Para saber cuál va a ser la utilización de los escaños que EH Bildu pueda obtener en el País Vasco y, eventualmente, en Navarra, habrá que esperar a los resultados de las elecciones del 28-A. En el caso de que Pedro Sánchez se vea obligado a organizar una investidura en que esos apoyos sean absolutamente necesarios para seguir en La Moncloa, no está de más repasar los citados 68 puntos, algunos de los cuales parecen estar ya sobre la mesa de negociaciones. Muchos de ellos se refieren a los presos etarras, asunto que, según las mismas fuentes, resulta capital para EH Bildu: «Abandonar el esquema del “Derecho Penal del Enemigo” como fuente y base para abordar la política Penal y Penitenciaria a aplicar en escenario vasco»; «modificación de la legislación que posibilita la cadena perpetua, bien a través de la aplicación del límite de cumplimiento íntegro de 40 años o bien a través de la denominada prisión permanente revisable»; y «reclamación de la transferencia de la competencia de asuntos penitenciarios a la Comunidad Autónoma Vasca y a la Comunidad Foral Navarra». En esto no se andan con circunloquios. Más claro, agua.

Con respecto a las Fuerzas de Seguridad del Estado que han combatido a ETA, el programa incluye, además de lo ya aprobado, la creación de «una base de datos integral de vulneraciones de derechos humanos “Izen guztiak”». Sin comentarios.

Después de las elecciones generales del 28-A, llegarán las municipales y autonómicas del 26-M, que en Navarra cobran una gran importancia, ya que los «vasquistas», partidarios de la anexión al País Vasco, pretenden mantener el poder. En función del resultado, los votos de los socialistas pueden ser fundamentales para que Uxue Barkos continúe en la presidencia y se pueda repetir un pacto como el que mantiene al PNV en Ajuria Enea. Otegi y los suyos están atentos a lo que pueda ocurrir e intentarán no quedar al margen de un eventual reparto del poder. A este respecto, las citadas fuentes han llamado la atención sobre la reunión que una representación de la Policía Foral y la Ertzaintza mantuvieron hace días en Erandio (Vizcaya) para tratar del «modelo policial».

Lo que está ocurriendo en Navarra no disgusta a Bildu y, si los socialistas se implican, mejor que mejor.