La noria

Y el premio al iluminado de la semana es para…

A Beatriz Corredor, "la chica del cable", le tocó la carta de la compañía de la luz del Monopoly. El "hermanísimo" perdió el quesito de Cultura y Espectáculos en el Trivial y el fiscal general ha demostrado ser un experto en el Magia "Borras"

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IlustraciónPlatónLa Razón

Acabamos ya el puente de mayo y esta semana el juez Puente (del «caso Koldo») ha pedido a Puente (titular de Transportes) que aporte información sobre el pago de más de medio millón de euros al exministro Ábalos en concepto de «rentas exentas y dietas exceptuadas de gravamen». Él ya ha adelantado que han fallado las cuentas. Sorpresa. Y ante el magistrado tendrá que dar cuenta antes del puente de San Isidro, si las obras del puente soriano de San Esteban de Gormaz se lo permiten al ministro, empeñado en contarnos su avance en sus redes sociales. Pero, como en el juego de la Oca, voy de puente a puente y tiro porque me lleva la corriente.

Y la corriente me lleva a «la chica del cable», Beatriz Corredor, la presidenta de Red Eléctrica. Ya puede emprender veloz la carrera y pasar el testigo para escapar de las culpas que la persiguen tras su semana más negra, en la que incluso el que fuera su entrenador, Pedro Sánchez –que contó con ella para la gran Ejecutiva socialista del 17, de la que también formaban parte Puente y Ábalos, ¡menuda troupe!– le ha dado la espalda. Pero siempre fue corredora de fondo.

Desde que ocupase la cartera de Vivienda en 2008 –con ella se aprobó la Ley de Medidas de Fomento y Agilización Procesal del Alquiler y de la Eficiencia Energética de los Edificios (sí, sí, eficiencia energética)– ha sabido mantenerse a la cabeza. Fue secretaria del Área de Ordenación del Territorio y Políticas Públicas de Vivienda, presidenta de la Fundación Pablo Iglesias (el de verdad, no la copia barata) y diputada por Madrid en la XIII y XIV Legislatura en el Congreso de los Diputados. Hace un lustro llegó para alumbrarnos a todos al hacerse con la carta de la compañía de la luz del Monopoly.

Un gran juego para, como el exministro Ábalos, poner casitas en las partes del tablero más caras para su uso y disfrute. Pero debe tener cuidado porque puede caer en la casilla de «Vaya a la cárcel». Habría que tener mala suerte apellidándose de segundo Meco, que es como de forma coloquial se conoce al centro penitenciario alcalaíno que custodia a los internos penados y preventivos (aquellos que están a la espera de sentencia).

Hay que tener muy mala suerte para que, apellidándote Ábalos Meco, caigas en la casilla de "Vaya a la cárcel"

De sus instalaciones ya disfrutaron en su día personajes insignes como Mario Conde, Mariano Rubio, Julián Sancristóbal, Carme Forcadell, José María Ruiz-Mateos o Dolors Bassa.

Pregunta de Trivial

Y, ahora, una pregunta de Trivial: ¿Qué es la Oficina de las Artes Escénicas? «No sé… la que se encarga de las artes escénicas». Eso contestó la primera vez que al «hermanísimo» del presidente del Gobierno le salió la carta en el juego. Error, perdió el quesito rosa. Pero como el azar es caprichoso, y esta semana, a ese director de ópera amante del Rigoletto de Verdi –un bufón en la corte de un duque corrupto– y confiado en ser todo un experto en Cultura y Espectáculos, le tocó la misma.

En esta ocasión, David Sánchez, o Azagra para los amigos, contestó sin ninguna duda: «Mi cabeza sabe que la Oficina de las Artes Escénicas no es un sitio, es un paraguas de actividades». En serio, ¿mi cabeza sabe?, ¿un paraguas? Qué rabia me da no poder meter en el papel ningún GIF.

Pero para paraguas, bajo el que ha tenido que esconderse en los últimos días el ministro del Interior tras el chaparrón que le ha caído después de meterse en el charco de la compra de munición a Israel por seis millones de euros. Su equipo le ha apartado y no le queda más remedio que jugar al solitario. Pintan bastos.

Y otro que navega a la deriva, pero empeñado en jugar a hundir la flota lanzando fuego amigo es el secretario de los socialistas madrileños, Óscar López. Ni los votantes le quieren, como reflejan las encuestas, pero a él le importa una higa. «La verdad es que para no haber pagado está muy bien la campaña que me hacen», se carcajea. Decía Oscar Wilde: «Hay solamente una cosa en el mundo peor que hablen de ti, y es que no hablen de ti». Esto no siempre resulta ser verdad y si él lo cree es que demuestra tener menos luces que un barco pirata.

El único con luces al final ha resultado ser el fiscal general García Ortiz quien, jugando al Magia Borras (sí, sé que es con acento, pero, si no, no me salía el juego de palabras), ha hecho desaparecer los mensajes de sus móviles.No han dado con ellos ni WhatsApp ni el todopoderoso Google.

Poco a poco las fichas del dominó van cayendo.