Tomás Gómez
El último charco de Sánchez
Si lo que quería conseguir es un puñado de votos de cara a las elecciones de mayo, ha logrado lo contrario, perder unos cuantos miles
Ayer se discutió en el Congreso la Ley de Vivienda, el último charco que ha pisado PedroSánc hez. Si lo que quería conseguir es un puñado de votos de cara a las elecciones de mayo, ha logrado lo contrario, perder unos cuantos miles. La presentación de la Ley fue a cargo de Bildu y ERC, en una clara escenificación de quien tiene la llave de la mayoría parlamentaria.AlPNVlemo les tal a relación de Sánchez con los abertzales, de ahí la contraprestación que ha tenido que pagar el PSOE a Urkullu en forma de la eliminación de la enseñanza en castellano en Euskadi.
En cuanto a vivienda, la controversia ha llegado de la mano de la denuncia de las consecuencias de la normativa en el problema de la okupación. El Gobierno lo desmiente, pero la normativa exige, a los propietarios que quieran iniciar el desalojo, garantizar que no son grandes tenedores y, además, justificar en la demanda de desahucio si la vivienda es el domicilio habitual o no del okupa.
También regula que la condición de gran tenedor la tendrán los titulares de cinco o más viviendas. El tener o no esta consideración tiene consecuencias directas sobre el procedimiento de desahucio, ya que las exigencias se agudizan más. Por ejemplo, será necesario que acrediten la situación económica del ocupante para discernir si se trata de personas en situación de vulnerabilidad, de manera que los procedimientos se pueden prolongar hasta dos años.
La eficacia de la norma es dudosa. Si se trata de solucionar el problema del alquiler, no es razonable reducir la oferta, algo que se producirá ante el aumento de dificultades para recuperar la posesión de las viviendas en caso de impagos. Si se trataba de acotar los excesos de los fondos buitre, Sánchez podría haber optado por otro tipo de medidas, entre ellas fiscales o regulatorias del régimen de arrendamiento de estos fondos.
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