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Tamara Falcó brilla en “Masterchef”: el secreto de su transformación
Si hay alguien que tiene al público impresionado en los últimos tiempos por su sorprendente cambio físico esa es Tamara Falcó. Hace un tiempo, justo cuando le detectaron hipotiroidismo, la hija de Isabel Preysler hablaba sin tapujos de sus problemas hormonales. Poco queda ya de esa joven, que en los últimos tiempos ha aparecido con un aspecto renovado. Nadie duda de que su belleza siempre ha estado ahí y de que su sonrisa perenne encandila a propios y extraños. Pero, ¿cómo ha conseguido bajar así de peso? Porque cuando aparecen problemas de tiroides no es fácil, ni mucho menos asunto de dos días, bajar de peso.
La Tamara de siempre, permanentemente delgada y elegante, quedó distorsionada hace dos años. Fue cuando el hipotiroidismo apareció en su vida y su físico cambió. Entonces, los comentarios despectivos sobre su imagen y su aumento de peso comenzaron a llegar. Ella era consciente de que está sometida a más presión por llevar el apellido Preysler: "A mí eso me da exactamente igual, no voy a hacer las cosas por lo que piensen otros", decía más tarde a una conocida revista.
Eso sí, sus cambios físicos trajeron consigo una serie de problemas de autoestima que su familia y amigos intentaron por todos los medios borrar de su mente. "Me miro al espejo y no me reconozco", explicaba entonces en una entrevista. Además, le dijeron que otras consecuencias físicas podrían aparecer: "Cuando ya había ganado peso, el médico me dijo: ‘Prepárate ahora para que se te caiga el pelo’. Y dije: ‘¡No! Gorda y calva, eso sí que no'", decía con humor. Al contrario de la imagen que algunos tienen de ella, es una persona sin frivolidad alguna y muy espiritual. Jamas la oirás hablar mal de nadie".
Lo que parece es que no ha conseguido el cambio físico por medio del ejercicio físico. Según dicen, es cero deportista, y la piscina climatizada que forma parte de su residencia en de Puerta de Hierro está de adorno. Ella es más de cuidarse a través de la alimentación. Por eso, su paso por "Masterchef" le ha venido de perlas. Además de mejorar sus dotes culinarias, le ha servido para interesarse por la nutrición y poder así elaborar platos más completos y equilibrados.
Es habitual del del centro de Carmen Navarro en Pozuelo. Los protocolos aconsejados por la profesional que regenta el centro han sido adaptados a su problema de salud. Para combatir la temida retención de líquidos optó por combinar Reset Massage y LPG, los más habituales para drenar. En la primera fase “rascan” las partes emocionales con el fin de desfibrosar y rejuvenecer el tejido a nivel interno. A continuación, con el masaje mecánico y la aspiración sincronizada, movilizan y liberan la grasa localizada, activando el sistema circulatorio y el drenaje linfático. Así estimulan los fibroblastos con el fin de producir ácido hialurónico, colágeno y elastina. ¿El resultado? Se consigue desbloquear el cuerpo, abrir las zonas por las que la pasa la energía y, de esta manera, devolver la esponjosidad al tejido.
Posteriormente se centran en combatir la grasa localizada, reducir volumen, mejorar la circulación, y reafirmar. El efecto de relajación y desconexión que conlleva es, además, absoluto. Seguro que ha sido uno de los factores que conquistó a Tamara, amiga de la reflexión y de dedicar espacio a cultivar su paz interior.
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