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La nueva vida de Borja Sémper: mimar a la familia y aprender a tocar la guitarra

El líder de los populares de Guipúzcoa «necesitaba dar un giro a su vida con su pareja Bárbara Goenaga

Borja Sémper junto a Bárbara Goenaga en una de las muchas imágenes de su Instagram
Borja Sémper junto a Bárbara Goenaga en una de las muchas imágenes de su Instagramlarazonlarazón

Deja «toda una vida» en la política activa, y haberlo hecho en unas circunstancias «particulares» como es en el País Vasco, «cuesta», pero «no le quedaba otra». Borja Sémper se siente «un poco triste», pero ha sido una decisión meditada desde hace meses. El líder de los populares de Guipúzcoa, con 44 años recién cumplidos el 10 de enero, se sentía en un fin de ciclo personal y «necesitaba un cambio». Lo hace por su familia, y también por él.

El asesinato de Gregorio Ordóñez y el de Miguel Ángel Blanco le marcó. Primer teniente alcalde y concejal de urbanismo de Irún, presidente del PP de Guipúzcoa, la voz de los Populares vascos en el Parlamento de Vitoria. Su vida cambió a las puertas de un cine, tras recibir una llamada telefónica con dos preguntas: «¿Sales a las 8:00 de la mañana y te recogen unas compañeras?», «sí». «¿Paráis en Rentería a recoger a otra compañera?». «Sí». Era la Guardia Civil: «Pues el comando al que estamos interrogando te iba a asesinar en la facultad de Derecho de San Sebastián». Fueron a matarle, pero al pensar que llevaba escolta abortaron el plan. Lo iban a intentar una segunda vez, en la biblioteca, pero antes fueron detenidos. «Con 22 años aquel día me cambió la vida». De nuevo unos papeles incautados a ETA le fijaban en la diana, esta vez querían asesinarle mediante una bomba en el contenedor de basura, cuando saliera de su casa; aunque el plan aún estaba en una fase preparatoria. «He tenido suerte», asegura.

Compromiso político

Después del riesgo, de la lucha y de más de 20 años en política se marcha, tras haber recibido la oferta de la empresa Ernest & Young como director de relaciones institucionales en España. Dice que no estaba buscando trabajo, porque eso le hubiera parecido «ser desleal» con su compromiso político, sino que la oportunidad le llegó; aunque quien se lo ofreció conocía sus ganas de pasar a otra etapa. Ha dicho «sí» a una compañía «seria y solvente» que le abrirá la oportunidad de desarrollar lo aprendido en política y también sus conocimientos. «Es una oportunidad magnífica que creo que todo el mundo entiende».

«Sigo enamorado de la política y siempre lo estaré, pero ahora toca tomar otro camino». Eso sí, afirma que seguirá afiliado al PP. Sémper dio su juventud al PP y a la defensa de España en el País Vasco a costa «de un sacrificio extraordinario» como ha sido la salud de sus padres, y su propio bienestar, aunque dice que «lo volvería a hacer mil veces». Para sus padres y la gente de su entorno su marcha es algo «agridulce». Por un lado saben que ha pasado por tanto, que es una pena que lo deje. Pero, por eso mismo, también entienden que le toca cambiar. «Mis padres han sufrido muchísimo y mis hijos también, el mayor sobre todo».

El dirigente del PP de Guipúzcoa no hace solo las maletas políticas, también la mudanza. Deja San Sebastián y pone rumbo a Madrid. Le hubiera gustado ser arquitecto, le fascinan la lectura, la música, el arte y dice que ya ha renunciado a su ilusión de ser ministro de Cultura. «Para otra vida, tal vez». De hecho, está trabajando en un poemario que intentará publicar en breve y en un libro más de actualidad y de reflexiones sobre la sociedad.

Su pareja, la actriz Bárbara Goenaga le ha apoyado en todo momento y también ha hecho de escudo ante los misiles de odio dirigidos a Sémper. Ahora, le toca el turno a ella y al vivir en Madrid tendrá más facilidad en su trabajo de actriz. Goenaga y Sémper siempre han tenido claro que «a la familia hay que mimarla y protegerla». ¿Y casarse? «No está en la agenda», porque asegura que lo que casa son los hijos y una hipoteca. Tiene pensado aprender a tocar la guitarra y no le importaría hacer un dueto con Leire, de «La Oreja de Van Gogh». Lleva un tatuaje de un sol cuando cambió de etapa en su vida hace años y planea hacerse otro.