Divorcio
La víspera de San Valentín de 2013: el día que todo acabó entre Paula Echevarría y Bustamante
Estuvieron un lustro viviendo una ficción. Desde 2013 al 2018, Paula y Busta eran pareja de cara a la galería, pero su matrimonio ya estaba roto. La guerra judicial del cantante saca a la luz las mentiras del que fuera el matrimonio favorito de los españoles.
El 11 de febrero de 2013, el periodista Eduardo Verbo firmaba una sorprendente información en Vanitatis: la grave crisis que atravesaba entonces el matrimonio formado por David Bustamante y Paula Echevarría. Según el redactor del digital, mientras el representante del ex triunfito le desmentía que la pareja estuviera rota, fuentes cercanas a Bustamante eran conocedoras de su intención de separarse de la madre de su hija Daniela “de forma elegante y sin ningún tipo de batalla judicial”.
Así lo hicieron. Dos días después de salir a la luz esta información, la pareja acudía al notario para firmar unas capitulaciones matrimoniales en las que se detallaban los pasos a seguir en el futuro divorcio. En ellas acordaban disolver el anterior régimen económico y todos los detalles de un divorcio orquestado al milímetro que incluía un acuerdo de confidencialidad y que obligaba a los firmantes, a hacer pública de manera conjunta y consensuada la ruptura. Algo que no se haría hasta 5 años después, cuando ya descubierta la relación de Paula y el futbolista Miguel Torres, el cantante confesó en Hola que fue él quién puso fin a la relación.
La relación entre ellos estaba en la cuerda floja por la difícil convivencia debida “a la vida lúdica de Bustamante” que provocaban graves discusiones en la pareja. Las fuentes a las que accedió el periodista aseguraban entonces que el cantante es “una persona impulsiva y que, tal vez, se haya magnificado todo. Pero suelen discutir muchísimo. Las crisis en la pareja son muy habituales. No es fácil la vida entre ambos-explicaban los amigos del cantante-hay amor, pero convivir es difícil”.
Una actriz en boga y un artista cuestionado por sus excesos: el cocktail molotov que dinamitó su unión.
Tras seis años de matrimonio y una hija en común, Daniela, de cinco años, la pareja había llegado al límite en su convivencia. Paula se encontraba en pleno rodaje de “El pago de los Cortazar”, el desenlace de la tercera temporada de Gran Reserva, y ya se había convertido, por mérito propio, en uno de los mayores reclamos para las marcas. Su rostro era habitual en presentaciones y campañas de marketing de prestigio, mantenía una excelente relación con los medios, y su imagen estaba limpia como la patena. La de su marido, sin embargo, aún arrastraba los problemas que le acarrearon su polémica relación con Begoña Alonso que no dudó en tacharlo de violento y airear sus trapos sucios.
A pesar de la tensión y la crisis que existía en la pareja, en público seguían manteniéndose unidos, como prueba el hecho de que sólo una semana antes de firmar su “separación notarial”, Bustamante acudiera al funeral de la abuela de Paula, celebrado en la localidad asturiana de Candás. Muy afligido, el cantante era uno de los encargados de portar el féretro y se mostró cariñoso y atento con su esposa, destrozada por la muerte de su abuela materna. Tras acudir al funeral, la pareja regresó a Madrid.
Pero ni guardando las apariencias en público ni con continuos desmentidos, las desavenencias entre ambos se acallaron. Desde que se dieran el ‘sí, quiero’, los rumores sobre los problemas de convivencia y las tensiones provocadas por la supuesta vida disoluta del cántabro, eran constantes. La llegada al mundo de Daniela en 2008 llenó de alegría a la pareja, pero un año después del nacimiento de la única hija del matrimonio, la unión hacía aguas. Las discusiones en casa por su diferente manera de entender la vida eran constantes y según sus allegados, mientras ella aspiraba a una vida hogareña, Bustamante apenas paraba en casa.
El documento secreto de la separación de hecho, firmado en 2013 por la pareja, sale a luz.
Eran por entonces, según una encuesta, el matrimonio favorito de los españoles. El 13 de febrero de 2013, víspera de San Valentín y mientras en las tertulias televisivas se habla de su separación, que es desmentida por los representantes de ambos, firman en la notaría de Francisco Calderónen Madrid el documento de separación previo a su posterior divorcio: “Don David Bustamante y doña Paula suscriben el presente acuerdo de separación matrimonial de hecho, sin perjuicio de que transcurrido el tiempo se formule de mutuo acuerdo disolución del matrimonio por causa de divorcio, estableciéndose las mismas condiciones pactadas en el presente documento, tanto en las relaciones paternofiliales de ambos respecto a su hija Daniella como económico-matrimoniales”.
Un documento que ambos acordaban mantener en secreto y en el que se establece un régimen beneficioso para Paula, que entonces era el cónyuge más débil económicamente. Bustamante se comprometía a pagar el colegio y unos gastos mensuales superiores a los 6.000 euros, se otorgaba la custodia materna sin perjuicio de que, posteriormente, pudiera solicitar el padre una custodia compartida. La pareja que se había casado en régimen de separación de bienes, tenía en propiedad una vivienda en Villanueva del Pardillo que estaba a la venta y de la que un 80 % era de David Bustamante. La compraron antes de casarse y no consiguieron venderla debido al desorbitado precio que pedían por el chalet, 1.800.000 euros, que en 2019 rebajaron casi a la mitad. Allí viviría la pareja hasta que, en 2017, Bustamante abandonó la vivienda para alquilar un ático en Pozuelo de Alarcón.
Un año después, la ruptura se haría oficial, pero durante casi un lustro la pareja mantuvo en secreto su separación de hecho cumpliendo a rajatabla el compromiso de no difundir el documento notarial. “Don David Bustamante Hoyos y doña Paula Echevarría Colodrón se comprometen de manera expresa a no difundir, transmitir, revelar a terceras personas cualquiera de los acuerdos establecidos en el presente documento, así como su separación matrimonial de hecho, que se hará pública a los medios de prensa a través de un comunicado de prensa conjunto”.
A pesar de la separación, Bustamante felicitó a Paula por San Valentín y viajaron en 2013 a los destinos más románticos: Venecia, París y Nueva York.
La separación no impidió que, al día siguiente de la firma ante notario, Bustamante felicitara a su hija y a Paula por San Valentín. Era su manera de acallar los rumores de separación con la actriz y, a pesar de que no nombraba directamente a su pareja, aseguraba que si ella su vida no tendría sentido. Su mensaje en su perfil de Twitter comenzaba felicitando a sus seguidores el Día de los enamorados, para después rendir un homenaje a las dos mujeres más importantes de su vida: su esposa y su hija Daniella: “Os deseo amor y felicidad todos los días del año. Os quiero mucho. Y también quiero proclamar mi amor eterno por mi hija Daniella. Sin ellas mi vida no tendría sentido”.
El “paripé” ante los medios continuó con viajes por elegidos destinos turísticos en familia, en pareja o con amigos. Parecía una eterna luna de miel : París, Venecia, Nueva York. Durante estos años, en los que ya estaban separados, continuaron veraneando en Asturias y en Ibiza, dando la imagen de una pareja estable. Los motivos por los que fingieron seguir juntos como matrimonio a pesar de que la pareja estaba rota, son aún un misterio que podría desvelar en breve una de los personas más cercanas a la ex pareja. El ex asesor fiscal y mano derecha del cántabro, Francisco Juan Manjón, para quién el cantante solicita prisión y medio millón de euros, y que está dispuesto a “tirar de la manta”.
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