Imágenes

Las fotos de la infanta Elena desolada en el funeral de su amigo, acompañada por Victoria Federica

La duquesa de Lugo estaba muy unida a José María Álvarez de Toledo, que falleció la semana pasada

La semana pasada se dio a conocer la triste noticia de que José María Álvarez de Toledo había perdido la vida a los 73 años en Segovia, víctima de un problema cardiorespiratorio. Se trataba del marido de Rita Allendesalazar, íntima amiga de la infanta Elena. La primogénita de los Reyes Juan Carlos I y Sofía estaba muy unida al matrimonio y resulta evidente que atraviesa un momento complicado a raíz de la muerte de su colega. De hecho, solo unos días antes, fue vista por la provincia castellanoleonesa de Valladolid junto a su hija, Victoria Federica, y algunos medios apuntaron a que podría haberse reunido con el ahora fallecido y su esposa.

Poco después de hacerse público el fallecimiento, la infanta Elena se trasladó hasta Segovia para acompañar a su amiga Rita en este complicadísimo momento. Los restos mortales de Álvarez de Toledo fueron velados en el tanatorio de San Juan de la Cruz, y después se trasladaron hasta el pueblo de Muñopedro para celebrar allí la misa funeral. A pesar de las gafas de sol y la mascarilla que tapaban su rostro, el gesto de dolor de la hermana del Rey Felipe era notorio en la iglesia San Miguel Arcángel, donde tuvo lugar el sepelio. Su hija, Victoria Federica, no se separó de ella en ningún momento, brindándole el apoyo que tanto necesita.

La infanta Elena, dolida en el funeral de José María Álvarez de Toledo
La infanta Elena, dolida en el funeral de José María Álvarez de ToledoGAAGTRES

Destacó en el funeral una fuerte presencia militar, y es que el fallecido, conde de La Ventosa, desarrolló una importante carrera en este ámbito. Fue coronel de Infantería, diplomado de Estado Mayor, caballero del Real Cuerpo de la Nobleza de Madrid y maestrante de Valencia. Además, participó activamente en la formación castrense del Rey Felipe VI. Teniendo en cuenta esta trayectoria, no es de extrañar que otros importantes rostros conocidos quisieran despedirse públicamente de él, como las hermanas Marta e Isabel Chávarri, que le dedicaron una preciosa corona de flores.

Tampoco faltaron al funeral decenas de vecinos del pueblo de Muñopedro, donde Álvarez de Toledo llegó a ser muy querido. Él nació en Valencia, pero pasó los últimos años de su vida en esta pequeña localidad de Castilla y León, que terminó convirtiéndose en el hogar donde fue feliz hasta el final.