Lejos del protocolo palaciego y más cerca de la rutina californiana, los príncipes Archie y Lilibet ya tienen su primer empleo de fin de semana. Bajo la mirada atenta -y decididamente moderna- de Meghan Markle, los hijos del príncipe Harry están descubriendo qué significa ganarse las cosas con esfuerzo. Así lo ha contado la propia duquesa de Sussex en el pódcast Aspire, conducido por Emma Grede, donde reveló que sus hijos han empezado a vender productos del huerto familiar en el mercado de agricultores local.

"Cultivamos muchas verduras y a veces montamos un pequeño puesto. Es importante que entiendan que las cosas tienen un precio", explicó Meghan con la mezcla justa de rigor maternal y ternura californiana. Archie, de seis años, y Lilibet, de cuatro, están descubriendo que la vida va más allá de coronas y cámaras: también hay tierra que remover, semillas que plantar y productos que vender.

El valor real de las cosas

En la charla, Meghan subrayó que desea criar a sus hijos en un entorno que les enseñe el valor real de las cosas, incluso cuando crecen rodeados de privilegios. "Creo que es fundamental que los niños comprendan que todo cuesta algo, no solo en dinero, también en tiempo y dedicación. La jardinería, por ejemplo, les enseña paciencia, respeto por la naturaleza y una conexión muy directa con los alimentos".

La duquesa reveló que Archie y Lilibet tienen su propio set de jardinería y que se toman su labor en el huerto familiar con sorprendente seriedad. "Es bueno darles a los niños semillas que puedan plantar y ver crecer fácilmente. Guisantes dulces, albahaca... Es una manera preciosa de cultivar también la responsabilidad", añadió Meghan, quien ya dejó entrever esta faceta doméstica en su docuserie de Netflix Con amor, Meghan, cuya segunda temporada está en camino.

Durante la entrevista, también habló con franqueza sobre el equilibrio entre su vida laboral y su papel como madre. "No quiero perderme esta etapa. Me encanta llevarlos al colegio, ofrecerme como voluntaria para servir almuerzos o acompañarlos en excursiones escolares", confesó, antes de revelar su ritual favorito: preparar los almuerzos escolares con una copa de vino en mano, cuando los niños ya duermen. "Es mi momento terapéutico. Algo pequeño, pero muy mío".

A sus 43 años, Meghan Markle ha cambiado los flashes de la realeza por los focos de su propia narrativa: marca de lifestyle, presencia en redes, pódcast propio y entrevistas en clave íntima. Y, como buena CEO de su nueva era, parece decidida a que sus hijos crezcan con raíces profundas… aunque lleven título de príncipe.