"Persona non grata"

Las dos polémicas que pudieron acabar con la reputación del príncipe Eduardo

Este domingo se celebra el 60 cumpleaños del duque de Edimburgo en medio del revuelo por la aparición de Kate Middleton

El príncipe Eduardo de Inglaterra
El príncipe Eduardo de InglaterraGtres

La familia real británica está viviendo uno de sus momentos más complicados tras hacerse público la indisposición de dos miembros fundamentales de la Casa Real. Primero fue Kate Middleton con una misteriosa intervención programada de la que poco o nada ha trascendido, luego saltó la noticia del diagnóstico de cáncer de Carlos III. Se haya visto al monarca en las redes sociales muy activo, llevando a cabo las tareas reales que puede compaginar con su tratamiento, y la princesa de Gales ha reaparecido en las suyas con una imagen actual en la que aparece en compañía de su familia. Pero lo cierto es que el organigrama de la Casa Real está del revés y se ha tenido que recurrir a la reina Camila para llevar a cabo los actos que su marido no puede cumplir, cosa que solo pudo hacer unas semanas antes de tener que irse de vacaciones. Se espera el regreso de Camila este próximo lunes 11 de marzo, pero la familia se encuentra bajo mínimos.

En medio de este eco de voces ha resonado el nombre del príncipe Eduardo, quien este domingo 10 celebra su 60 cumpleaños. Una ocasión que, si bien no llega en el mejor momento, sí podría darle visibilidad al hermano de Carlos III ante esta crisis. El menor de los cuatro hermanos siempre ha quedado relegado a una posición más secundaria hasta ahora. Las nuevas cabezas visibles de la monarquía, el príncipe de Gales, la princesa Ana y el príncipe Eduardo, se han alzado esta semana para cumplir una serie de compromisos oficiales.

Sin embargo, los actuales duques de Edimburgo, Eduardo y su esposa Sophie, han tenido que sortear muchas de las polémicas para llegar a convertirse en miembros de valor para la familia Windsor. La pareja ha demostrado su temple y un modo único de hacer las cosas, principalmente dejando a un lado los obstáculos familiares. Y es que la diferencia del benjamín de los hermanos está clara. La prueba de ello fue su boda con Sophie, un enlace de lo más austero en comparación con la fastuosidad que caracteriza a la familia real. De hecho, fue la propia duquesa de Edimburgo quien sentenció que no creía que sus hijos reclamaran el título de Sus Majestades, pese a que por nacimiento les pertenezca. La lista de escándalos protagonizados por la monarquía británica es muy extensa y ha protagonizado no pocos titulares en los tabloides británicos. A pesar de todo ello, Eduardo ha conseguido mantenerse buena parte de su vida al margen de todo y permanecer casi invisible. En 1992, sucedió otro suceso que hizo peligrar el organigrama de la Familia Real. En esa ocasión no fue por enfermedad, sino por falta de amor. En menos de un año la princesa Ana se había divorciado de Mark Phillips, Andrés de Sarah Ferguson y Carlos de Diana, dejando a Eduardo como el único miembro de sus hermanos que no se había separado.

El príncipe Eduardo no está libre de polémica

A pesar de que su perfil se ha mantenido al margen de toda crítica, dejando solo algunas anécdotas, como cuando le ofrecieron ser el rey de Estonia tras conseguir su independencia, a la que respondió con un mensaje muy formal en el que afirmó que era “una idea encantadora, pero poco probable”. Sin embargo, una de las peores decisiones que ha tomado, de cara a su imagen para con su familia, ha sido la de crear Ardent Productions, una productora audiovisual que lo llevó a tener varias peleas con la reina Isabel II y su hermano Carlos. En sus inicios contó con proyectos muy interesantes, pero finalmente la empresa, que había formado en el entorno de los medios de comunicación británica, terminó quebrando por pérdidas de varios millones de libras. Lo que realmente supuso un mazazo para su reputación fue el proyecto de una cadena norteamericana que le propuso la creación de 'Royalty A-Z', una serie que se centraba en la historia más reciente de la familia real. Se dice que el propio Carlos III “enloqueció por completo” ante la posibilidad de que su hermano arrojara luz en algunos de los episodios más duros de la familia.

Como no hay uno sin dos, el enfado de su hermano creció hasta el punto de llegar a considerarlo persona non grata. En 2001, el joven príncipe Guillermo acudió a la Universidad de St. Andrews. Los medios corrieron en busca de imágenes del hijo de Carlos, pero con la condición de que solo lo harían durante sus primeros días para que luego lo dejaran tranquilo y pudiera vivir la experiencia como un estudiante normal. Ante toda sorpresa hubo un medio que no acató la petición: Ardent Productions, lo que desató la “furia” del entonces príncipe heredero. Según relataron fuentes cercanas al Palacio de Buckingham: “Eduardo es persona non grata. La Reina y especialmente el príncipe Carlos están mortificados por lo que hizo. Para ellos, es la oveja negra de la familia. Puede que algún día le perdonen, pero tardarán mucho”.

Los condes de Wessex, el príncipe Eduardo, hijo menor de Isabel II de Inglaterra, y su esposa, Sophie Rhys-Jones, a su llegada
Los condes de Wessex, el príncipe Eduardo, hijo menor de Isabel II de Inglaterra, y su esposa, Sophie Rhys-Jones, a su llegadaA.Carrasco RagelAgencia EFE

Sin embargo, la pareja formada por Eduardo y Sophie salió fortalecida de todas las polémicas. Después de que el príncipe Andrés fuera relacionado con el millonario pedófilo Jeffrey Epstein y decidiera separarse de sus responsabilidades como “Senior royal”, y tras la decisión del príncipe Harry y Meghan Merkel de “trabajar para ser económicamente independientes”, la familia real perdió de golpe y porrazo a tres miembros importantes, por lo que la reina Isabel II volvió a confiarle a Eduardo algunas responsabilidades, decisión que se ha extendido hasta en el reinado de Carlos III.